Campos es la cara visible de la banda que lucraba con la explotación sexual de mujeres y está recluida en la cárcel de San Diego de Cartagena, señalada como líder de la red. Ahora estaría negociando con la Fiscalía para no ser extraditada, según conoció El Heraldo, ya que varias menores de edad la acusan de enviarlas al exterior.
De acuerdo con el testimonio de las mujeres explotadas, en complicidad de autoridades nacionales La Madame habría organizado la salida de varias mujeres al exterior para atender a sus clientes internacionales.
Ello, pese a que Campos siempre negó que trabajara con menores de edad. Al parecer, terminó cediendo ante las acusaciones luego de la captura de varios de sus familiares que trabajarían con ella en la red de explotación sexual.
Entre ellos, un sobrino de nacionalidad estadounidense, su padre Carlos Campos y su esposo Gustavo Ruíz, imputados por delitos de concierto para delinquir, inducción a la prostitución y trata de personas. Ellos cayeron el pasado noviembre junto con cuatro personas más, en la emblemática zona del Centro Histórico de Cartagena.
Hasta hace poco los medios habían registrado la estadía de Campos en la cárcel de mujeres enseñando a las internas a maquillarse y dando clases de etiqueta, como las que ofrecía a las mujeres que reclutaba para su negocio ilegal.
Pero ahora rechazó dos entrevistas a medios internacionales, uno para Univision y otro para una revista de crónicas judiciales de Chile, y ha restringido las visitas de particulares; según conoció El Heraldo.
Sin embargo, sus familiares siguen sosteniendo que su caso no es más que un "sofisma de distracción que usan las autoridades para desviar la atención de la ciudadanía frente a los casos de corrupción que sacuden al país", dijeron al medio local.
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