A principios de año, María Villalobo Vera, de 23 años, llegó desde Venezuela para, aparentemente, buscar mejor vida en Colombia. Montó un local veterinario en el municipio de Luruaco, Atlántico, pero todo terminó siendo una fachada para estafar a costa de la vida de animales.
Después de que su perro fuera atendido por la supuesta veterinaria venezolana, de pagar costosos tratamientos y de no ver mejoría en su salud, una mujer decidió conversar con otros clientes del sector de la doctora. Así, sospechó que sus credenciales eran falsas-
Tras las denuncias de los afectados, las autoridades verificaron la información en una inspección sorpresa a la veterinaria, donde corroboraron las dudas de las personas. En efecto, Villalobo Vera inyectaba medicamentos adulterados a perros y gatos.
En la investigación, la Policía de Luruaco pudo comprobar que todos los envases de los medicamentos contenían solución salina, pero que eran cobrados como si fueran productos veterinarios de primer nivel.
Ahora, la mujer deberá responder por los delitos de corrupción de alimentos, productos médicos o profilácticos, y estafa. Por lo pronto, fue dejada a disposición de la Fiscalía General de la Nación.
Este año, 4.669 venezolanos han sido vinculados acciones criminales, de acuerdo al primer estudio de la Policía Nacional sobre el incremento de esta población en Colombia. Entre 2017 y 2018 aumentaron 258% las capturas de los nacionales del vecino país.
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