Soldados confesaron que les dieron la orden de mentir en caso de violación de una niña indígena

Tres soldados testigos en la violación de una niña embera, registrada el pasado mes de junio, dijeron en la audiencia de juicio disciplinario que adelanta la Procuraduría General de la Nación, que les dieron la orden de mentir sobre los hechos.

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Los uniformados implicados en el hecho llevaban en el Ejército seis de los 18 meses de servicio militar obligatorio. POLÍTICA SUDAMÉRICA COLOMBIA / MINISTERIO DE DEFENSA DE COLOMBIA
Los uniformados implicados en el hecho llevaban en el Ejército seis de los 18 meses de servicio militar obligatorio. POLÍTICA SUDAMÉRICA COLOMBIA / MINISTERIO DE DEFENSA DE COLOMBIA

Este 14 de octubre se conoció la confesión de los soldados Santiago Bedoya Valencia y Víctor Manuel González, quienes admitieron haber mentido en el proceso penal que adelanta la Fiscalía. Los testigos dieron a conocer el hecho ante el procurador Hernán Rincón Cuellar, en el marco de la audiencia de juicio disciplinario que se adelanta en contra de siete soldados implicados en la violación de una niña indígena perteneciente a la etnia embera, en Risaralda.

Los soldados regulares implicados en el hecho, a quienes la Fiscalía Nacional de la Nación ya les imputó cargos son: Juan Camilo Morales Poveda, Yair Stiven González, José Luis Holguín Pérez, Juan David Guaidía Ruiz, Óscar Eduardo Gil Alzate, Deyson Andrés Isaza Zapata y Luis Fernando Mangaret Hernández.

La violación de la menor de edad perteneciente a la comunidad Embera Chami, en Pueblo Rico, Risaralda, por parte de siete miembros del Ejército Nacional, ocurrió entre el 21 y 22 de junio de 2020. La Procuraduría General de la Nación adelanta un juicio disciplinario, en cuya audiencia, este 14 de octubre, soldados testigos del hecho confesaron que la orden fue decir que estaban alrededor del colegio y que se movían constantemente, cuando la verdad de los hechos era que llevaban 10 días acampando dentro del colegio, donde al parecer la menor fue retenida.

“No dije toda la verdad (…) Estaba al mando de mi sargento viceprimero Díaz. Mi primero nos dijo qué decir: que nos movíamos todos los días”, aseguró el soldado Bedoya.

También contó que permanecieron en la institución educativa sabiendo que tenían prohibido estar en ese tipo de instituciones.

El testimonio fue respaldado por la versión de Víctor Manuel González, quien además agregó que sus superiores les dijeron qué declarar en relación a su estadía en el colegio:

“A nosotros nos formaron y nos dijeron exactamente qué decir. Nos dijeron 'si a ustedes les preguntan, ustedes estaban a las afueras del colegio”, admitió el soldado.

Las versiones siguieron con la afirmación de Iván Herrera, quien aseguró no haber mentido ante la Fiscalía, que adelanta un proceso penal contra los soldados implicados: “Yo no le seguí los pasos a mi sargento Díaz”.

En otro testimonio el soldado Juan Sebastián Imbachí, dijo que sus superiores les advirtieron que “había ciertas cosas” de las que no podían hablar, antes de que dieran su declaración ante el ente investigador.

<b>Así ocurrieron los lamentables hechos contra la niña embera</b>

La niña, perteneciente a la comunidad Embera Chamí, salió de su casa el pasado 21 de junio a conseguir frutas en el mercado local, ese día no regresó a su vivienda y fue encontrada al día siguiente sola y llorando en cercanías al río que pasa por el corregimiento Santa Cecilia, en Pueblo Rico, Risaralda. Había sido violada y secuestrada por un grupo de soldados que prestaban su servicio en el Batallón San Mateo.

“La niña fue muy valiente, porque apenas la encontraron de inmediato le contó a la familia lo que le había pasado”, le contó a El Tiempo un líder comunal del territorio.

Protesta de un grupo de indígenas embera-chamí en contra de la violación de la niña de 12 años. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda
Protesta de un grupo de indígenas embera-chamí en contra de la violación de la niña de 12 años. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Y fue este testimonio inicial de la menor, quien pudo identificar a algunos de los victimarios, el que dio paso a las más de 40 evidencias que están en manos de la Fiscalía para judicializar a los uniformados por el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado.

Después de una semana de ocurrido el hecho, la menor fue puesta bajo protección del Bienestar Familiar en Pereira y parte de su familia tuvo que dejar su casa en Pueblo Rico para acompañarla y apoyarla en la capital del departamento. Hoy los siete militares implicados se encuentran privados de la libertad en una unidad militar mientras esperan una condena de hasta 30 años de cárcel por su responsabilidad en el aberrante hecho.

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