Hoy por hoy, el exjefe paramilitar Jorge 40, después de haber llegado deportado a Colombia desde Estados Unidos, pasa sus días en la cárcel de Picaleña en Ibagué. Sin embargo, por el miedo de ser asesinado, ni siquiera prueba la comida.
Así se lo advirtió Rodrigo Pupo Tovar en una misiva enviada al presidente de la República, Iván Duque. En ella le dice “Presidente, me van a matar”.
Jorge 40 fue comandante en jefe del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, que tenía presencia en los departamentos de César, Magdalena, La Guajira, Atlántico y Santander.
En su carta, Jorge 40 recuerda su papel dentro de la organización: “Cobrar a nombre de las extintas Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá nuestro llamado impuesto de guerra que se le imponía a todas las actividades económicas legales e ilegales que se desarrollaban en nuestro Estado de hecho”. Esto permite inferir que Jorge 40 podría dar testimonio sobre quién y quiénes financiaron las actividades paramilitares en la región.
En otra parte de la carta cuestiona su extradición y la llama “destierro”; también celebra su regreso al decir que en su “amada Colombia” tiene “responsabilidades como actor principal del conflicto armado”.
Por otro lado, el exjefe paramilitar también afirma que el Gobierno tiene el deber único y exclusivo de garantizar seguridad para él y su familia, pues teme que varios actores, que no especifica, quieran hacerles daño. Pupo Tovar subraya que a su hermano Sergio lo asesinaron en Valledupar en el año 2009 y que el crimen permanece en la impunidad. E insiste: “Respetado señor presidente, tengo la certeza de que una vez pise una cárcel ordinaria colombiana, van a asesinarme”.
Jorge 40 pide en concreto que una vez cumpla el periodo de aislamiento que debe observar cualquier persona que llegue del exterior lo trasladen a un lugar de reclusión seguro.
El exparamilitar estuvo varios días en los calabozos del búnker de la Fiscalía, en Bogotá, y este miércoles, luego de conocida su carta, el Inpec lo trasladó a la cárcel de Picaleña, en Ibagué. Allí estará recluido en el pabellón de máxima seguridad mientras aguarda el resultado de la apelación que sus abogados presentaron para solicitar su entrada a la Jurisdicción Especial para la Paz.
Hoy por hoy, Jorge 40 solo se alimenta de paquetes de frutos secos y, si necesita beber o comer algo más, solicita que el custodio lo pruebe primero, con el temor de ser envenenado. También afirma en su carta que teme que cualquier persona que se le acerque tenga la intención de matarlo.
El exjefe del bloque Norte de las AUC tiene tres sentencias condenatorias por homicidio y más de 80 procesos penales pendientes por asesinatos, masacres y desapariciones ocurridas entre 1998 y 2006, en el auge de la denominada parapolítica.