Alias “Popeye”, el conocido ex sicario de Pablo Escobar, murió este jueves a los 57 años en Colombia, según confirmó Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC).
Jhon Jairo Velásquez Vásquez falleció en las primeras horas del día en el Instituto Nacional Cancerológico, en Bogotá, donde se encontraba hospitalizado desde el pasado 31 de diciembre por un cáncer de esófago, enfermedad que había hecho metástasis en los pulmones, hígado y otros órganos.
“Estaba capturado desde el 25 de mayo de 2018, sindicado por el delito de concierto para delinquir y extorsión”, informó el INPEC.
Velásquez, quien resultó fundamental en la estructura criminal del cártel de Medellín, ya había pagado penas de prisión incluso desde antes de la muerte de Escobar en 1993, por diversos delitos que van desde el terrorismo y el narcotráfico hasta el asesinato.
Entre otros crímenes, planeó el homicidio del asesinato del ex candidato presidencial Luis Carlos Galán, el atentado al vuelo 203 de Avianca que dejó 110 muertos y la bomba al edificio del instalaciones del Departamento Administrativo de Seguridad en el centro de Bogotá, que dejó 63 muertos y más de 600 heridos.
El propio Popeye admitió ser responsable directo de unos 300 asesinatos, principalmente en Medellín y Bogotá, así como su participación intelectual en la muerte de cerca de 3.000 personas, según sus cálculos.
Después de pasar entre rejas 23 años, salió libre en 2014, y aprovechó el boom mediático del fenómeno Pablo Escobar y el narcotráfico para intentar convertirse en una figura mediática, incluso creando un canal de YouTube y dando polémicas declaraciones. Sin embargo, cuatro años más tarde, denunciado por extorsión por varias familias de Antioquia, fue capturado en una fiesta en la que estaba Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom, señalado como líder de la “Oficina”’ y jefe de la banda Los Chatas.
En sus videos, se presentaba como “el asesino de confianza de Pablo Escobar Gaviria”, personaje del que seguía hablando con admiración y elogios. Además, en su Twitter, llegó a repartir amenazas contra políticos de izquierda. “Si no me puedo expresar, mi fusil hablará por mí”, escribió.
Aunque aseguraba que quería alejar a los jóvenes de la violencia, su tono era más bien apologético a la época que Colombia estaba bajo el yugo del narcotráfico. “En la vida hay una época para matar y para arrepentirse”, señaló en 2015.
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