A ritmo de salsa, así se vivió “Aguaelulo”, a la primera rumba masiva realizada en Colombia desde que se decretó la cuarentena por el coronavirus.
El evento organizado por la Alcaldía de Cali promete ser el piloto de un plan que permita retomar las actividades del sector de bares y discotecas de la ciudad, en especial de los populares salsódromos, lugares especializados en reunir bailadores de este tradicional ritmo latino que en Colombia tiene a “la sucursal del cielo” como su capital.
Emulando los tradicionales bailes populares conocidos como “aguaelulos” que eran el furor de los jóvenes en los 60′s y 70′s, la iniciativa promovida por el alcalde Jorge Iván Ospina pretende que la rumba en la ciudad no se haga de manera clandestina, sino guardando todos los protocolos de bioseguridad, para que los caleños puedan disfrutar de una fiesta sana, responsable y protegida.
“Yo prefiero que la fiesta se adelante sobre la mesa y regulada, a que se adelante de manera soterrada informal en espacio cerrado” dice el alcalde Ospina para defender la iniciativa que como en su versión de los años 60′s y 70′s también giró en torno a la música salsera y los tradicionales jugos de lulo, mora o piña, que servían como excusa para las reuniones y daban cita a los bailadores y enamorados.
La rumba en medio de la pandemia viene con sus restricciones: como la separación entre las mesas -que tiene que ser mayor a dos metros-, el cupo de máximo seis personas por mesa, y la prohibición para sacar a bailar a las persona de las mesas vecinas.
Así, en un baile en pandemia usted llega con su pareja o no baila y lo mejor es que aproveche el tiempo porque solo puede durar en la fiesta tres horas.
Tampoco se puede consumir alcohol o fumar cigarrillo, así que el jugo se volvió protagonista a la hora de refrescar a los bailadores. Y como lo establecen las normas del Ministerio de Salud, el uso de tapabocas es obligatorio, a cada asistente se le tomó la temperatura antes de ingresar al evento, además de disponer de varias estaciones de limpieza y desinfección para el lavado de manos.
El primer “aguaelulo” se llevó a cabo este jueves 3 de septiembre en el parque Almeda y en el Bulevar del Río Cali, comenzando desde las 4 de la tarde y extendiéndose hasta la media noche.
“Esperamos que los protocolos de bioseguridad sean cumplibles, que podamos entender la necesidad de rumbear con una reserva previa, con el hecho de que reconozcamos que no podemos ser lo que somos por una pandemia. La pandemia ha ocurrido, está ocurriendo, pero Cali no quiere perder la oportunidad de la cultura del encuentro que es una idiosincrasia de la danza de la salsa”, dijo el alcalde Ospina.
En Cali se han presentado durante la cuarentena varios incidentes de indisciplina social, en especial de fiestas clandestinas y fiestas sexuales ilegales; pero también ha sido de las ciudades más decididas a buscar medidas alternativas en el manejo de la pandemia.
Así lo hizo cuando aprobó los tratamientos con Ivermectina para los casos positivos o sospechosos de coronavirus y lo hace ahora avanzando en permitir las fiestas de manera legal y con protocolos establecidos.
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