Por: César Fuquen Leal
El pasado mes de agosto, Colombia dio un duro golpe al narcotráfico mexicano: incautó una tonelada de cocaína en Tumaco, Nariño que era transportada en un semisumergible y que sería llevada ilegalmente a México para entregársela al cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Los carteles de droga mexicanos han fortalecido su impacto en el negocio del narcotráfico en Colombia, principalmente, en los departamentos de Cauca, Córdoba, Magdalena, Antioquia, La Guajira, San Andrés y Putumayo, según denuncias de la Defensoría del Pueblo. Además, durante la pandemia se ha registrado gran incidencia de bandas mexicanas para fines ilícitos en la capital del país: Bogotá.
“Me preocupa la extorsión, los retenes ilegales y el reclutamiento de menores en el Caquetá. Así como el negocio del narcotráfico, el crecimiento de las disidencias y la presencia del cartel del Sinaloa en el departamento”, dijo en una audiencia pública del pasado mes de julio, el defensor del Pueblo, Carlos Negret.
A las estructuras criminales de estupefacientes en Colombia, se suma otro dolor de cabeza: el suministro de fondos, la adquisición de armamento y asociaciones de los carteles mexicanos con el paramilitarismo y disidencias de las Farc.
“La presencia de mexicanos en el territorio colombiano desde hace dos años se ha incrementado porque Bogotá se ha convertido en un sitio de refugio frente a las guerras que se desarrollan en el norte de México entre los carteles. Esos carteles no llegaron sólo con la intención de negociar con los tradicionales carteles existentes en Colombia, sino de tomar el control total y convertir la delincuencia colombiana en empleados de ellos bajo unas líneas que son claras”, denuncia Ferney Idrobo Molina, investigador social, director nacional del Observatorio Distrital de Convivencia, Paz y Seguridad y presidente del Sindicato Nacional de Defensores de Derechos Humanos en Bogotá, Colombia.
Carteles mexicanos: ¿a competir contra el imperio criollo del narcotráfico?
Según el investigador social, la exportación de coca y marihuana “está siendo controlada en su gran mayoría por los cárteles mexicanos”. Sin embargo, la “distribución de ese remanente que queda en la producción, y que es una cantidad alarmante, la realizan estructuras y grupos delincuenciales colombianos”. Este tipo de estrategias los posicionan dramáticamente en el negocio ilícito del micro y narcotráfico en el país, afirma Idrobo Molina.
La presencia de carteles mexicanos en suelo colombiano, explica el investigador, no incide únicamente en el tema criminal de drogadicción y narcotráfico, sino que han ideado otro tipo de artimañas para afectar la economía y ganar terreno en el país.
“En el caso de Bogotá vemos grandes financiamientos -por parte de los carteles mexicanos-, por ejemplo, en redes sociales se pueden encontrar propuestas de préstamos con el uno por ciento de interés mensual, casi el mismo interés bancario. Estos préstamos son entregados sin condiciones, préstamos virtuales que también en algún momento son financiados como mecanismo para lavar esos recursos”, asegura Idrobo Molina.
Control territorial
La Defensoría del Pueblo ha recibido múltiples denuncias de población rural que expone la incidencia de bandas criminales de México que buscan controlar el territorio nacional valiéndose de violencia. “El defensor nacional del Pueblo ha hecho una grave denuncia de presencia de actores del narcotráfico mexicanos. El cartel de Sinaloa está haciendo presencia en el departamento del Caquetá. Yo creo que esto genera una alerta urgente a la Fiscalía y a la fuerza pública”, dijo el representante del Partido Liberal Harry González en un evento de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la República.
“Esos sectores delictivos vienen generando buena presencia en el territorio. Esa presencia se manifiesta también en los controles territoriales. Por ejemplo, hay zonas del país donde los mismos campesinos han denunciado la presencia de personas armadas, equipadas, con acento mexicano y también en una alianza estratégica con estructuras delictivas criminales, que tenían presencia en los territorios pero que no tenían la capacidad de trasladar el producto vía marítima, aérea o con todos los mecanismos que se han tenido durante años y que se han implementado por parte de estos grupos delincuenciales”, denuncia Idrobo Molina.
Por qué hay tanta incidencia de carteles mexicanos en Colombia
Desde hace algunas décadas existen alianzas entre las bandas criminales de narcotráfico de Colombia y México. Éste ha sido uno de los principales puentes de acceso de estas bandas delincuenciales a suelo colombiano.
“En este momento hubo una diversificación bajo los modelos de globalización. Los carteles mexicanos han empezado a expandirse para controlar la producción. Hasta la persecución de la guerra con las drogas en Colombia se dieron dos fenómenos: 1, vinculado a la sobreproducción, que genera un nuevo número de adictos en Colombia y la ampliación de ese mercado interno. 2, La persecución que se dio hizo que los mexicanos llegaran directamente al productor para reducir los costos de producción, garantizar las cuotas de suministro y mantener un negocio desde la línea base, hasta la línea final: llegar al consumidor, generar un control y reducir las pérdidas. Entonces, ese capataz ha venido realizando ese modelo empresarial entre comillas para lograr una distribución efectiva y tomar control de zona”, explica Idrobo Molina.
Según el experto, se deben tomar medidas desde los hogares para evitar que estas mafias sigan teniendo tanta acogida y poco a poco ir controlando el consumo masivo de sustancias psicoactivas que generan ganancias bastante lucrativas a costo de sangre, muerte y violencia.
“El ingreso promedio de los narcotraficantes colombianos se redujo a un tercio porque las principales organizaciones mexicanas comenzaron a comprar de manera directa acá. La ganancia, por ejemplo, por un kilo de cocaína pasó de US$20.000 a US$7.000”, explica a BBC Mundo el investigador, docente y consultor internacional, Daniel Rico.
El panorama para Colombia no es fácil, aún más, cuando al imperio del narcotráfico criollo, se suma la negativa incidencia mexicana en fines ilícitos. Sin embargo, el azote del narcotráfico Colombiano sigue siendo alarmante en el país, según el Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la Organización de Naciones Unidas, en la última medición hecha (2019), se evidenció que Nariño y Norte de Santander agrupan más del 50 % de toda la coca del país. Si se suman Putumayo y Cauca, en esos cuatro departamentos se concentra el 78 % de toda la coca de Colombia. (Informe: https://www.unodc.org/colombia/es/presentacion-informe-de-monitoreo-de-territorios-afectados-por-cultivos-ilicitos-en-colombia-2019.html)