Eran las cuatro de la tarde del sábado 23 de noviembre cuando los manifestantes que se convocaron en la Plaza de Bolívar en el centro de Bogotá llegaron a la altura de la calle 19 con carrera cuarta tras ser dispersados por el ESMAD, policía antidisturbios, con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras.
En medio de los cánticos de “sin violencia”, un joven de toma en su mano protegida por un guante rojo una lacrimógena del piso y la lanza a la calle desierta por donde minutos antes habían sido desalojados los manifestantes. De inmediato corre en dirección al grupo que espera en la esquina pero antes de llegar recibe un disparo en la parte posterior de su cabeza y cae tendido al suelo.
Su nombre es Dilan Cruz, joven de 18 años que falleció el pasado lunes tras tres días de lucha por su vida en el hospital San Ignacio de Bogotá, el mismo día en que debía recibir su diploma de bachiller.
Dilan Mauricio Cruz Medina era estudiante de 11 grado de bachillerato del Colegio Ricaurte, institución pública ubicada en el centro de Bogotá. Vivía en un hogar de bajos ingresos con su madreM su abuelo, su hermana mayor, Denis, de 21 años y una hermana menor de 16 años.
Desde el primer parte médico los informes no eran alentadores. Dilan ingresó al hospital San Ignacio en Bogotá cerca de las 4:30 de la tarde y fue diagnosticado con un “trauma craneoencefálico penetrante y lesiones secundarias” sufridas en el proceso de reanimación, que se le realizó en el lugar de los hechos.
“Sé que él sabe que lo queremos y que lo estamos apoyando", dijo su hermana en la que habría sido su ceremonia de graduación. A esa hora, dos de la tarde del lunes, el parte médico de Dilan se mantenía “estable”.
“Deseamos que no haya más violencia en la calle, venga de donde venga. Queremos que la gente esté tranquila y en paz. No queremos que Dilan se convierta en un motivo de más agresividad de ninguna parte”, comunicó la familia el lunes, antes de confirmarse la muerte de Dilan.
Un amigo cercano en conversación con El Tiempo dijo sobre Dilan que “es un apasionado por el voleibol, alegre y muy tranquilo. En el colegio recibe mucho apoyo".
Según testimonios de los familiares Dilan marchaba pidiendo educación gratuita y de calidad, ya que por los ingresos de su familia estudiar en la Universidad era para él un privilegio que se obtiene con dificultad. Ellos afirmaron que Dilan había pedido un crédito para el Icetex -entidad crediticia para los estudiantes colombianos- y que pensaba estudiar Sicología o Administración de Empresas.
Sin embargo, el Icetex en un comunicado manifestó que no existen solicitudes de prestamos con la identificación de Dilan Cruz.
“Llegamos a las 2:30 p.m., estábamos marchando y los del Esmad nos tiraron bombas aturdidoras y lacrimógenas. Dilan se fue al frente a patear una lacrimógena, porque al lado había personas mayores. Ahí le dispararon a mansalva. Dicen que fue una bala de goma, que impactó al lado derecho de la cabeza, arriba de la nuca”, afirmó a El Espectador Jaiver Steven Tovar, amigo de Dilan y estudiante de la Universidad de La Salle.
La noticia de su fatal descenso se conoció a las 10 p.m. cuando el hospital comunicó: “Con pesar informamos, que no obstante la atención brindada en nuestra Unidad de Cuidados Intensivos, Dilan Cruz, en razón a su estado clínico, acaba de fallecer. Nuestros sentimientos solidarios de pésame a su familia y personas cercanas a él”.
Dos días duró la batalla por la vida de Dilan, tiempo en el que tuvo al país en vilo. La noche del lunes su nombre se volvió tendencia global en Twitter y los videos donde se aprecia el disparo del ESMAD fueron ampliamente difundidos por esta y otras redes.
Llaman a nuevo paro por muerte de Dilan
El disparo a Dilan se convirtió rápidamente en la cara visible de los abusos policiales durante la huelga general que inició en Colombia el pasado jueves 21 de noviembre y que se ha extendido por todo el país en forma de marchas, plantones y cacerolazos en su mayoría pacíficas pero no han estado exentas de desmanes y actos de vandalismo.
Con los mensajes de “Todos somos Dilan”, “No más Esmad” y “Dilan no murió, a Dilan lo mataron”, los colombianos se han manifestado en redes sociales rechazando la muerte del joven que hoy es el símbolo de una huelga que no muestra señales de apaciguarse.
Por el contrario, el miércoles 27 de noviembre el Comité Nacional del Paro ha convocado una nueva jornada masiva de protestas luego de levantarse de la mesa de diálogos con el Gobierno de Iván Duque.
“Señalamos reforzar y elevar la protesta. Entonces hemos decidido hacer un paro nacional mañana miércoles 27 con jornadas de movilización masivas en todo el país", afirmó el secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Elías Fonseca, en una rueda de prensa del Comité Nacional del Paro.
Afirmaron los convocantes que la nueva protesta será en homenaje a Dilan Cruz, por lo que llaman a toda la ciudadanía a sumarse en solidaridad y rechazo a lo que consideran un crimen de Estado.
Pero desde este martes los colombianos se han volcado a las calles para rechazar el crimen contra Dilan, convocando plantones y velatones en todo el país como muestra de solidaridad.
En el lugar donde Dilan recibió el disparo, por ejemplo, han un plantón desde el día en que ocurrió el suceso, y para este martes ha sido convocada una velatón en la memoria del joven.
Así mismo en Barranquilla, Medellín, Bucaramanga, Cali, y otras ciudades de Colombia se realizarán velatones y plantones para conmemorar la vida de Dilan, algunas de ellas ya han comenzado a producirse de manera espontánea en el país.
El Disparo del ESMAD
Si bien trascendió que el impacto al joven manifestante había sido con una lata de gas lacrimógeno, utilizada por los antidisturbios para dispersar las protestas, un video del momento en que los paramédicos atienden a Dilan pone en duda esta versión, mostrando que el joven tiene incrustado en la cabeza un objeto envuelto en una bolsa de tela que parece contener en su interior restos de metralla, o “recalzadas”, es decir, restos de balines, puntillas, objetos metálicos y otros materiales.
Se escucha además a los paramédicos que lo atienden gritar desesperados por unas tijeras para cortar la bolsa, y la desconcertante pregunta de “¿qué es eso?”. Posteriormente se ve el esfuerzo de una de las socorristas por retirar el objeto, el cual trata de halar, pero se detiene al ver que está totalmente incrustado en el cráneo del estudiante, a la altura de la parte posterior de la oreja.
“El objeto tenía unas características como si fuera una bolsa de tela, muy difícil de maniobrar”, afirmó el paramédico Dilan Alejandro Gutiérrez, miembro dela brigada distrital estudiantil de salud, quien fue el primero en socorrer a Dilan Cruz tras el disparo del agente del ESMAD.
Explicó que retirar el contenido de la bolsa de tela fue imposible ya que “estaba casi la mitad dentro de la cabeza”.
Días previos comités de derechos humanos que vigilan las protestas habían denunciado el uso de estos elementos irregulares, o “recalzadas”, como munición en las “armas no letales” del ESMAD para dispersar protestas, las cuales según los protocolos de la policía antidisturbios no deben ser cargadas con objetos distintos a los gases lacrimógenos, y tampoco pueden ser disparadas directamente a los manifestantes.
De acuerdo con el testimonio de la profesora Sandra Borda, decana de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, las manifestaciones de ese sábado comenzaron en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, y eran totalmente pacíficas hasta que el ESMAD con aturdidoras y lacrimógenos las dispersaron.
En su columna “Crónica de una tragedia”, publicada en el periódico El Tiempo, narra cómo los antimotines persiguieron a los manifestantes hasta la altura de la calle 19 con carrera 4, esquina donde murió Dilan Cruz. En ese lugar, cuenta la profesora, los estudiantes – y ella misma- fueron acorralados por el ESMAD, que hizo un cerco para impedir que siguieran su curso devuelta a la plaza pero también que huyeran del lugar.
“Si la Policía no hubiese adelantado una estrategia de hostigamiento, de persecución y de aplastamiento de la protesta pública, todo hubiese transcurrido normalmente en la plaza”, afirma Borda.
El Gobierno, por medio de la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutierrez, calificó como un “accidente” la muerte del joven y dijo que la Policía y el ESMAD, actúan bajo los derechos humanos y sin usar “armas letales”.
“En lo personal estoy convencida de que se trató de un accidente derivado de un enfrentamiento entre personas que estaban protestando de manera violenta y la reacción de las autoridades que están constituidas para eso. La reacción del ESMAD es solamente cuando se presentan disturbios. Es un hecho lamentable”, señaló la ministra.
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