Vendedores informales en Bogotá aumentaron tras el fin de la cuarentena

De unos 39.000 caracterizados por el Ipes en mayo, se pasó a 83.500 en octubre. El aumento del desempleo a nivel nacional y el cierre de establecimientos comerciales en Bogotá, entre las causas.

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El aumento del desempleo durante la coyuntura ha presionado a los colombianos hacia la informalidad laboral, hoy día del 66,3%, según el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario. EFE/Carlos Ortega
El aumento del desempleo durante la coyuntura ha presionado a los colombianos hacia la informalidad laboral, hoy día del 66,3%, según el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario. EFE/Carlos Ortega

El comienzo del aislamiento selectivo, el pasado 1 de septiembre, trajo consigo la posibilidad de la reactivación económica formal en el país, pero también dejó al descubierto el incremento en la economía informal, al menos en Bogotá. Así lo evidencian las cifras del Instituto para la Economía Social (Ipes) dadas a conocer en las primeras semanas de octubre.

En mayo de 2020, luego de una tarea de caracterización, el instituto anunció que la cifra de vendedores informales en la capital era de 39.620, de los cuales 20.227 eran mujeres, 19.375 hombres y 18, intersexuales. A corte de hoy, 15 de octubre, la cifra se duplicó.

El mismo Ipes confirmó que ahora los trabajadores informales censados en la capital son alrededor de 83.500; pero además, sostiene el instituto, puede haber 80.000 ciudadanos más que, tras el fin de la cuarentena obligatorias, se reconocen como informales.

Antonio Calderón, extrabajador de San Andresito, asegura que, en su caso, la llegada a la informalidad se debe al cierre temporal de los locales comerciales durante la emergencia sanitaria.

“Yo tenía en arriendo un local pequeño por el que pagaba $800.000 mensuales. Pero, con la pandemia, quedé endeudado. Con el dueño del establecimiento no llegamos a ningún acuerdo de pago y la mercancía que tenía la tengo arrumada en un rincón de la casa”, explicó el ciudadano a Infobae.

Según la Cámara de Comercio de Bogotá, la crisis económica, consecuencia de la pandemia, representó el cierre de 37.000 compañías formales, las cuales, en su mayoría, son pequeñas y medianas empresas.

Comencé a dedicarme al rebusque, como lo hago hoy. Solo que ahora, mi esposa, costurera, es quien produce en pequeñas cantidades los tapabocas de tela que vendo

Durante el cierre de las zonas comerciales, Antonio Calderón, padre de tres menores de edad, se dedicó a vender de barrio en barrio, de casa en casa, tapabocas, alcohol y guantes. Los recorridos los realizaba en su bicicleta.

“Comencé a dedicarme al rebusque, como lo hago hoy. Solo que ahora, mi esposa, costurera, es quien produce en pequeñas cantidades los tapabocas de tela que vendo en las inmediaciones de la plaza de Paloquemao”, explica.

La producción y venta de estos elementos de protección personal, de uso obligatorio por el coronavirus, han ayudado a afrontar a algunos la crisis económica por la coyuntura.

“Hoy, el 75 por ciento del sector textil y de la confección es informal. Aunque para algunos la elaboración de tapabocas ha representado un salvavidas durante la crisis, no hay que olvidar los cerca de 500.000 despidos de las empresas de este sector, en todo el proceso de producción, a nivel nacional”, le dijo a Infobae Camilo Rodríguez, presidente de la Cámara de Confecciones y Afines de Colombia.

El desempleo presionó a los colombianos hacia la informalidad

El aumento de informales se debe al “aumento del desempleo durante la coyuntura, que ha presionado a los colombianos hacia la informalidad laboral, hoy día del 66,3%”, confirma el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.

Si bien el desempleo en el país disminuyó en agosto, con respecto a julio de 2020, cuando hubo 4,15 millones más de desempleados (con una tasa del 20,2%), está seis puntos porcentuales por encima de la cifra de agosto de 2019, fecha en que la tasa fue del 10,8%, según el DANE.

Particularmente en Bogotá, el Ipes identificó 23 sectores donde aumentó la informalidad, entre los que se encuentran San Victorino, los alrededores de la parroquia del 20 de Julio, Corabastos, las inmediaciones del centro histórico de Usaquén y la carrera Séptima.

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