En una entrevista publicada por El Espectador, la periodista Vanessa Restrepo contó las razones para apartarse del diario El Colombiano, el más popular de Medellín. Restrepo afirma que el medio ya no era “un espacio seguro” para ella, pues allí continúa trabajando el hombre que denunció como su agresor. “Creo que él estaba siendo protegido en ese espacio y que, a mí, no me daban igual o mayor protección a pesar de que soy la víctima”, contó en entrevista con la periodista Cecilia Orozco.
Restrepo dijo que un año después de denunciar a su editor en El Colombiano por “acto sexual abusivo en su contra”, cerca de 55 personas de la redacción firmaron una carta en la que le pedían a la empresa acciones concretas de protección y un protocolo de prevención.
Sin embargo, “las propuestas no se materializaron. Al menos hasta mi retiro, el 9 de octubre pasado, no tuve conocimiento de la existencia de ese protocolo. El periódico dice que lo creó, pero ni lo conozco ni sé que haya sido implementado. Esos compromisos no pueden ser de papel, tienen que ser reales y expeditos”, dijo.
El caso de Vanesa, revelado hace un año por el espacio de opinión Las Igualadas de El Espectador, ha evolucionado pero no a favor de ella. De hecho, la Corte Constitucional colombiana podría revisar su caso.
Sobre la tipificación de su caso como “acto sexual abusivo con persona incapaz de resistir”, Restrepo reiteró: "la tipificación del delito no la hicieron mis abogados, sino la propia Fiscalía con base en el relato del caso. Son hechos agravados por la confianza que tenía en él y porque mediaron unos condicionamientos previos: reunión de colegas en un bar en donde nos tomamos unas copas, engaño al ser conducida a su casa y después sorprenderme cuando me había dormido.
Restrepo también afirmó que conoce las historias de dos mujeres que tuvieron conflictos de esa índole con el agresor. “Una de ellas ya no trabaja en el periódico, pero sufrió acoso por parte de la misma persona en las redes sociales: le enviaba a su celular fotos explícitas sin su consentimiento. Ella tuvo que bloquearlo. La otra víctima sigue trabajando en la empresa. Me contó privadamente lo que le sucedió, pero no se atreve a denunciarlo”, contó en la entrevista.
Sobre las directivas de El Colombiano, recordó que cuando puso el caso en conocimiento de la directora, ella dio la orden de que los turnos de ambos no coincidieran. Además, le contó a Orozco que las presiones de otros colegas dentro y fuera del diario, incluido el equipo que el editor tenía a su cargo, obligaron a removerlo de la redacción durante algunas semanas pero no de manera definitiva. Restrepo resaltó que el editor seguía encargado de realizar cierres de ediciones, y habría sido promovido a un área transversal que Restrepo desconoce.
Finalmente, Cecilia Orozco le preguntó a Restrepo su opinión acerca de El Colombiano y sobre los acosos sexuales en entornos laborales, considerando la paradoja de que es un medio de comunicación dirigido por una mujer.
“Creo que no solo pasa en El Colombiano sino también en otros escenarios: algunas personas consideran que, como no han sido víctimas de esas conductas, quien las denuncia está exagerando. Y no es así. No es ético que una gerente de gestión humana aborde una denuncia de violencia sexual preguntándole a la víctima cómo estaba vestida o por qué salió de noche con sus compañeros".
El fin de semana pasado, Ana Cristina Restrepo, columnista de El Colombiano, cuestionó desde su espacio en el diario el desenlace del caso que llevó a la renuncia de la periodista, y señaló a las directivas por la presunta pasividad en el tratamiento de casos de abuso como el de Vanesa. El diario le respondió a su propia columnista que sus directivos no fueron consultados sobre su versión, afirmaron guardar confidencialidad por solicitud de la periodista afectada y listaron las medidas que tomaron como acompañamiento y asesoría a la denunciante y cambios en la estructura de la redacción.
Y añadió sobre las garantías para mujeres que están a cargo de mujeres: "no podemos seguir revictimizando a los denunciantes: si a alguien le roban el celular en la calle, no podemos culparlo por haberlo sacado de su bolsillo; si abusan de una mujer, la responsable no es ella porque llevaba falda. En El Colombiano hay muchas mujeres en posiciones de poder y eso es algo que celebro pero aprendí que su presencia no es garantía de que haya solidaridad o enfoque de género”.
El caso de la periodista se encuentra hoy en veremos, la tutela impuesta por ella podría ser revisada por la Corte Constitucional, pues Restrepo considera que hay una gran oportunidad para proteger los derechos de todas las mujeres vinculadas a empresas. Según ella, el caso es novedoso porque la Corte aún no ha tenido la oportunidad de pronunciarse sobre las violencias sexuales en entornos laborales como los medios de comunicación y es importante hacerlo, dijo, “debido a que la presencia de las mujeres en espacios laborales como el periodismo es cada vez mayor”.