Tras siete días de incertidumbre y constantes trabajos de rescate, se confirmó la muerte de las cuatro personas que el pasado 7 de agosto quedaron atrapadas bajo tierra a causa de un derrumbe en una mina de carbón en Morcá, zona rural del municipio de Sogamoso (Boyacá).
Aunque las actividades de socorro empezaron desde el mismo día del derrumbe todavía apenas hasta este viernes se logró llegas hasta el lugar donde habían quedando enterrado los mineros.
Las autoridades han confirmado la identidad de estas cuatro personas: Luz Alba Bonilla de 58 años, Javier Alonso Lemus León y Francisco Cuadros ambos de 31 años; y Remingo Alonso Guitierrez, de 36 años.
El derrumbe se produjo el 7 de agosto alrededor de las 7:30 de la mañana, en una mina pequeña que solo tiene una entrada para su acceso, algo que dificultó los trabajos de rescate pues no hay rutas ni lugares alternos por donde se pueda ingresar.
Son 110 metros desde la entrada de la mina hasta el fondo inclinado, donde se encuentra un nivel que asemeja una calle. El recorrido tiene una inclinación de entre 60 y 65 grados, es decir, casi vertical y solo se cuenta con un coche muy pequeño para el transporte de los escombros que se van extrayendo. Es más, durante las labores de rescate en la semana hubo que cambiar la guaya por temas de seguridad.
De acuerdo con Gloria Catalina Gheorgie, gerente de Proyectos Grupo de Seguridad y Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería, el derrumbe ocurrió a unos 50 metros de la bocamina cuando se desprendió una bóveda de una longitud aproximada de 15 metros sobre el inclinado. No se sabe con certeza el desprendimiento ocurrió ese día venía de días atrás, pero habría producido entre 150 a 300 toneladas de material que habría bajado hasta la base de la mina, dejando atrapadas a las personas que allí estaban.
La funcionaria, que concedió una extensa entrevista al portal Sie7eDías de Boyacá el jueves 13 de agosto, explicó que hasta ese momento se había logrado avanzar por lo menos 24 de los 35 metros de escombros que separan a los rescatistas de los mineros.
Precisó que los cálculos que tienen no son del todo certeros pues no hay una topografía actualizada de la mina, por lo que avanzan basados en los testimonios de los mineros que ahí han trabajado, algo que complejiza aún más las labores del rescate y la capacidad de predecir cuanto tiempo más tardarán las obras, que finalmente dieron con los cuerpos de los mineros este viernes cerca del medio día.
Señaló además que la mina no tenía vigentes sus permisos de funcionamiento ya que la Agencia Nacional de Minería había suspendido en julio sus actividades después de que una visita encontrara condiciones de riesgo inminente. Sumado al derrumbe, que pudo haber sido fortuito, el hecho de que sólo hubiera un canal de acceso y que hubiera personal no minero, como la señora atrapada -quien no tenía seguro de trabajo- eran claras violaciones a los protocolos de seguridad.
Sin embargo, los avances de este viernes confirmaron la trágica noticia de que las personas atrapadas habían fallecido.
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