Emanuel Andrade, hijo del ex militar venezolano Alejandro Andrade, condenado a 10 años de prisión en Estados Unidos por lavar activos como tesorero del ex presidente fallecido Hugo Chávez cuando era su escolta, y por sobornos de más de un millón de dólares, tendría en Colombia un negocio ilegal de venta y entrenamiento de caballos. El joven, de acuerdo a la prensa local, no contaría con el permiso para desarrollar esa actividad.
Emanuel habría llegado a Bogotá luego de que el gobierno estadounidense expulsara a su familia de La Florida, donde vivían, según informó el diario colombiano El Tiempo. Fueron las mismas personas del medio quienes alertaron sobre las ventas de ejemplares de primera línea que hacía el jinete venezolano ofreciendo grandes sumas de dinero.
Al joven lo han visto en exclusivos clubes de la capital con gastos excesivos y que, incluso, estaría financiando un hipódromo, todo ello con asesoría de venezolanos que llevan tiempo en Colombia, detalló el medio nacional. Por lo que el heredero del chavismo está siendo investigado por Coldeportes, y por las autoridades de migración.
Ello, para evitar que el mercado ecuestre del país se vea involucrado en dineros ilegales, pues los entes de inteligencia no descartan que la plata de Emanuel Andrade provenga de lo que quedó de los lavados de activos de su padre, dice El Tiempo.
A Andrade, que aceptó los cargos por testaferrato, le fueron incautados varios bienes raíces adquiridos con esta actividad ilícita que fueron subastados en Estados Unidos, como dos mansiones en Sunnyland Lane, en Wellington, y una casa en Delray Beach.
De acuerdo al diario BBC también le confiscaron propiedades en Palm Beach (Florida), 15 vehículos -entre los cuales hay tres carros de golf-, 17 caballos, 35 relojes de lujo y nueve cuentas bancarias en Estados Unidos y en Suiza.
Alejandro Andrade, al retirarse como teniente del Ejército venezolano, se convirtió en guardaespaldas personal de Chávez en la campaña electoral de 1998, y tras su muerte en 2013 pasó a ser secretario privado, tuvo cargos financieros y finalmente fue tesorero nacional entre 2007 y 2010, y presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social entre 2008 y 2010, detalla el diario inglés.
En su caso también están vinculados otros dos venezolanos, Raúl Gorrín, dueño de Globovisión, de una compañía de seguros y quien tiene al menos 24 propiedades en Estados Unidos -según la BBC-; y Gabriel Arturo Jiménez, quien también se declaró culpable de lavado de dinero.
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