La historia de la presentadora de Noticias RCN que tuvo a 25 familiares contagiados con COVID-19

La popular presentadora dio testimonio de cómo 25 miembros de su familia se contagiaron con covid-19 en menos de una semana y, contra todo pronóstico, se salvaron.

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El coronavirus puede tocar las
El coronavirus puede tocar las puertas de la casa cuando menos se le espera. Así lo manifiesta Maritza Aristizábal, quien cuenta cómo 25 miembros de su familia resultaron contagiados. Foto: Instagram Maritza Aristizábal.

Aislarse de los seres amados es irresponsable. Así lo cree y lo manifiesta Maritza Aristizábal, reconocida presentadora de Noticias RCN, luego de separarse de su familia para evitar ponerla en riesgo por el coronavirus y comprobar que, aún así, 25 personas resultaron contagiadas con el covid-19. Es decir, hubiera preferido no hacerlo.

La historia, de la que la periodista escribió tan solo hasta la última semana de septiembre, comenzó en abril, cuando tomó la decisión de irse de la casa para aislarse. La razón: debido a sus labores de reportería, tenía más exposición al coronavirus y lo último que quería era afectar a su familia.

Su decisión tuvo impacto hasta mediados de julio, cuando su abuelo materno, Jorge Quintero, tuvo que ser hospitalizado en Medellín por sospechas de covid-19, con el agravante de su edad, 83 años, y de padecer Epoc —enfermedad pulmonar obstructiva crónica—.

Sin poder conversar con nadie, debido a su aislamiento en un pabellón de pacientes con coronavirus, Jorge Quintero falleció. Su familia tampoco lo pudo despedir en un velorio, pues, solo luego de la cremación de su cuerpo, llegó el resultado de la prueba: negativa.

La partida de ese ser de la familia al que recuerdan sus nietos por contar historias y alcahuetear sus pilatunas solo fue una antesala de lo que estaba por ocurrir. Todavía sin aceptar el duelo por la partida de su abuelo, a Maritza y a su familia la vida les dio otro golpe: comenzaron los contagios por coronavirus.

Uno de sus tíos sintió cansancio y malestar; otro, pérdida del olfato y el gusto. Uno más, que también tenía síntomas de gripa y había visitado a sus abuelos paternos, confirmó que estaba contagiado por covid-19. Las alertas se encendieron.

Conforme lo relata Maritza Aristizábal, su familia, como buena familia paisa, es muy unida; tanto que en un mismo edificio en el occidente de Bogotá viven sus abuelos, Octavio y María; sus padres y las familias de dos de sus tíos. Ellos siguieron viéndose durante la cuarentena, ya que todos evitaron tener contacto con alguien más. No obstante, el virus se coló.

Quizá fue al recibir a alguno de los domiciliarios, luego de hacer un pedido para comer, o, tal vez, la visita de uno de sus tíos al colegio de sus hijos para recoger las guías escolares. Lo cierto es que en el transcurso de una semana 25 miembros de la familia resultaron contagiados.

La preocupación de la familia fue por sus abuelos, en especial. Octavio, con 87 años, sufría de hipertensión, cáncer y el corazón; María, de 84 años, padece osteoporosis y es hipertensa. También les inquietaba Nelcy, la mamá de la popular presentadora, quien recién salía de un tratamiento de cáncer.

Lo que siguió fue una montaña rusa en picada. El esposo de una de sus primas tuvo que ser hospitalizado por su dificultad respiratoria, mientras que su mamá, con escasos signos vitales, fue hospitalizada dos días después: con el sistema inmune suprimido, su vida en cualquier momento podía desvanecerse.

Si algo dejó a Maritza Aritizábal con el alma en la mano fue tratar de ver a su mamá en la entrada de la Fundación Santa Fe, luego de ser transportada por una ambulancia debido a su delicado estado de salud. Aferrarse a la fe, pese a que la ciencia le llevaba a imaginarse lo peor, fue el remedio para una realidad marcada por la zozobra y la incertidumbre.

En cuanto a sus abuelos, además de estar monitorizados de manera permanente, entraron en un cuadro de depresión por la falta de visitas y por la situación de salud de los demás miembros de la familia.

Para evitar cargar con la estigmatización o caer en el papel de la víctima, solo en determinado momento les contó a dos compañeros del canal lo acontecido. Además de su idea de aislarse, e incluso contagiarse para poder estar pendiente de sus padres.

Por fortuna, poco a poco, los miembros de la familia comenzaron a recuperarse, incluida su mamá, el mayor de todos los milagros, según el mismo médico que la atendió y que la llamó desde la Fundación para confirmarle que estaba fuera de peligro.

La única excepción fue su abuelo, Octavio, quien falleció de manera reciente como consecuencia de un infarto. Según la presentadora, él tenía que cambiarse una válvula de corazón, pero por la coyuntura tuvo que posponer la cirugía y no resistió.

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