Impresionantes cascadas de más de 30 metros de altura de aguas claras y montaña adentro permanecieron escondidas durante más de 50 años por la guerra. Ahora, los que la custodiaban sin permitir su ingreso son quienes guían a turistas a conocer su belleza natural. Excombatientes de las FARC diseñaron la ruta ecoturística 'Paraísos Ocultos' en los municipios de Mesetas y Uribe, sur del departamento del Meta, para garantizar su incorporación con un proyecto productivo que, a la vez, preserva el medio ambiente.
Esta región de los Llanos Orientales de Colombia fue el escenario de fuertes enfrentamientos entre el Bloque Oriental de las antiguas FARC y el Ejército Nacional. La guerra dejó en Mesetas 3.144 víctimas, según el Registro Único de Víctimas. El territorio, además, fue la mesa de los primeros intentos de diálogos de paz con el gobierno de Belisario Betancur a mediados de los 80. Y más tarde, parte de las zonas de despeje de las conversaciones con el presidente Andrés Pastrana.
Hoy, es un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) destinado por el gobierno de Juan Manuel Santos a quienes se acogieron al Acuerdo de Paz de La Habana. Queda a unas seis horas de la capital del país en bus de transporte público. Un trayecto que recorre los municipios de Villavicencio y Granada hasta llegar a Mesetas, donde una flota termina el destino en la vereda Buenavista. Así está coordinado el viaje para los turistas.
A su llegada, los espera un alojamiento rural en el mismo ETCR Mariana Páez, que intenta convertirse pronto en un Ecohotel. Mientras tanto, es una pequeña habitación en una estructura prefabricada que cuenta con camas y una unidad sanitaria compartida. Además, el lugar cuenta con la infraestructura necesaria para el recibimiento de visitantes: agua potable y energía eléctrica permanente, una planta eléctrica en caso de apagones, señal de teléfono, venta de servicios básicos, un puesto de salud con un médico y una enfermera y dos restaurantes a la carta con platos típicos de la región.
Esas fueron las condiciones que se establecieron en el programa 'Ambientes para la Paz: vida digna y reconciliación', financiado por el Gobierno de Noruega e implementado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Consejo Noruego de Refugiados (NRC), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y las FARC, para impulsar iniciativas de formación ambiental y alternativas productivas para comunidades y excombatientes; de donde surgió 'Paraísos Ocultos'.
"El proyecto nace por la necesidad de los excombatientes de buscar una manera de generar un ingreso seguro, con un proyecto productivo que nos dé garantías de reincorporación. Entonces aprovechamos el sector geográfico en el que estamos ubicados, que tiene una belleza natural incomparable. Así surge la idea en charlas con la comunidad para realizar juntos una ruta turística que fuera sostenible con el medio ambiente", afirmó a Infobae Dixon Espinoza, el excombatiente que coordina la ruta.
El corredor ecoturístico de 175 kilómetros de longitud consta de 12 senderos naturales formados por cascadas, riachuelos, parajes boscosos y puentes. Las aguas descienden desde cuatro parques nacionales naturales: Tinigua, Sumapaz, Pichachos y Sierra de la Macarena. Una zona especial para el avistamiento de aves, caminatas ecológicas y la práctica de deportes de aventura como el rápel y el rafting. Todo guiado por señalizaciones construidas por los mismos excombatientes que acompañan los recorridos.
"Nosotros tenemos un gran conocimiento sobre la montaña y la selva, y experiencia en transitar en ella. De hecho, fuimos nosotros los que diseñamos las rutas, y les hicimos señalizaciones como las que hacíamos cuando estábamos en un ejército regular como una guerrilla. A parte de eso, hicimos capacitaciones y nos certificamos en deportes extremos, trabajos seguros en altura, rescates acuáticos, primeros auxilios y temas turísticos", aseguró Espinoza.
Bastan dos días de jornadas arduas para realizar la ruta completa, o cuatro si se quiere ir con calma y conocer, además, el proceso de reincorporación de los excombatientes, dice Dixon. Para operar 'Paraísos Ocultos', el ETCR y las comunidades aledañas crearon Catypsa, una agencia operadora de turismo que se encarga de prestar servicios de transporte, guía y coordinación de alojamiento y alimentación. Cuenta con 100 socios, el 30% son exguerrilleros y el 70% miembros de Juntas de Acción Comunal, comités, asociaciones, gremios y cooperativas; es decir, se benefician de este proyecto 3.810 personas.
"Hemos creado un ecoturismo sin necesidad de devastar la montaña. Lo que nos ha permitido, a excombatientes y comunidades, no solo capacitarnos y generar ingresos, sino trabajar juntos en un emprendimiento que beneficia al municipio entero. Que protege y defiende el área de la Macarena contra la deforestación, la tala indiscriminada de árboles, la caza de animales, porque ahora todos dependemos de esa riqueza natural y se preserva", expresó Espinoza.
'Paraísos Ocultos' fue inaugurado el pasado 14 de febrero por el Príncipe Haakon de Noruega, embajador de buena voluntad del PNUD, que conoció el ETCR y realizó caminatas por varios de los senderos que conforman la ruta. "La conservación de la naturaleza no suele ser una de las principales preocupaciones al terminar un conflicto armado, pero la paz es una gran oportunidad para utilizar de manera sostenible los recursos naturales que estos bosques representan", dijo ese día.
Sobre ello concuerda Alexander Parra, un exguerrillero que estuvo 35 años en filas y ahora es uno de los beneficiarios del proyecto. "Como excombatientes, al salir de una situación adversa, esto ha sido la puerta para el futuro y una nueva vida (…) Aquí la reincorporación es de todos, de nosotros, de las comunidades, que estábamos desorganizados por el conflicto y ahora nos reunimos como una sola familia, con un solo propósito: la defensa del medio ambiente".
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