Un marrano en un ataúd, hemorragias e infartos: la guerra de brujerías que diezmó a dos pandillas en Barranquilla

Enfermos, accidentados, con balas perdidas o apuñalados fueron muriendo los miembros de las bandas ‘La Olla 31’ y ‘Los Maseteros’

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Los hechizos incluían embrujos de
Los hechizos incluían embrujos de amor, un marrano vivo dentro de un ataúd, accidentes y enfermedades. (Getty Images)

De formas inexplicables y aterradoras fueron muriendo los miembros de las pandillas 'La Olla 31' y 'Los Maseteros' de Barranquilla, luego de iniciar una guerra mortal con brujería. Los hechizos incluían embrujos de amor, un marrano vivo dentro de un ataúd y una grave enfermedad.

Los integrantes de 'Los Maseteros' fueron muriendo en extrañas circunstancias. Unos por hemorragia cerebral, otros de infartos, otros en accidentes de tránsito. Su líder, 'El Pato', se topó en una borrachera con sus enemigos y estos lo asesinaron a puñaladas.

Pero todo esto empezó con la muerte de alias 'Checho', líder de 'La Olla 31', que por un embrujo se enamoró de una miembro de 'Los Maseteros', quien lo engañó y lo asesinó. Así contó a Al Día Ricardo Martin, alias 'El Sereno', antiguo compañero del difunto.

Para el sepelio de 'Checho', la banda contrató a una bruja llamada Eloísa para vengar su muerte. La mujer metió en su ataúd un marrano vivo. Ese día, la pandilla fue en motos disparando al aire, y una de esas balas cayó a un informante de 'Los Maseteros'. A los días siguientes fueron cayendo los demás.

"Andábamos nerviosos, parecía que hubiera caído sobre nosotros un castigo, ya que cada semana éramos menos. Pero un brujo se me acercó y me dijo que podía evitar esta tragedia, ya que había visto como sepultaban los restos de un brujo llamado Catalino. Estos los arrojaron en varias partes con los nombres de cada uno de la pandilla", afirmó Ricardo a Al Día.

Así que Ricardo fue a recuperar esos nombres, pero cuando llegó encontró el cuerpo de Eloísa, a quien ellos habían contratado. Al tiempo, se dio cuenta que la brujería mortal no fue la de ninguno de los grupos, sino del brujo con el que había hablado antes. La razón: ambos violaron y asesinaron a su hija Silvana Gutiérrez.

Esa noche Ricardo recibió un disparo en la espalda del padre de la mujer víctima, y quedó parapléjico. Aunque no muchos de sus allegados le creen la historia, dice el diario Al Día, al que se la contó.

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