Más de 30 mil pruebas de Covid-19 están a la deriva en Colombia por malos procedimientos en la toma de las muestras y el uso de marcadores borrables para escribir el nombre de los pacientes, impidiendo que se sepa a quien pertenecen los resultados.
Así lo explicó el Suprintendente de Salud colombiano, Fabio Aristizábal, en la rendición de cuentas que le presentó de manera virtual a la Comisión Séptima del Senado de la República, en la que expuso las razones para la demora en la entrega de resultados de las pruebas PCR que se practican en el país.
Aristizábal señaló que Colombia desbordó por momentos su capacidad de procesamiento de pruebas, la cual ha aumentado con velocidad a medida que pasan los meses de cuarentena. Dijo que antes de la pandemia no se procesaban este tipo de pruebas en el país pero que ahora hay capacidad para procesar cerca de 30 mil diarias.
El problema, según el funcionario, es que muchas pruebas de las que llegan a los laboratorios fueron mal tomadas y después de procesarse no se sabe a quien corresponden los resultados.
“Algunas pruebas mal diligenciadas que no tiene que ver con la EPS sino que la IPS o quienes las diligencian usaban marcadores que se les borraban; llegaba la prueba al laboratorio, entonces el laboratorio la podía procesar pero no tenía o no identificaba el usuario de esa prueba”, dijo Aristizábal al Congreso.
Además, el Superintendente reconoció que la complejidad para entrar y salid de muchos territorios en el país, en especial rurales, demoraba el transporte y por lo tanto la entrega de resultados en tiempos óptimos.
Por la cantidad de quejas en su contra, demoras y malas prácticas, la Superintendencia de Salud está investigando 15 Empresas Prestadoras de Salud (EPS) en el país, que concentran la mayoría de las 34.639 quejas que durante la emergencia sanitaria se han presentado por los usuarios.
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