"Toda mi vida Dios te la entrego, no puede quedar en mejores manos, solo tú sabrás el plan para mí", decía parte del mensaje que escribió el patrullero Fernando Rosero Rojas en el libro de novedades de la estación Tres Reyes, en la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá, antes de quitarse la vida.
El pasado domingo 4 de noviembre, agentes del CAI escucharon un disparo en inmediaciones del lugar y salieron a verificar de qué se trataba. El auxiliar bachiller corrió hacia donde lo llevó el sonido y encontró el cuerpo sin vida de su compañero.
Minutos antes, Rosero había dejado una anotación. Luego salió de la estación y se disparó en la cabeza a 10 metros de su lugar de trabajo. En la nota responsabiliza a la Policía y a sus superiores por haberle entregado el arma de dotación.
Según el suicida, ellos debían tener en cuenta una presunta restricción psiquiátrica que tenía para el uso de armas. Desde hacía años le habían diagnosticado una enfermedad mental, por la cual ya habría intentado en otras ocasiones quitarse la vida.
"Dejo constancia de mis restricciones de armamento conocidas por mi MY [mayor] Rodolfo xxxx Palomino y del comandante de estación TC [teniente coronel] William Zubieta, las cuales consisten en restricción en uso de armamento sabiendo mis problemas psiquiátricos y mis intentos de suicidio. PT [patrullero] Rosero Fernando".
Así escribió el patrullero con su firma y número de cédula. Las razones de su decisión aún son materia de investigación por las autoridades.
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