La increíble historia del policía que se infiltró en las FARC y causó la baja o el arresto de 34 cabecillas en seis años

El uniformado fue seleccionado como "Mejor Policía del Año" por su trabajo

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Armas de las FARC
Armas de las FARC

Un subintendente conocido como "Lucho" fue galardonado como el "Mejor Policía del Año" por sus labores de inteligencia y camuflaje. Durante seis años infiltrado en las FARC permitió la captura de 19 cabecillas y dar de baja a 15 más, razón por la que aún permanece oculto por seguridad. Y todo inició cuando se hizo pasar por mendigo.

En entrevista con El Tiempo, Lucho contó que la primera infiltración que hizo tenía como objetivo una banda de atracadores de joyas en Buenaventura, para lo cual se puso ropa sucia para parecer un vagabundo y fingió consumir drogas. El operativo terminó con la desarticulación de la banda, por lo que su superior lo asignó al Grupo Especial de Inteligencia de objetivos de alto valor de las FARC.

Con 25 años, se metió en la selva haciéndose pasar por jornalero, proveedor de pertrechos y novio de la prima de un jefe de seguridad de la ex guerrilla. Así daba con las coordenadas exactas de campamentos que eran atacados o bombardeados. También usaba localizadores que él mismo ubicaba en los cambuches (viviendas rurales), relata el medio nacional.

El uniformado siguió a la
El uniformado siguió a la esposa de un jefe de las FARC para ponerle un GPS y ubicar el campamento.

Una vez siguió a la esposa de uno de los cabecillas más importantes del Darién hasta una cita médica. Luego se hizo pasar por un ayudante de bus y llegó hasta donde un hermano, con quien bebió hasta que éste le reveló la dirección de la casa del jefe guerrillero. Hasta esa casa llegó para poner un GPS en la maleta de la mujer, que pronto regresaría al campamento.

"El campamento fue bombardeado. Le admito que fue duró verla muerta, pero era parte de la misión", dijo el agente a El Tiempo. Y expresó que para lograr los operativos olvida su nombre, su familia y su vida entera, para creer en la nueva identidad que asume.

Asimismo, compraba elementos como navajas con linternas para venderlas a la guerrilla, o les suministraba alimentos, aceite para motor y otros elementos. En una ocasión hasta llegó a los límites con Panamá, donde las FARC y el Clan del Golfo traficaban cocaína en asocio. Allí enamoró a la prima, 9 años mayor que él, de un guerrillero encargado del negocio del narcotráfico y de la compra de armamento. Así lograron capturarlo.

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