Al menos ocho policías aseveran haber sido estafados por un compañero identificado como Sergio Tayiber Lara Pinzón, tras negociar con él un único Chevrolet Sail azul. Las autoridades investigan el caso en el que los involucrados pertenecen al Comando de Acción Inmediata (CAI) del barrio 20 de julio, en el sureste de Bogotá.
De acuerdo con los afectados, el patrullero les había pedido dinero por adelantado para "pisar" la compra del vehículo, sin saber que el mismo auto estaba siendo vendido a más personas. Lara Pinzón alcanzó a recibir cerca de 100 millones de pesos (31.681 dólares), según contó a Noticias Uno el capitán José Pineda, comandante del CAI 20 de julio.
Cuando se acercaba la supuesta fecha de entrega Lara no respondía las llamadas, estuvo desaparecido unos días y cuando la molestia de los compradores aumentaba, se excusaba diciendo que no podía hacer entrega del vehículo hasta que no arreglara temas legales con el tránsito, relata el medio televisivo.
Asimismo, los afectados conocieron que el vehículo en cuestión ni siquiera es propiedad del patrullero. Su dueño se lo habría entregado para que lo explotara a través de la aplicación Uber como servicio público, a cambio de un porcentaje de las ganancias, pero Lara tampoco respondió por ese dinero.
El real propietario del Chevrolet Sail también está buscando al patrullero desde hace tiempo, sin poder contactarlo. La dirección de la Policía Metropolitana de Bogotá aseguró a Noticias Uno que ya se abrió una investigación por el caso en asuntos disciplinarios de la institución, y aseguró que se trata de un proceso individual que no compromete a la Policía Nacional.
Por su parte, algunos de los afectados decidieron denunciar la estafa ante la Fiscalía General, y otros prefirieron perder el dinero invertido para no estar involucrados en una investigación disciplinaria o penal. Mientras que la madre de Lara Pinzón pidió "comprensión" para su hijo y acompañamiento psicológico, pues expresó que se trata de un "cambio súbito" de su conducta.
El noticiero también supo que Lara Pinzón ya tenía un caso en curso por el que la Policía había ordenado su destitución. La sanción disciplinaria estaba cumpliendo los términos de su apelación cuando empezaron a llegar las quejas sobre la venta del vehículo, y descubrieron que había una denuncia en la Fiscalía.
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