Drones explosivos, la nueva arma tecnológica de los grupos narcocriminales de la selva colombiana

El Ejército encontró dos de estos artefactos en una zona de alta peligrosidad del Pacífico. Cuál es el impacto de esta novedad para las dinámicas de la violencia en el país

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El la primera vez que
El la primera vez que se encuentran drones bomba en poder de los grupos armados colombianos

Una nueva arma tecnológica para la guerra empezó a ser utilizada por los grupos armados colombianos en una de las zonas de más alta peligrosidad del país, el Pacífico, donde se libra una disputa por el control territorial y las rentas del narcotráfico en la que interfieren disidencias de las FARC y grupos armados residuales del paramilitarismo.

Esto fue confirmado por el Ejército colombiano que a finales del mes pasado encontró dos drones Syma cargados con 600 gramos de explosivo plástico escondidos en un área boscosa de la vía que comunica los municipios de Pasto y Tumaco en el departamento de Nariño.

El hallazgo se dio gracias a un operativo conjunto entre la Brigada contra el Narcotráfico del Ejército Nacional y la Policía Nacional y junto con los drones cargados de explosivos se encontraron dos cordones de seguridad o llamada «mecha lenta», dos detonadores y material tipo metralla (clavos, tuercas y tornillos).

También fueron hallados elementos eléctricos y detonadores que de acuerdo al Ejército provenían de Ecuador y Perú.

Los drones encontrados por el
Los drones encontrados por el Ejército y la Policía estaban cargados con 600 gramos de explosivos

La operación del Ejército y la Policía incluyó la destrucción controlada de los artefactos encontrados usando inhibidores de señal para evitar que las cargas fueran activadas a distancia mediante el uso de celulares.

Si bien los drones no cuentan con una tecnología tan avanzada o exclusiva, pues pueden ser conseguidos de diferentes tipos con facilidad en el mercado global, esta es la primera vez que se reporta el uso de este tipo de artefactos para el transporte y la detonación de explosivos, lo cual marca un cambio en las dinámicas de la guerra en esta zona del país.

Según los primeros reportes de las autoridades, estos drones iban a ser usados en ataques contra la Fuerza Pública y tienen como principal sospechoso a Frente Oliver Sinisterra (FOS) la disidencia de las FARC más peligrosa que opera en toda la región del Pacífico.

El FOS está actualmente liderado por Carlos Arturo Landázuri, alias “Comandante Gringo”, que con tan solo 24 años ya cuenta con circular roja de la Interpol en su contra y es señalado de “armado, peligroso y propenso a la violencia” por parte de las autoridades colombianas.

Carlos Arturo Landázuri, alias Comandante
Carlos Arturo Landázuri, alias Comandante Gringo o Fabian, actual jefe del Frente Oliver Sinisterra

Tiene una orden de captura en Ecuador emitida por un juzgado de provincia por delitos de terrorismo y delincuencia organizada. Además, es señalado como el responsable del secuestro y asesinato de la pareja ecuatoriana Óscar Villacís y Katty Velasco en abril de este año; y como el autor de varios atentados contra miembros de la Fuerza Pública de ese país, como el ocurrido el 2 de noviembre de 2017 en el sector La Cadena en San Lorenzo y el carro bomba que explotó contra el comando de la policía de ese mismo municipio en enero de este año el cual dejó 28 uniformados heridos.

“Fabian”, como también se le conoce, asumió la comandancia del Frente Oliver Sinisterra después de que fuera abatido alias Guacho en diciembre del año pasado por el Ejército Colombiano, y está encargado de las operaciones militares del FOS en la zona fronteriza con Ecuador.

A Carlos Arturo Landázuri no se le considera como un disidente de las FARC, sino como un guerrillero no desmovilizado y a diferencia de su antiguo comandante “Guacho” que era de nacionalidad ecuatoriana, “Comandante Gringo” sí es colombiano.

Cabe recordar que “Guacho” fue el responsable del secuestro y posterior muerte de tres periodistas ecuatorianos, acción por la que su nombre tomó notoriedad nacional y se convirtió en una de los principales objetivos militares del Ejército.

Desde que estaba al mando de “Guacho” el Frente Oliver Sinisterra se ha caracterizado por el uso de tácticas de guerra con armamentos no convencionales, como las minas antipersonales, las caletas de explosivos que detonan ante el aterrizaje de los helicópteros de la Fuerza Pública y las piscinas de combustible accionadas al paso de las tropas del Ejército.

En su análisis sobre este nuevo descubrimiento el portal Insight Crime destaca que en el pasado se habían encontrado drones bajo el poder de estructuras armadas, pero su uso era exclusivo para actividades de inteligencia, rastreo y vigilancia.

Que ahora sean usados para trasportar explosivos en operaciones de ataque que además destruyen al dron portador, en una especie de acto suicida, asemeja a los métodos de guerra empleados por organizaciones armadas catalogadas como terroristas en el Medio Oriente, como el Estado Isámico (ISIS) y Hezbollah, que los emplean para potenciar la precisión de sus ataques gracias a las cámaras de video incorporadas en estos aparatos, su bajo costo y su capacidad operativa.

Las guerras del Pacífico

La región del Pacífico colombiano, que comprende los departamentos del Chocó y las zonas costeras de Nariño, Valle del Cauca y Cauca, es una de las principales zonas de alto riesgo por presencia de grupos armados en el país.

Allí coexisten varias disidencias de FARC, el ELN y grupos armados residuales del paramilitarismo, unos cuentan con presencia nacional como el Clan del Golfo, y otros sectorizados en zonas concretas de la región como “Los Contadores”.

Precisamente con estos últimos el Frente Oliver Sinisterra viene librando una guerra particular desde el abatimiento de alias “Guacho”, ya que la caída del jefe disidente creó una reconfiguración del poder en las zonas de influencia de este grupo de rearmados de las FARC.

Una de las consecuencias fue, por ejemplo, la nueva notoriedad que ganó alias “Contador” uno de los más grandes capos del narcotráfico que opera en esa zona del país y quien sería el líder de la banda criminal “Los Contadores”.

Retrato hablado de Contador, el
Retrato hablado de Contador, el capo del narcotráfico en Tumaco revelado por Noticias Uno

Según información revelada por Semana, este narco de vieja data es un criminal silencioso que maneja el negocio de la droga en Tumaco y que se dedicó a financiar grupos disidentes de las FARC para hacerse con mayor control territorial y ampliar su operación.

Él era el músculo económico detrás de “Guacho” y del Frente Oliver Sinisterra, aunque antes de la muerte de este ya había fuertes divisiones entre el narco y los rearmados, en especial por las prácticas sanguinarias de estos que después de secuestrar y asesinar al equipo de periodistas ecuatorianos de El Comercio, atrajeron la atención de la Fuerza Pública en la zona y en los negocios de “Contador”.

Con “Comandante Gringo” al frente del FOS esta situación se habría intensificado y sumado otro actor: las Guerrillas Unidas del Pacífico, otro grupo de disidentes de las FARC que también habría sido financiado por el narco “Contador”.

En el operativo se explotó
En el operativo se explotó de manera controlada la carga de los drones bomba

Él habría financiado al creador de esta disidencia, “Don Y”, quien también fue abatido, al parecer por las mismas FARC, dejando el mando en cabeza de su hermano, alias David, enemigo acérrimo de “Guacho”, una disputa que heredó “Comandante Gringo” cuando asumió la jefatura del FOS.

Los enfrentamientos de todos estos grupos armados, que se concentran principalmente en la zona de Tumaco (Nariño), causaron, por ejemplo, que a principios de abril unos 150 colombianos se desplazaran hasta la provincia La Esmeralda en Ecuador buscando refugio al quedar en medio del fuego cruzado de un combate entre el FOS y “Los Contadores”.

La alta complejidad del orden público en la zona preocupa a las autoridades que no descartan que los drones encontrados puedan ser usados para ataques entre estas estructuras, agregando un nuevo ingrediente tecnológico a la guerra que persiste en la región.

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