Aureliano Cuero era un humilde pescador del Pacífico colombiano que llegó con esfuerzo a ser concejal del municipio de Mosquera, en el departamento de Nariño, en 2016. O eso hizo creer en ese tiempo. Ahora, se sabe que en realidad fue un político al servicio de una de las organizaciones narcotraficantes más grandes de Sudamérica.
Todo comenzó, justamente, en la faena artesanal. Ahí, Aureliano y su hermano Marcial conocieron a miembros del Clan del Golfo y empezaron a ayudarlos a sacar droga desde la costa por varias sumas de dinero que no harían ni en un año de pesca. Los cargamentos salían en lanchas rápidas hacia Guatemala, según la revista Semana.
Con las ganancias, lograron comprar una bomba de gasolina que les sirvió como proveedora del combustible de las lanchas. Rápidamente formaron una subestructura de la organización que está al mando de alias "Otoniel". Y Aureliano y Marcial Cuero se convirtieron en "Sangre" y "Chavo", respectivamente.
Como parte de la estrategia para blindar el negocio ilícito, Aureliano se lanzó al concejo y resultó elegido. Pero para entonces ya estaba en la mira de la Policía Antinarcóticos por tres envíos de cocaína a Estados Unidos que fueron interceptados, relata Semana.
El primero fue en 2015 en aguas entre Guatemala y El Salvador de más de 5 kilos del clorhidrato, el segundo en junio del mismo año y el tercero en julio. El político fue arrestado en 2017 en una operación conjunta entre las autoridades colombianas y estadounidenses, que lo pedían en extradición.
Y la Corte del Distrito de Florida finalmente condenó a Aureliano Cuero a 14 años de prisión por narcotráfico. Los testimonios de los tripulantes de las tres embarcaciones que interceptaron fueron claves, pues confesaron que el político coordinaba el tráfico.
La próxima semana, en Tampa, se llevará a cabo la sentencia de Marcial Cuero, quien ya pagó condena de seis años en Colombia por el mismo hecho.
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