El drama de Harrison, un niño invidente de 15 años que pesa 250 kilos

El joven cartagenero padece una enfermedad que lo hace aumentar desproporcionadamente de peso, por lo que vive como una persona de 80 años

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Harrison Díaz nació ciego en la isla Tierrabomba, en Cartagena.
Harrison Díaz nació ciego en la isla Tierrabomba, en Cartagena.

Harrison Díaz nació ciego entre la pobreza de la isla Tierrabomba, en Cartagena, desde donde sueño con ser un reconocido cantante. Pero en su nacimiento también desarrolló una alteración en su metabolismo que lo hace aumentar de peso desproporcionadamente. Actualmente, sus 250 kilos lo tienen entre la vida y la muerte.

Así lo confirmó el médico Salvador Palacios, director y fundador de la Fundación Gorditos de Corazón. "Es preocupante porque es un niño en alto riesgo. Tiene un síndrome metabólico demasiado lento y vemos un avance muy progresivo de obesidad super mórbida, el cual lo pone en alto riesgo y puede cobrarle la vida de un momento a otro".

El niño, debido a su obesidad, vive como una persona de 80 años. Sus familiares deben ayudarlo a realizar cualquier actividad dentro de su casa, pues sus pies fallan por el peso que cargan y sufre de fatiga excesiva ante un mínimo esfuerzo físico. Además, sufre complicaciones de salud asociadas a su condición, y una severa ansiedad metabólica que le impide dejar de comer.

Sus familiares deben ayudarlo a realizar cualquier actividad que implique un mínimo esfuerzo físico.
Sus familiares deben ayudarlo a realizar cualquier actividad que implique un mínimo esfuerzo físico.

"Cuando uno come algo el organismo lo quema y lo gasta, pero su organismo multiplica todo lo que se come por diez. Su metabolismo es desproporcionado, y su cuerpo se convirtió en un depósito y no quema la comida, por lo que siempre va a estar en alto riesgo de obesidad", explicó el médico Palacios.

"Todo mi tiempo lo dedico a él, a cuidarlo (…) le doy lo que puedo y lo que me regala la gente, pero él necesita un tratamiento fuerte y costoso, porque si no muere", dijo su madre Rosamaría Paternina, que por falta de recursos no había podido brindarle asistencia médica.

Mientras tanto, Harrison canta melancólico para seguir luchando por su vida: "Cuatro paredes son mi mundo y una silla vieja mi descansar, a veces me pongo triste, pero nada saco con llorar". Sus suplicas fueron escuchadas por la Fundación Gorditos de Corazón, que le ofreció de forma gratuita un tratamiento integral que consiste en un bypass gástrico natural sin cirugía.

"Este tratamiento es efectivo para la pérdida de peso, control del metabolismo, quemar grasa acumulada, manejo del estrés y ansiedad y desintoxicación; además de un plan alimentario, actividad física y hábitos saludables", indicó Palacios.

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