En la vereda Pierda Sellada de Tumaco, departamento de Nariño, la Brigada Contra el Narcotráfico del Ejército de Colombia encontró y destruyó un laboratorio subterráneo de procesamiento de coca que pertenecía al líder de las disidencias de las FARC, alias Guacho.
El complejo, valuado en más de 280 mil dólares, estaba conformado por seis estructuras que producían dos toneladas de clorhidrato de cocaína al mes, cargamento con el que alcanzaban a pagar la construcción de este.
Según el Ejército, es la infraestructura más sofisticada encontrada hasta el momento en la selva, pero están seguros de que hay más de ese tipo.
Este reducto pertenecía al autodenominado frente Oliver Sinisterra, de las disidencias de las FARC, al mando de Walter Patricio Arizala, alias Guacho, quien estaría aliado con los cárteles de México, como el de Sinaloa (experto en túneles), para desarrollar estos complejos.
"Ante las herramientas que tenemos para detectar los laboratorios a nivel, como detector de calor y aerofotografías, ha hecho que ahora los estén haciendo subterráneos para no ser detectados. Son laboratorios que cuestan entre 800 y 1.000 millones de pesos (entre 280.342 y 350.121 dólares)", explicó a Blu Radio el general Jorge Isaac Hoyos, comandante de la Fuerza de Tarea.
El general Hoyos también hizo referencia a los riesgos de estos laboratorios bajo tierra, por el calor que concentran los hornos y demás máquinas usados.
Guacho y su grupo de disidentes mantienen secuestrados al menos a dos ecuatorianos, Vanesa Velasco Pinargote y Oscar Efrén Villacís Gómez, tras haber asesinado a un equipo periodístico de tres personas, entre ellas, un chofer. Aún no ha entregado los cuerpos de las víctimas a sus familiares.
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