Carlos Mario Tuberquia Moreno, alias Nicolás, cayó en las últimas horas de este domingo, luego de que la Policía de Colombia y la Fiscalía General, ejecutaran un operativo en el que lograron detener al poderoso jefe del Clan del Golfo, el más sanguinario de los carteles de la droga de ese país.
Alias Nicolás era el segundo al mando del Estado Mayor del Clan del Golfo. Las maniobras para su caída fueron hechas en San Rafael, Antioquia. Sobre el criminal narco pesan las imputaciones de terrorismo, homicidio y amenazas.
La captura fue planificada cuidando todos los detalles. Al peligroso criminal se le habían realizado diversos seguimientos. El último fue hace seis meses, en una operación "milimétrica y articulada", de acuerdo con los responsables de su aprehensión. La inteligencia fue clave para la caída de este halcón narco, como así también la contribución de testigos que informaron sobre el lugar donde se escondía.
El operativo tuvo lugar en una modesta finca ubicada en la calle Arenales, en San Rafael. Allí, sorprendido por los agentes especiales que participaron del rastrillaje, Tuberquia Moreno se entregó sin efectuar un solo disparo. Estaba solo, desarmado. ¿Esperando el final?
Ahora, Nicolás deberá enfrentar a los tribunales. Para hoy estaban previstas los primeros trámites judiciales. Una vez concluidos, se lo trasladará a Bogotá. El operativo de mudanza será bajo estrictos controles de seguridad.
Una vez en la capital colombiana, el narco deberá enfrentar dos procesos de extradición desde los Estados Unidos. Uno iniciado en Nueva York y otro en Miami.
Tuberquia Moreno era uno de los hombres de máxima confianza de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, la cabeza invisible del Clan del Golfo. "Se le habían hecho varios seguimientos. El último inició hace seis meses en una operación articulada y milimétrica, que gracias a la inteligencia técnica y las fuentes humanas lograron establecer su ubicación", comentó el general Fabián Laurence Cárdenas, director de la Policía Antinarcóticos.
El Clan del Golfo controla más de la mitad de la droga que sale de Colombia, tiene un ejército de unos 1.500 hombres y opera en un centenar de municipios donde son la máxima autoridad. Es el cártel narco más grande y poderoso de Sudamérica.
También conocidos como los Urabeños o las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, esta organización criminal es liderada por alias Otoniel, el hombre más buscado en el país cafetero por quien las autoridades ofrecen una recompensa de hasta 5 millones de dólares: vivo o muerto. La caída de su lugarteniente implica un duro golpe a su organización criminal.
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