El Gobierno de Colombia abrió una nueva puerta para el sometimiento ante la justicia, desmovilización y reincorporación a la vida civil de los miembros de las guerrillas y bandas criminales que operan en el país por medio del reconocimiento individual de sus crímenes.
Esto será posible gracias al Decreto 601, el cual facultó al Alto Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, para que conforme un equipo especial que haga verificación a la voluntad de paz de los solicitantes individuales para adelantar su proceso de reinserción.
En el decreto se estipula que dentro de los GAO (Grupos Armados Organizados) reconocidos como objeto de este estarán las disidencias de las FARC, así estos constituyan estructuras que reincidieron en la actividad armada ilegal tras la firma de un tratado de paz. También está la guerrilla del ELN y las bandas criminales (Bacrim) Clan del Golfo – o Autodefensas Gaitanistas de Colombia- Los Caparrapos y Los Pelusos, también conocidos como EPL.
El criterio para ser considerado un GAO es tener “una dirección de un mando responsable” y que “ejerzan sobre una parte del territorio un control tal que les permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas”. Dentro de esta categoría estableció una importante diferenciación, al único que reconoció un carácter político fue al ELN.
“En este momento el sometimiento a la justicia por parte de los miembros de cada uno de los Grupos Armados Organizados (GAO), es posible a través del acercamiento con la Oficina del alto comisionado y las personas que dicha oficina autorice”, aseguró Ceballos.
Agregó que para el caso puntual del ELN dentro de poco se establecerá un procedimiento “para sometimiento individual y la entrada a una línea de desmovilización que les otorgan a las personas que se decidan por ello, beneficios tanto para ellos como para sus familias”.
Con esta movida el Gobierno de Iván Duque manda un mensaje a la guerrilla del ELN que está próxima a terminar su cese al fuego unilateral, el cual ha dicho que no prorrogará, aunque la razón para decretarlo fue la emergencia del coronavirus, la cual aún no ha pasado.
Sin embargo, en una comunicación de Pablo Beltrán -miembro del Comando Central (Coce) del ELN- con AFP, el líder guerrillero sostuvo que su organización, pese levantar el cese al fuego, seguirá buscando des escalar el conflicto con el Estado: “Así no haya reciprocidad, vamos a seguir en una política de hacer gestos humanitarios que rebajen la intensidad del conflicto. Eso lo hacemos por principios, así el gobierno no los haga”.
Por eso, darle reconocimiento y estatus político a esta guerrilla, representa para el Gobierno un gesto de apertura al diálogo, ya que la coloca en una posición diferencial frente al resto de GAO en el país, en especial con las disidencias de las FARC que son para el Gobierno una banda criminal más sin ningún tipo de fin político.
Así, Duque deja abierta la puerta para retomar una eventual negociación de paz con el ELN, la cual buscaría la desmovilización, desarme y reincorporación colectiva de toda la tropa armada de la guerrilla. Pero al mismo tiempo, el Gobierno está dando incentivos a la desmovilización individual, lo cual podría ser interpretado por la comandancia de la guerrilla -como ha sucedido en el pasado- como un intento por socavar la capacidad de mando del ELN frente a sus miembros.
Este no es un tema menor ya que una de las principales diferencias de Duque y el partido de Gobierno, el Centro Democrático, con el proceso de paz adelantado por su predecesor Juan Manuel Santos con las Farc es precisamente el reconocimiento de la responsabilidad colectiva y no individual de esta guerrilla, lo que les permite enfrentar los cargos por secuestro, asesinatos y otros delitos en el marco de un proceso conjunto.
“Esta es una nueva oportunidad para que los miembros de los grupos armados organizados que quieren hacer un tránsito a la legalidad, un tránsito y un sometimiento a la justicia, puedan tener una ruta para ello”, reiteró Ceballos al anunciar el nuevo decreto presidencial.
Otro punto para tener en cuenta es que este decreto llega en vísperas de un reciente comunicado del ELN en el que nuevamente insta al gobierno de Duque a retomar los diálogos de paz y pide que ante la poca voluntad de este para que la mesa en La Habana continúe, se tomen las medidas de seguridad pertinentes para que la comandancia de la guerrilla que está aún en la capital cubana retorne a los campamentos.
“No vemos voluntad por parte del gobierno de Duque para retomar los diálogos de paz en La Habana; por tanto, es el momento de que nuestra delegación retorne a nuestros campamentos con todas las garantías y condiciones de seguridad pactadas con el Estado colombiano, con la presencia de países garantes, como es de conocimiento del Secretario General de la ONU”, sostiene el comunicado de la guerrilla.
El último intento del ELN de regresar a sus comandantes miembros del equipo de paz a las selvas colombianas causó un conflicto internacional entre Cuba y Colombia. En ese momento el gobierno colombiano pidió al cubano deportar a la delegación guerrillera, petición que fue negada.
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