El crudo testimonio de una mujer obligada a ser enfermera de paramilitares colombianos que terminó negociando la paz

Durante años, "Ofelia" fue se vio forzada a atender a más de 400 combatientes enfermos o heridos. Ahora vive amenazada, pero decidió quedarse en el país y convertirse en líder social

Guardar
Una enfermera fue obligada a atender a ‘paras’ heridos del Bloque Calima, en el Valle del Cauca.
Una enfermera fue obligada a atender a ‘paras’ heridos del Bloque Calima, en el Valle del Cauca.

Durante los dos años que permaneció en la selva, Ofelia -quien no revela su nombre real por seguridad- atendió a más de 400 paramilitares heridos en combate en la vereda El Arenillo, corregimiento de Ayacucho, en Palmira. En aquella zona se libraban disputas entre el Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el Sexto Frente de las FARC.

Ofelia estudió enfermería y era representante de Asoca, Asociación Campesina, cuando los paramilitares la fueron a buscar, en 1999. Necesitaban un servicio médico de cabecera, que suturara, curara enfermedades y no dejara morir a los milicianos. No tenía otra opción, o ingresaba a sus filas o debía exiliarse de la zona.

"¿Que si tuve miedo por mi vida? ¡Claro que sí, muchísimas veces! Entrar a colaborar a una organización así le da miedo a uno, porque entré presionada, porque era mi vida la que corría peligro y si no colaboraba pues me tenía que ir de la zona y en ese entonces tenía a mis niños muy pequeños", dijo la mujer a El País, medio al que relató su historia.

En esa población se libraba una batalla entre el Bloque Calima de las AUC y el Sexto Frente de las FARC.
En esa población se libraba una batalla entre el Bloque Calima de las AUC y el Sexto Frente de las FARC.

En 2002 se vinculó con la organización armada ilegal, dejó a sus hijos al cuidado de su padre anciano en la finca donde nació y creció. "Si no colaboraba me tenía que ir de la zona y pues yo estaba desempleada, separada…", contó al medio nacional.

Así atendió heridos en combates, enfermos de leishmaniasis, gente proveniente de Chocó, y curar otros problemas propios del ritmo de vida de la guerra, como gastritis por comer a deshoras. "Llegué a tratar a más de 400 personas con leishmaniasis y llevarlas a un centro especializado en Cali. Trabajé dos años con ellos. No devengaba salario porque no era de la nómina, me daban bonificaciones", dijo.

Durante el proceso de desmovilización, Ofelia se convirtió en la mediadora entre el Gobierno y el Bloque Calima. Por sus conocimientos le recomendaron abandonar el país, pero su padre no quiso y prefirió quedarse con él. Estuvo amenazada por sus enemigos del Sexto Frente de las FARC. Pero aún vive en la zona y se convirtió en una líder social.

MÁS SOBRE ESTE TEMA:

 
 
Guardar