Colombia, conmovida por el arresto de Álvaro Uribe: qué pasará con el ex presidente y el gobierno de Iván Duque

Al ex mandatario y actual senador le fue dictada una orden de prisión domiciliaria mientras se lo juzga por soborno y fraude procesal. La decisión de la Corte Suprema tiene un enorme impacto político que marcarán los próximos años del actual Presidente

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El ex presidente colombiano Álvaro Uribe y el actual, Iván Duque, aliados políticos inquebrantables.
El ex presidente colombiano Álvaro Uribe y el actual, Iván Duque, aliados políticos inquebrantables.

Pasado el medio día del martes 4 de agosto Colombia conoció una noticia que partirá en dos su historia política: al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez le fue dictada medida de aseguramiento domiciliario en el proceso que contra él adelanta la Corte Suprema de Justicia por los delitos de soborno y fraude procesal en un caso de manipulación de testigos.

La decisión histórica fue informada por el propio expresidente por medio de su cuenta de Twitter e inmediatamente colmó los titulares de la prensa nacional. Uribe, dos veces presidente y dos veces senador, es sin duda la figura política más influyente de Colombia en los últimos 20 años, y ahora deberá enfrentar su defensa privado de su libertad, algo sin precedentes para un expresidente colombiano.

Álvaro Uribe informó sobre la decisión de la Corte Suprema de dictarle medida de detención domiciliaria
Álvaro Uribe informó sobre la decisión de la Corte Suprema de dictarle medida de detención domiciliaria

Si bien la noticia se asumió como cierta durante todo el día, no fue sino hasta las 7 p.m. del martes que la Corte Suprema de Justicia se pronunció oficialmente sobre el caso, emitiendo un comunicado y una declaración en video del magistrado Héctor Javier Alarcón Granobles, presidente de la Sala de Instrucción del alto tribual encargada de la investigación contra Uribe.

La Corte dijo que: “mediante decisión del 3 de agosto aprobada y suscrita por unanimidad resolvió la situación jurídica del senador Álvaro Uribe Vélez con imposición de medida de aseguramiento de detención preventiva, como presunto determinador de los delitos de soborno a testigo en actuación penal y fraude procesal (…) Dicha medida se sustituyó por detención domiciliaria. Por lo tanto, el senador Uribe Vélez cumplirá la privación de la libertad en su residencia y desde allí podrá continuar ejerciendo su defensa con todas las garantías del derecho al debido proceso”.

Para lo magistrados que Uribe enfrentara su proceso en libertad implicaba “posibles riesgos de obstrucción a la justicia”, una decisión que profundizó aún más la división política que persiste en Colombia ocasionando todo tipo de reacciones.

El presidente Iván Duque cerró filas alrededor de Uribe, su mentor político, al afirmar: “soy y seré siempre un creyente de la inocencia y honorabilidad de quien con su ejemplo se ha ganado un lugar en la historia de Colombia”.

Estas palabras, interpretadas por los sectores no afines al gobierno como un desafío a la decisión de las altas cortes, atan el futuro político de Duque al judicial de Uribe, haciendo que los últimos dos años de su gobierno estén marcados desde ya por lo que pueda pasar con el jefe del Centro Democrático.

Pero también despertaron reacciones ciudadanas por parte de partidarios y contradictores del expresidente por igual. Los primeros se volcaron a las calles de las principales ciudades de país, organizando caravanas de carros y exigiéndole a la Corte que se retractada de su decisión permitiéndole a Uribe permanecer en libertad.

Los segundos convocaron cacerolazos que pretendían expresar respaldo a la decisión de los magistrados y rechazo a las presiones contra la rama judicial por parte del Gobierno.

A todas luces un país altamente polarizado.

Un partidario Álvaro Uribe sostiene una bandera que dice "Estamos con Uribe" durante una protesta contra el arresto ordenado por la Corte Suprema de Justicia contra el expresidente la noche del martes en Bogotá. REUTERS/Nathalia Angarita
Un partidario Álvaro Uribe sostiene una bandera que dice "Estamos con Uribe" durante una protesta contra el arresto ordenado por la Corte Suprema de Justicia contra el expresidente la noche del martes en Bogotá. REUTERS/Nathalia Angarita

Las implicaciones políticas

Para el politólogo Fernando Posada, la decisión de la Corte Suprema le lanza un salvavidas al uribismo en el momento de mayor impopularidad en su historia.

“Lejos de ser el final de Uribe, esto puede revivirlo”, afirma, y sostiene su argumento en la capacidad que los adeptos al expresidente tengan para mostrarlo como víctima de una persecución judicial, una narrativa que impulsa el partido Centro Democrático desde que empezó todo el proceso en contra de su líder.

Para Posada enfrentar su defensa privado de su libertad incluso podría jugarle a favor al expresidente que podría “recuperarse numéricamente con algo del apoyo que había perdido”

“Yo tengo claro que desde el Congreso van a estar en la tarea de defender a Uribe quienes quedan de su partido y van a hacerlo de una manera enfática, insistiendo en que se trata de una persecución política”, sostiene el analista.

Esto además podría despertar una solidaridad por parte de otras bancadas en el legislativo que si bien no hacen parte del oficialismo son afines al expresidente y al Gobierno, derivando en una mayor gobernabilidad para el presidente Iván Duque, a quien la pandemia del coronavirus le ha otorgado un amplio margen de maniobra para gobernar vía decreto.

No obstante, reconoce que la pérdida de Uribe como la voz de mando para la bancada de Gobierno es un golpe duro, que tratará de ser solventado por los liderazgos más visibles del Centro Democrático.

“Esto abre la puerta para que se vuelva a proponer una eventual reforma a la Justicia para crear una única Corte al estilo de Estados Unidos”, algo que sería contraproducente no solo por el “gran conflicto de intereses que tendría el Gobierno” sino porque tener un solo tribunal sería “mucho más fácil de manejar políticamente”.

Seguidores del expresidente colombiano y actual senador Álvaro Uribe  gritan consignas y ondean la bandera nacional mientras realizan una protesta en las calles de Bogotá contra la orden de detención dictada en su contra. (Colombia). EFE/ Carlos Ortega
Seguidores del expresidente colombiano y actual senador Álvaro Uribe gritan consignas y ondean la bandera nacional mientras realizan una protesta en las calles de Bogotá contra la orden de detención dictada en su contra. (Colombia). EFE/ Carlos Ortega

“De todas formas la decisión de la Corte sienta un precedente en los términos de relación de los poderes públicos muy preocupante. Antes de emitir su decisión las cortes firmaron un comunicado conjunto pidiendo que el Gobierno Nacional respetara la separación de poderes. Existe la presión de un poder contra otro, así sea en alocuciones presidenciales, la presión es notoria, es peligrosa y le quita garantías a lo que debería ser sagrado en un proceso de justicia”, matiza el politólogo.

Visión contraria tiene el analista político Juan Fernando Gutiérrez, para quién la detención de Uribe tendrá consecuencias que sacudirán el panorama político nacional.

Dice Gutiérrez que en las últimas mediciones de popularidad Uribe venía registrando sus números más bajos, una tendencia que se profundizará con su detención pues cada vez son menos los colombianos que se sienten identificados con él. “Hoy puede que se sienta un auge emocional alrededor del senador, pero la tendencia en los últimos años ha sido que el expresidente ha tenido una pérdida notable de su popularidad y esta acción judicial puede significar el verdadero inicio del fin de uno de los presidentes más polémicos que haya tenido la historia colombiana”, sostiene.

En el plano electoral dice que, si bien es entendible que se especule sobre un posible efecto boomerang, es decir, que la detención del expresidente termine catapultándolo de tal manera que incluso “vuelva a poner presidente desde la cárcel”; la realidad actual muestra que el líder natural del Centro Democrático está agotando cada vez más sus fuerzas “lo que abre un escenario muy para las proyectos políticos de centro que han venido cogiendo fuerza en los últimos ciclos electorales”.

Una opositora de Álvaro Uribe usando una máscara como protección contra el Covid-19 que tiene escrita "Uribe paramilitar", durante las protestas del martes 4 de agosto en Bogotá. . REUTERS/Nathalia Angarita
Una opositora de Álvaro Uribe usando una máscara como protección contra el Covid-19 que tiene escrita "Uribe paramilitar", durante las protestas del martes 4 de agosto en Bogotá. . REUTERS/Nathalia Angarita

“Los más beneficiados, electoralmente hablando, son esas fuerzas de centro. Hoy el debate se polariza, pero en el largo plazo ese discurso polarizante agota al elector y en esta ocasión, pensando de cara al 2022, la polarización inició demasiado temprano”, resalta.

Por su parte, José Penso, consultor político de notable trayectoria en el país, dice que la detención de Uribe “hay que analizarla en sus justas proporciones”.

Sobre el Gobierno asegura que seguirá funcionando con plena normalidad, pese a que Duque reconozca públicamente en Uribe un mentor y se muestre afligido por su detención, pues el presidente también es respetuoso de los fallos de la justicia.

“Es cierto que Uribe es la cabeza visible del partido de Gobierno, pero esto dará pie a que surjan nuevos liderazgos y se consolide el trabajo con otros partidos políticos para sacar adelante las iniciativas del Gobierno y del legislativo”, sostiene el consultor.

Penso, como Posada, afirma que la decisión de la Corte podría despertar en la opinión pública una solidaridad que termine “replanteando el mapa de preferencias electorales con mira a unas presidenciales que ya vienen en dos años”.

El futuro del proceso

Ramiro Bejarano hace parte de los abogados del senador Iván Cepeda, a quien Uribe denunció ante la Corte Suprema por manipular testigos y cuya investigación terminó volviéndose en contra del propio expresidente cuando el alto tribunal determinó que quien habría incurrido en estos hechos delictivos era Uribe y no Cepeda. Él habló con Infobae sobre el futuro del proceso contra el expresidente.

“La decisión procede inmediatamente y de acuerdo con la Ley la Corte tendría un espacio de 240 días para formularle cargos, si pasa ese tiempo y no se le formulan cargos tendría que liberarlo por vencimiento de términos, no exonerándolo pues seguiría vinculado al proceso”, dijo Bejarano.

El abogado reconoció que la defensa de Uribe podría recurrir a los recursos de reposición y a de apelación ante la propia Corte Suprema, pedir las pruebas y tratar de demostrar que no está comprometido pero que este camino lo ve “bastante precario”.

“La Corte le tiene 25 mil horas de grabación de conversaciones, en 25 mil horas le cogen pecado hasta a la madre Teresa del Calcuta”, afirmó.

El senador opositor colombiano Iván Cepeda. EFE / RICARDO MALDONADO ROZO /Archivo
El senador opositor colombiano Iván Cepeda. EFE / RICARDO MALDONADO ROZO /Archivo

Bejarano precisó que, como contraparte del proceso, no ha sido notificado en físico de la decisión de la Corte, por lo que está a la espera de conocer la providencia. Lo claro es que Uribe seguirá vinculado al proceso y que el Supremo debe decidir con prontitud si le formula cargos y lo llama a juicio.

“Para las instituciones es un buen momento porque aquí se había aceptado la idea de que al doctor Uribe no lo podía tocar absolutamente nadie, y eso no puede pasar en una democracia, nadie puede estar por encima de la ley”, sostuvo el abogado.

Para Bejarano la decisión de la Corte abre un panorama políticamente interesante para el presidente Iván Duque, del que se dice “está preso” de Uribe, pero que ahora tiene la oportunidad de “advertir que hay un nuevo escenario político para hacer alianzas con varios sectores y actores políticos distintos a los gobiernistas”.

Y le propone una “jugada inteligente”: hacer un cambio de gabinete que le garantice una “una gobernabilidad que represente los diferentes sectores del Congreso”, porque asegura que la detención de Uribe y la ausencia de su liderazgo en la bancada de gobierno “va a afectar la agenda legislativa”.

“Ese partido va a quedar completamente fracturado y yo creo que sin una voz que sea capaz de tomar decisiones y dar línea el partido se le va a erosionar”, sentencia.

Cuando se haga efectiva la medida de arresto domiciliario Uribe Vélez quedará confinado a su lugar de residencia, la hacienda conocida como “El Ubérrimo” -que tiene una extensión de 1.500 hectáreas-, donde cumple actualmente con la medida de aislamiento obligatorio por la pandemia del Covid-19, estándo por sus 68 años dentro de la población de más alto riesgo de contagio.

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