Si el presidente Iván Duque no se reúne con la Minga entre este 13 y el 14 de octubre para establecer un diálogo directo, las comunidades indígenas viajarán a Bogotá con el fin de hacerse sentir. Al menos, así lo ha manifestado el Concejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que convocó a los pobladores del Pacífico colombiano a esta tradición ancestral de trabajo colectivo.
“Nos están matando”, protestan en la Minga. Por eso es que hoy, alrededor de 10.000 personas se están movilizando a Cali, Valle del Cauca, a lo largo de la vía Panamericana. Se movilizan, de acuerdo con el CRIC, en rechazo a las masacres, el asesinato de líderes sociales, la criminalización de la protesta y, en general, al incumplimiento de los Acuerdos de Paz por parte del Gobierno.
Solo en los departamentos de Cauca y Nariño se han perpetrado 18 de las 67 masacres durante este año en el país, documentadas por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). Masacres que se deben a la búsqueda de legitimidad de las estructuras armadas ilegales en estos territorios, donde la organización indígena, campesina y afro es fuerte, según la Fundación Paz y Reconciliación.
“La vida no tiene precio, la vida no se negocia, la dignidad del pueblo no se negocia, el territorio no se negocia”, afirmó Ferney Quintero, consejero del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric). De ahí, la exigencia al presidente Duque, de que los escuche, pues, de lo contrario, se manifestarán a lo largo del país hasta llegar a Bogotá.
Pero no es la primera vez que la Minga indígena llega a la capital. Lo hizo el año pasado, en el marco de las protestas desatadas tras el histórico Paro Nacional del 21 de noviembre, a través de algunos líderes de la Minga del suroccidente del país que, junto con miembros de la Guardia Indígena, se movilizaron del Pacífico a Bogotá.
Concretamente el 29 de noviembre, más de 150 miembros de la comunidad indígena fueron recibidos por organizaciones sociales y estudiantes de la Universidad Nacional. Tras su llegada a la capital, líderes de la Minga y miembros de la Guardia realizaron un acto simbólico y espiritual en honor a Dylan Cruz, el joven asesinado por un miembro del Escuadrón Móvil Antidisturbios apenas cinco días atrás.
La preocupación de que la Minga llegue a Bogotá
Uno de los preocupados por las movilizaciones que se están llevando a cabo en el suroccidente del país es el ministro de Salud, Fernando Ruiz, quien en días recientes aseguró tener evidencias de que entre los participantes hay quienes están contagiados con Covid-19. Según él, esto podría ocasionar un contagio masivo en las ciudades por donde la Minga.
“Hacemos un llamado a los organizadores de marchas que se vienen gestando en el sur del país, en el sentido del altísimo riesgo de contagio de Covid-19 asociado a esas aglomeraciones de personas”, expresó en un video el ministro Ruiz.
El Ministro también agregó que, debido a que “estas movilizaciones no están cumpliendo con los protocolos de transporte público ni los protocolos de espacio público”, se pueden incrementar todavía más los contagios, sobre todo ante un posible paso de la Minga por Ibagué (Tolima) y Fusagasugá (Cundinamarca), poblaciones de baja afectación de coronavirus.
¿Qué es la Minga y qué es la Guardia?
La Minga es una tradición ancestral propia de las comunidades indígenas, encaminada a fomentar el bienestar social y el reconocimiento de los objetivos comunes a través del trabajo colectivo. Se trata de un espacio de aprendizaje, formación política y movilización social al que, específicamente en octubre, se ha acudido tras el aumento de las manifestaciones de violencia en el país.
En cuanto a la Guardia Indígena, creada por el CRIC, se trata de un organismo ancestral propio, un instrumento de resistencia, unidad y autonomía en defensa del territorio y del plan de vida de las comunidades indígenas.
“No es una estructura policial, sino un mecanismo humanitario y de resistencia civil. Busca proteger y difundir su cultura ancestral y el ejercicio de derecho propio. Deriva su mandato de las propias asambleas, por lo que depende directamente de las autoridades indígenas. Surge para defenderse de todos los actores que agreden sus pueblos, pero solamente se defienden con su “chonta” o bastón de mando, lo cual le imprime un valor simbólico a la guardia”, explica el CRIC.