A orillas del embalse El Peñol, en la localidad turística de Guatapé, el fallecido capo narco Pablo Escobar construyó una enorme mansión de descanso en honor a su hija, La Manuela. Desde entonces, el jardinero que contrató, William Duque, vive allí. Ahora, después de más de 30 años, el Estado quiere sacarlo para hacer efectiva la extinción de dominio diligenciada en 2005.
Dicen que La Manuela fue la segunda casa favorita del líder del Cartel de Medellín después de la hacienda Nápoles. Fue una mansión señorial construida en un terreno de ocho hectáreas, rodeada de una piscina, un campo de fútbol, un helipuerto, pistas de tenis, establos, un muelle para hidroaviones, entrada especial para motocicletas y árboles importados.
Aunque no sea tan conocida, La Manuela también fue reflejo de las excentricidades del narcotraficante. Las paredes de la casa principal fueron construidas con doble fondo para usarlas como caletas del dinero del negocio de la coca. Además tenía una casa de invitados, y contaba con un cuerpo de seguridad de 120 sicarios.
En 1993, Los Pepes -Perseguidos por Pablo Escobar-, conformados por paramilitares y los capos del Cartel de Cali, su máximo enemigo, bombardearon la mansión y detonaron en ella 200 kilos de explosivos. Ocho meses después del suceso, el capo fue asesinado por la Fuerza Pública en el techo de una casa en Medellín cuando intentaba huir.
Todo esto lo vivió en carne propia William Duque, quien fue contratado por la esposa de Escobar, María Victoria Henao, como jardinero de la mansión. Tiempo después pasó a ser vigilante, y tras la muerte del capo la viuda le encargó cuidarla. En las aproximaciones a la finca montó un restaurante bar en el que ofrece a los clientes un juego de paintball entre las ruinas de La Manuela.
Con ese negocio Duque ha podido sostener a su familia y darle educación a sus dos hijos de 25 y 27 años, que nacieron en ella y la conocen como su único hogar. Pero hoy vive un drama porque el Estado quiere sacarlo para recuperar el inmueble que tiene sentencia de extinción de dominio desde 2005, y entregarlo a la administración municipal de El Peñol; detalló El Tiempo.
El caso hace parte de un operativo que implementó la Sociedad de Activos Especiales (SAE) para recuperar inmuebles con "ocupación irregulares" en el departamento de Antioquia, que ascienden a los 1.334 bienes. Ello, para que las administraciones locales desarrollen proyectos en beneficio de las comunidades.
Dentro de esos casos se encuentra Duque, quien no cuenta con un contrato de arrendamiento y, al parecer, tampoco con un permiso de operación para el restaurante bar. Pero el ex jardinero se escuda en los muchos años que lleva viviendo en el predio con toda su familia, incluido su padre de 90 años y una hermana; contó a El Tiempo.
Por eso interpuso una demanda ante la Corte Suprema de Justicia hace varios años que aún no ha fallado. "Hace tiempo me vienen diciendo que desocupe la finca porque hay unos inversionistas que le querían meter plata a esto, y yo dije que no tengo ningún problema en que me paguen los derechos que tengo adquiridos aquí, pero no se llegó a nada", dijo Duque al medio nacional.
Para la gobernación de Antioquia el uso de La Manuela ha sido irregular porque hace parte de los destinos de los famosos 'narcotours' con los que se recuerda a Pablo Escobar. Duque afirma lo contrario, que nunca haría apología al mafioso, y que de él dependen 10 personas que trabajan en su negocio; que además tiene registro comercial y paga renta.
Pero el Estado lo desalojó este jueves 11 de abril. "Ellos me pueden sacar porque ellos son la autoridad y yo los respeto, pero me parece increíble que van a traer Fuerza Pública, bomberos, Defensa Civil, ambulancias, aquí no somos delincuentes ni prófugos de la justicia, somos una familia que ha venido trabajando honestamente", expresó a El Tiempo.
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