Un guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) identificado como Jaime Galvis Rivera, y conocido por su alias “Ariel”, emergió como nuevo poder militar y financiero del grupo terrorista que opera entre Colombia y Venezuela y juró lealtad al régimen de Nicolás Maduro, reveló este domingo un diario colombiano.
“Ariel” fue uno el cerebros de algunos de los atentados más sangrientos que el ELN llevó a cabo en los últimos años. Junto a alias “Pablito”, otro cabecilla del grupo terrorista, fue el cerebro del atentado a una estación de Policía en Barranquilla que mató a 5 uniformados en 2018 y del ataque con coche bomba ocurrido en 2019 contra una escuela policial en Bogotá, en el que murieron 22 cadetes.
Este terrorista es único miembro del llamado Comando Central (Coce) de la guerrilla que intentó “mantener su carácter clandestino para desarrollar su actividad delictiva”, según informes de inteligencia citados por el diario colombiano El Tiempo. El resto de los integrantes del Coce permanecen en La Habana. Cuba decidió mantenerse como garante del proceso de paz en Colombia, pero además reiteró su negativa a entregar al equipo negociador del ELN como solicitó el gobierno de Iván Duque, tras el atentado a la academia policial.
“Ariel” opera en la frontera entre Colombia y Venezuela. El guerrillero está asentado en el estado venezolano de Apure, fronterizo con Colombia, en la zona rural de El Nula. Allí vive en una finca, protegido por “al menos tres anillos de seguridad”, de acuerdo a la Inteligencia colombiana.
En este lugar, “Ariel” consolidó un poder económico, militar y político de tal magnitud que lo convirtieron en el nuevo “poder oculto” de la guerrilla, de acuerdo a la investigación.
“Es el gran financista del Frente de Guerra Oriental y maneja desde rentas ilegales de coca, pescado, leche hasta el oro que sacan del llamado Arco Minero venezolano”, dijo un oficial de inteligencia a El Tiempo.
“Ariel” lleva a cabo esas actividades gracias al vínculo cada vez más profundo que la guerrilla mantiene con el régimen de Nicolás Maduro.
El ELN juró lealtad al dictador en marzo de 2019, una alianza sellada a través del guerrillero Álvaro Díaz Tarazona, alias “Fujimori”.
A cambio, el régimen chavista utiliza a este grupo guerrillero (y otros, como las disidencias de las FARC) como fuerza de defensa irregular, ante la creciente desconfianza hacia sectores militares que se desató tras de la fallida sublevación militar del 30 de abril de 2019.
Reconocida como la última guerrilla en el país tras el acuerdo de paz que condujo al desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el ELN cuenta con unos 2.300 combatientes y una extensa red de apoyo en puntos urbanos.
Surgida en 1964, la organización armada opera en el 10% de los 1.100 municipios colombianos, según investigaciones independientes.
El gobierno de Iván Duque rompió en enero de 2019 la negociación que el ELN llevaba adelante en La Habana desde mediados de 2018 con su antecesor, Juan Manuel Santos -designado posteriormente Premio Nobel de la Paz-, tras el ataque de la guerrilla contra la academia policial en Bogotá.
No obstante, el mandatario podría retomar los diálogos de paz con el ELN durante la segunda mitad de su mandato en Colombia, que iniciará en agosto, dijo la semana pasada Pablo Beltrán, el jefe negociador de la guerrilla desde La Habana.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: