María Angélica Navarro, un nombre que dejó marcado el trágico final de Rafael Orozco

Días después de que un sicario asesinó al cantante Rafael Orozco en su propia casa, ubicada en una zona exclusiva al norte de Barraquilla, María Angélica Navarro fue vinculada al crimen y citada a rendir testimonio ante un tribunal.

Según informó El Tiempo el 27 de junio 1992 “vestida con ajustados bluyines, camiseta blanca y tenis, y visiblemente demacrada, la joven Navarro, de 24 años, rindió declaración jurada a primera hora de ayer ante la jueza 17 de Instrucción Criminal, Carmen Collante”.

El diario, contó que la joven llegó al juzgado a las 8:15 de la mañana, en medio de severas medidas de seguridad. Durante el testimonio que entregó Navarro, admitió el romance con el artista vallenato Rafael Orozco.

Así mismo, contó que también salía a almorzar y a bailar con José Reinaldo ‘El Nano’ Fiallo, el hombre que ordenó matar al cantante.

Sobre los móviles del asesinato manifestó no saber nada, pero señaló que consideraba que no podría ser de tipo pasional, reseñó El Tiempo.

Durante la investigación, un juez ordenó la captura del ingeniero Jorge Navarro Insignares, padre de María Angélica, pues en la declaración juramentada de los Navarro hubo contradicciones en torno a si conocían al ‘El Nano’ Fiallo Jácome.

El ingeniero señaló que sólo trató una vez a Fiallo en su residencia, en tanto que sus hijos dijeron que estuvo varias veces allá.

Seis años tardó la Fiscalía de Barranquilla para esclarecer el homicidio del artista, señalando que se trataba de un crimen pasional. José Reinaldo Fiallo, vinculado a un cartel de la costa atlántica, fue el autor intelectual del crimen contra el cantante, concluyó el ente acusador.

Se esclareció que el autor material del crimen fue Sergio González Torres, alias Tato, guardaespaldas de Fiallo. El sujeto habría cumplido las órdenes expresas del supuesto narco para quitarle la vida a Orozco.

El ente acusador ordenó la captura de Fiallo. Sin embargo, esto nunca pasó, porque apareció muerto en una calle de Medellín el 18 de noviembre de 1992 junto con su guardaespaldas ‘Tato’.

El asesinato de José Reinaldo Fiallo se le atribuyó al cartel de Medellín como supuesta venganza de Pablo Escobar por el asesinato de Rafael Orozco, teoría que nunca fue constatada por las autoridades.

La joven que mantuvo un amorío con Rafael Orozco, nada tuvo que ver con el asesinato, pero su nombre quedó marcado en esta historia con final trágico.

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