Un intento de fuga y amotinamiento ocurrió la noche del miércoles en la cárcel de Villavicencio, la prisión con mayor número de casos de coronavirus en el país. Un túnel en una celda, cuatro celulares, 43 armas blancas incautadas y siete presos involucrados en el plan de escape fue el saldo que según el Inpec -autoridad carcelaria de Colombia- dejó el fallido plan.
En la cárcel de Villavicencio se vive una verdadera crisis humanitaria. Hace tres semanas, el pasado 10 de abril, se detectó el primer caso positivo por Covid-19 y desde entonces han sido 319 los casos confirmados entre reclusos y funcionarios. En el penal ha habido cuatro muertes, el primero de ellos fue un adulto mayor que pocos días después de recuperar su libertad falleció por la mortal enfermedad.
La situación es tan grave que sólo esta prisión tiene más casos confirmados que todos los demás municipios del Meta juntos, algo que además es incontrolable pues al tener un 98% de hacinamiento es imposible mantener el aislamiento al interior del penitenciario.
Son cerca de 1.800 presos que pagan sus condenas en esta cárcel, los cuales ven como día a día empeora su situación. El intento de amotinamiento, conjunto con el fallido plan de escape reportado por el Inpec en la noche del miércoles es el último de una serie de conflictos que se han producido al interior de la prisión, que suman además heridos a la ya compleja crisis humanitaria que se vive allí. Desde el 27 de abril los presos se declararon en resistencia pacífica y huelga de hambre.
De acuerdo con el Gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, la capacidad de la cárcel de a Villavicencio es de 800 reclusos, pero en la actualidad tiene mil presos más, por lo que ha pedido en repetidas ocasiones al Inpec que tomen cartas en este asunto que desborda la capacidad de respuesta de las autoridades departamentales.
Los reportes al interior de la cárcel son cada vez más desalentadores. Reclusos han informado a diferentes medios de comunicación que no tienen comida, insumos médicos para atender a los enfermos por coronavirus y otras enfermedades que proliferan con el hacinamiento, y que el suministro de agua no es constante las 24 horas del día, dificultando aún más adoptar los protocolos básicos de salubridad ante la pandemia, que incluyen un exhaustivo lavado de manos.
Pero no son los presos los únicos en riesgo, ya que el personal sanitario que atiende a la prisión, así como la planta de guardias y demás trabajadores de la cárcel también están propensos a contagiarse y ya han reportados casos positivos. La cárcel de Villavicencio además se ha identificado como el origen de los contagios en otros penitenciarios ya que a principios de abril fueron trasladados varios presos de esta a otras cárceles de Colombia donde no había llegado el coronavirus y ahora tienen casos en su interior.
La semana pasada el Gobierno de Iván Duque expidió un polémico decreto que buscaba la excarcelación masiva de presos en todas las cárceles del país, buscando con esto bajar los altísimos índices de hacinamiento que hay a nivel nacional en las prisiones. Sin embargo, no ha sido fácil su implementación y aún muchos jueces han puesto trabas para autorizar las excarcelaciones que, en todo caso, como lo han señalado diferentes juristas colombianos, no son suficientes para mitigar la emergencia en los centros de reclusión.
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