El Departamento de Estado norteamericano anunció que ofrecerá recompensas de hasta 10 millones de dólares por información que lleve al arresto de Seuxis Hernández-Solarte, también conocido como “Jesús Santrich”; y Luciano Marín Arango, conocido como “Iván Márquez”, disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y aliados del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
“Ambos son antiguos líderes de las FARC que abandonaron el proceso de paz y tienen una larga historia de participación en actividades de tráfico de drogas, lo que resultó en sus acusaciones penales”, manifestó el secretario de Estado, Mike Pompeo, en un comunicado.
“Estados Unidos valora su asociación con Colombia. Continuaremos los fuertes esfuerzos de intercambio de información y desarrollo de capacidades de las fuerzas del orden público de Estados Unidos y Colombia, que son esenciales para interrumpir y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales que operan en la región. También compartimos la preocupación de Colombia de que el régimen de Maduro está brindando apoyo a grupos armados ilegales de Colombia”, agregó.
Luego subrayó que estas recompensas se ofrecen bajo el “Programa de recompensas de narcóticos” (NRP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Estado. “Más de 75 traficantes de narcóticos importantes han sido llevados ante la Justicia bajo el NRP desde que comenzó en 1986. El Departamento ha pagado más de 130 millones de dólares en recompensas por información que conduzca a esas detenciones”, recordó.
“Estas acciones demuestran el compromiso del Departamento (de Estado) de apoyar los esfuerzos de aplicación de la ley y todo un enfoque gubernamental para combatir el tráfico de drogas y el crimen organizado transnacional”, concluyó.
La “nueva guerrilla” de Santrich y Márquez
La autoproclamada comandancia de las FARC-EP Segunda Marquetalia, la nueva guerrilla que conformaron Iván Márquez, Jesús Santrich y otros cabecillas de las desmovilizadas FARC, reapareció en enero pasado después de meses sin dar noticias ni emitir comunicaciones.
Los comandantes estarían separados en distintos puntos de la geografía del país, pero a principios de año, entre el 6 y 8 de enero, lograron reunirse en una zona cercana a la frontera venezolana para realizar una cumbre y emitir un pronunciamiento político. Es conocido el vínculo con el régimen de Maduro.
En la reunión, emitieron un texto denominado “Declaración Política”, en donde nuevamente recordaron que “el Gobierno (colombiano) no ha tenido voluntad para implementar el acuerdo pactado en La Habana”, lo cual reconocen como una de sus motivaciones para haber desertado del proceso de paz y retomado las armas.
Afirmaron que “en Colombia hay muchas cosas por enderezar y corregir, y por eso las movilizaciones sociales vendrán con todo en esta alborada del 2020, con paros, tomas de plazas y carreteras nacionales, y las cacerolas en las noches gritando su inconformidad”.
De esta manera, trataron de acercarse a los movimientos sociales que promovieron la huelga generalizada que vivió el país el año pasado. En este sentido, los rearmados halagaron especialmente “la lucha de los estudiantes contra la corrupción”.
En esa aparición, los liderados por Santrich y Márquez dijeron que estaban dispuestos “al propósito de la paz completa” y a formar parte de un “Gran Acuerdo Político Nacional que permita convenir las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz con justicia social está reclamando, y poner en marcha un nuevo marco de convivencia política y social”. Sin embargo, lejos de eso, continuaron con los enfrentamientos, como por ejemplo el que dejó seis soldados muertos esta semana.
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