Volar siempre fue una actividad que ligó al médico Fabio Grandas y a la abogada Mayerly Díaz. En ‘el aire’ se hicieron novios, esposos, según contaron sus familiares y amigos. Paradójicamente, en el aire también se escribió su destino fatal, cuando la aeronave en la que viajaban con Martín, su bebé de apenas un año y medio, y Nuris Meza, la niñera, se precipitó a tierra antes de las 5 de la tarde del pasado martes 13 de octubre. Todos los ocupantes murieron con excepción del menor.
‘Maye’, la exitosa funcionaria
Los allegados de Mayerly describen la vida de la abogada como una llena éxitos profesionales. Cuentan que le encantaba bailar y escuchar vallenato. Era experta en telecomunicaciones y fue directora de Vigilancia y Control del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones (TIC). Bajo ese cargo, en 2013, recibió el Premio Evaluamos a la Innovación TIC.
Mayerly Díaz, nacida en Barrancabermeja, especialista en Derecho de las comunicaciones y Master en Derecho económico, fue líder en otros cargos públicos. En 2016 fue gerente corporativa de planeamiento y control de la Empresa de Alcantarillado y Acueducto de Bogotá y fue creadora y directora de la Agencia Nacional Digital.
En medio de los éxitos profesionales, ‘Maye’ era también reconocida como una mujer entregada a su familia y sus tres hijos. “Como profesional se entregaba mucho a todo lo que se proponía y fue encantador que Fabio decidiera formar una familia con ella. Había educado a sus dos hijos mayores siendo madre soltera y daba un ejemplo inspirador. Luego nació Martín y la alegría se hizo más grande entre todos”, contó para El Tiempo María Judith Grandas, prima de Fabio Grandas.
Para conciliar la vida profesional de la laboral que unió formalmente a la pareja en 2017, era usual que Mayerly y Martín, e incluso su perro labrador Piper, acompañaran a Fabio en sus misiones médicas en los lugares más apartados de Colombia. De regreso, su refugio y tranquilidad estaban en su vivienda de Aposentos (Sopó), en plena Sabana de Bogotá.
Sus recuerdos hablan de actividades juntos como “tenis, golf, caballos y asados en familia”, reseña El Tiempo, y agrega que sus allegados recuerdan que Fabio le dedicó el vallenato ‘Metida en mi mente’, de Los Hermanos Mindiola. “Fabio igualmente se ganó la confianza de la familia de ella (...) existía algún temor por un posible sufrimiento, pero él desde el principio demostró lo contrario. Le dio lo mejor en cada día. En gran medida incidió la madurez que ambos tenían”, añadió al diario colombiano la prima de Fabio.
Fabio Grandas, médico y piloto
Sobre el médico Grandas, se sabe que su pérdida no solo impactó a su familia sino la medicina colombiana. Fabio tenía 50 años, médico de la Universidad Nacional, y había trabajado con la Fundación Santa Fe, el hospital San Ignacio y la Clínica de los Nogales. En 2008 se unió a la Patrulla Aérea Civil.
“Un amigo me inculcó mi otra pasión que es la aviación. Esto es de pasión, uno tiene que devolver algo de lo que ha recibido en la vida”, contó en su momento el médico, hace casi una década, sobre la labor que lo ponía a veces en el papel de voluntario médico o voluntario piloto.
La misma Patrulla Aérea lamentó la muerte de Fabio Grandas en un comunicado: “A pesar de ser un reconocido cirujano de trasplantes y de una carrera renombrada en instituciones hospitalarias y médicas (...) participaba como cirujano general en las brigadas médico quirúrgicas de la PAC, con mucha generosidad, humanidad y profesionalismo, transformando la vida de personas con necesidades de ayuda médica y quirúrgica y que llevaban años esperando cirugía en los lugares más apartados de Colombia”.
El director del hospital universitario San Ignacio, Julio Castellanos, le contó a El Tiempo más detalles sobre las cualidades y la entrega del médico a su misión y su familia. “Él manejaba su equipo de trabajo a la perfección. Pese a que hacía sus brigadas, solo una vez me pidió permiso para un viaje a España. Era un hombre organizado, tranquilo, alegre y muy profesional”, aseguró el doctor.
Sus compañeros y colegas aseguran que Grandas era supremamente estricto con los protocolos médicos y de seguridad aérea.
Martín, el milagro
Una luz de esperanza en medio de la tragedia fue Martín, el bebé de apenas un año y medio y único sobreviviente del accidente aéreo. El menor se encuentra “estable, en la unidad de cuidados intensivos” de la Fundación Santa Fe, presentó trauma de abdomen, trauma de tórax y según el centro médico “está fuera de peligro”. Javier Figueredo, coordinador del CRU Cundinamarca, confirmó que Martín está consciente y en compañía de familiares.
¿Cómo sucedió la tragedia?
La muerte encontró a Mayerly y a Fabio en su viaje de regreso de Santa Marta, donde habían pasado unos días en compañía de amigos de la pareja.
Hacia las 5:00 p.m. del pasado martes 13 de octubre, las autoridades del sector de Ubaté, Cundinamarca, en la región de Novilleros, recibieron la alerta por el accidente aéreo de la avioneta de matrícula HK 2335-G.
Según conoció El Tiempo, el plan original de la familia era aterrizar en Guaymaral, pero se fueron a pique justo después de declarar la emergencia. Todos los ocupantes murieron en el instante, pero para sorpresa de los cuerpos de rescate, el bebé de un año y medio permanecía con vida.
Las primeras hipótesis señalan que Mayerly, adoptando todas las medidas ante una emergencia, pudo salvar la vida del pequeño justo antes de la caída de la aeronave. Aún se desconocen los motivos de la falla que provocó el siniestro.