Nacida en Buga, Valle del Cauca, Victoria Eugenia Dávila Hoyos es una de las figuras más determinantes -y taquilleras- de los medios en Colombia. Por su personalidad, vehemencia al hablar y protagonismo en la pantalla, casi siempre termina siendo parte de las noticias, los escándalos y las polémicas que cubre. Pero detrás de esta mujer que ocupa las franjas mediáticas más controvertidas del país, hay una estoica periodista que prevalece a pesar de los escándalos, las peleas y los señalamientos. Hay otra historia detrás de Dávila, una ligada a su vida pública menos conocida. A su otra pasión, por ejemplo, el canto, que es herencia de su padre.
Solo hace una semana Vicky Dávila, de 47 años, era noticia por su papel en el Caso Uribe, expediente que a través de Revista Semana hizo público la periodista. Una decisión editorial que fue crucial para agitar la opinión pública alrededor del caso del expresidente, quien indirectamente le agradeció en un comunicado.
Esta semana, su nombre salió a relucir a partir de una nueva polémica: la filtración de una conversación privada con uno de sus redactores en Revista Semana, en la que revelan detalles inéditos del caso de la ‘narcofinca’ del exembajador Fernando Sanclemente, de la cual, según el audio, tendría conocimiento el diplómatico. Su periodista le dijo “eso no se puede decir” y la información no se publicó. A pesar del revuelo que causó la filtración, Dávila asegura que hay una persecución incluso desde sus colegas, y en su más reciente columna de este sábado aseguró que “sigue firme” y haciendo lo que más le gusta: periodismo.
Su infancia y juventud
Pero antes de ser una calculadora estratega de medios, y de sentar a los personajes que hacen tendencia a través de su cargo como Directora Digital en Semana, fue una mujer que vino “de abajo” a conquistar a las audiencias colombianas.
Nació el 30 de mayo de 1973, creció escuchando grupo Niche, Guayacán, Luis Miguel y Julio Jaramillo. Durante su niñez fue cantante para apoyar la dura situación económica de su madre. Con su agrupación participó en concursos y se presentó en varias ciudades del país. Entre dificultades económicas y carencias, se desplazaba muchas veces por los pueblos del departamento del Valle para atender sus responsabilidades académicas a una corta edad.
En su casa las cosas no eran fáciles. Por eso tuvo que trabajar y atender asuntos de adultos desde muy joven. Según una entrevista con la Revista Diners, ayudaba a las monjas de San Vicente de Paúl a recoger mercados para los más necesitados. Uno de ellos fue a parar a su propia casa.
A pesar de que tenía un estudio en gramática musical y solfeo, y por encima de la voluntad de su familia, decidió estudiar Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Autónoma de Occidente en Cali, no antes de hacer un intento fallido en ingeniería.
Aún siendo adolescente ya tenía un trabajo como periodista. Cursando primer semestre entró en el programa de televisión “El Senado Hoy”, que iniciaría su largo romance con la pantalla chica. Después, a los 18, se presentó a un casting en Telepacífico y rápidamente escaló hasta Bogotá, las grandes ligas del oficio, en 1994.
De manera vertiginosa, se volvió la voz que narraba las noticias del Cartel de Cali. Entre balaceras y helicópteros en los que cubría las noticias más trascendentales del país, logró ser presentadora del noticiero de RCN en enero de 1998, la casa que volvió su nombre una marca registrada con secciones como “La Cosa Política”, que tuvo hasta 2014.
Sus amores
Vicky estuvo casada con Juan Carlos Ruíz, hermano menor de la periodista de RCN Radio, Yolanda Ruíz. La unión de la pareja se dio en el 2000, mientras esperaban un hijo. Meses después del nacimiento de su hijo, Ruíz enfermó y, tras una cirugía, falleció dejando a Dávila viuda a los 28 años.
Luego de dos años de enviudar, en Cartagena se conoció con el oftalmólogo José Amiro Gnecco Martínez, con el cual se casó en agosto de 2008. En 2012, llegó su segundo hijo, Salomón.
Su unión con Gnecco generó polémica nacional por ser el hijo de Lucas Gnecco Cerchar, condenado por corrupción en su administración como gobernador del Cesar y actualmente investigado por vínculos con paramilitares y el homicidio de un periodista en Valledupar.
En 2007, se convirtió en directora de La FM, emisora con la que le otorgaron un Premio Simón Bolívar a mejor entrevista del año en 2013.
Cuando le cayó el mundo encima
Una de las etapas más difíciles de la carrera de Dávila fue cuando su carrera en La FM y en la casa RCN terminó. Sucedió en 2016 después de 25 años de carrera. En su momento, acumulaba cuatro Premios Nacionales de Periodismo Simón Bolívar, uno del Círculo de Periodistas de Bogotá y cinco TVyNovelas. Para ese momento, consolidaba bajo su nombre una manera de hacer las noticias que le ganó el respeto y las críticas de buena parte de la audiencia y del poder en el país.
En una investigación a la Policía Nacional acerca de una red de prostitución masculina, dirigida por altos mandos denominada “Comunidad del Anillo”, fue objeto de chuzadas desde el 2014 y generó un terremoto dentro de la gestión del entonces general de la Policía, Rodolfo Palomino.
En un momento de altas temperaturas en el caso, la periodista publicó un video de un intercambio íntimo entre un uniformado y el viceministro del Interior, Carlos Ferro. Ferro renunció a su cargo y Dávila fue objetivo de críticas y amenazas por violar la intimidad de las personas que protagonizaban el video.
Vicky Dávila recordó el 17 de febrero como “el más triste” de su vida profesional. De ese día se hizo muy conocido el episodio de las almendras. Tras la investigación que se llevó un premio CPB, al día siguiente Dávila y su equipo revelaron que Presidencia había comprado, en plena época de austeridad, 15 millones de pesos en almendras.
“En honor a la verdad, mi despedida comenzó en la oficina de mi jefe cinco días antes con el tarro de almendras que el Gobierno me envió a través de la superministra María Lorena Gutiérrez”, contó para El Espectador. “Ese mismo día, la superministra y mayor consejera, María Lorena Gutiérrez, se reunió con mi jefe. Le expresó la gran molestia en la Casa de Nariño por la historia de las almendras y decidió enviarme un mensaje claro. Le dio a mi jefe un tarro de los dulces para que me lo entregara”, dice en algunos de los apartes de la reseña de su libro ‘En honor a la verdad’.
Dávila intentó ser YouTuber y luego desapareció de los medios hasta ser incorporada a W Radio en 2017, como su gran resurrección profesional. Por esta oportunidad, agradece al director de la emisora, Julio Sánchez Cristo. Después de ocupar la franja de las 12 del día por 2 años, se fue a liderar el proyecto de televisión en línea Semana TV, de la Revista Semana, lo que ella considera un reto y el futuro de la pantalla chica.
Reinventada profesionalmente y ahora como directora digital de la revista más importante del país, la periodista se enfrenta ahora a lo que ella llama “persecución” y falta de garantías para ejercer su profesión en el país.
“Existe un plan macabro para presionarme, intimidarme y callarme. Quienes están detrás de este sucio ataque contra la libertad de prensa han utilizado todos los mecanismos para silenciarme: desde una persecución judicial con procesos civiles y fallos absurdos, hasta la grabación ilegal de mis conversaciones editoriales con los periodistas de la redacción de Semana, los ataques infames en las redes y las llamadas de ciertos políticos a los dueños para pedir mi cabeza”, afirma en su más reciente columna publicada en Semana.
Vicky finaliza la reflexión recalcando las acciones en su contra que pretenden silenciarla y, finalmente, Espera “tener el valor para resistir de pie y sin bajar la cabeza. No quiero huir”.
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