Mujeres conocidas como matronas reclutaban menores de edad en colegios y veredas de zonas rurales del país y hacían catálogos con sus fotos para ofrecerlas a cabecillas del Clan del Golfo; quienes, además, amenazaban familias para secuestrar a niñas que eran esclavizadas sexualmente durante años. Las inducían, incluso, a violaciones por parte de los miembros de la subestructura y a abortos forzados.
Así lo relató el brigadier general Jorge Luis Vargas Valencia, director de Investigación Criminal e Interpol -Dijin-, en un texto escrito a El Tiempo. "Durante más de 30 años de carrera policial, lo que más ha impactado es el fenómeno de la violencia sexual e instrumentalización de niñas por parte de la organización criminal del Clan del Golfo, como práctica sistemática y delincuencial en la región de Urabá", expresa.
A través de varios testimonios de víctimas, la Policía ha conocido el modus operandi de esta práctica sistemática que ha usado la organización armada, estableciendo una red de trata y proxenetismo. Uno de ellos es el de una niña de 12 años de Turbo, Antioquia, que fue sometida durante años a maltrato y abuso sexual por parte de Juan de Dios Úsuga, alias Giovanni, uno de los cabecillas del Clan del Golfo, que fue capturado gracias a la denuncia de la menor.
Las encargadas de reclutar a las menores de edad son unas señoras mayores llamadas matronas. En escuelas y veredas de zonas rurales identifican a niñas menores de 14 años en condición de vulnerabilidad, las obliga a tomarse fotos y crean un catálogo que envían a los cabecillas criminales para que escojan. Además, se encargan de transportarlas en caballo o mula hasta los campamentos, monte adentro.
El general Vargas afirmó en El Tiempo que encontraron hojas de contabilidad donde se identificaron las redes de proxenetismo al servicio de la banda, que pagaba por favores sexuales, bien sea con dinero o regalos. Las niñas o sus familiares eran chantajeados con esos pagos, pero antes de enviarlas con los cabecillas las violaban los miembros de estas estructuras.
Las víctimas de entre 8 y 14 años eran esclavizadas sexualmente sin ningún tipo de protección, por lo que muchas fueron sometidas a abortos forzados. A veces, incluso, eran obligadas a llevar a otras niñas vírgenes.
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