Los paradisíacos paisajes que las FARC tenía secuestrados generan un boom turístico en Colombia

La desmovilización de la guerrilla sacó a la luz espectaculares destinos que permanecieron vedados durante décadas

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La desmovilización de cientos de guerrilleros de las FARC que durante más de 50 años controlaron algunas de las zonas más alejadas del país abrió las puertas a un auge sin precedentes del turismo en Colombia. La actividad es ahora la segunda fuente de captación de divisas más importante, después del sector de hidrocarburos y desplazando a industrias como el café.

"Colombia vive su mejor momento en la industria de viajes y turismo, la divisas que ingresan al país por concepto de esta actividad alcanzaron cifras récord durante 2017, llegando casi a 5.780 millones dólares, un 6% más que en 2016 y un 68% más que en 2010", ha indicado María Lorena Gutiérrez, ministra de Comercio, Industria y Turismo.

Y es que solo el año pasado hubo un aumento de más del 43% en la actividad, según datos de la cartera. Lo que aportó al PIB nacional un 5,8%. Asimismo, la llegada de turistas extranjeros al país fue mayor en 2017: 4,1 millones; en su mayoría provenientes de Venezuela, Estados Unidos y Argentina. Y la expectativa va en aumento.

Para 2018 se espera alcanzar los 6.000 millones de dólares en divisas y una generación de empleo de 1,7% más que el de años anteriores. En enero de este año la ocupación subió un 56% y los ingresos reales de los sectores crecieron un 6,2% en este periodo.

Así que las regiones históricamente azotadas por la violencia, que impedía el acceso a ellas, ya pueden mostrar los inimaginables lugares paradisiacos que conquistaran a más de uno. Caño cristales (Meta), Ciudad Perdida (Magdalena), Fin del Mundo (Putumayo), Isla de Gorgona (Cauca), Ciudad de Piedra (Guaviare), Desierto de la Tatacoa (Huila), y Valle de Cocora (Quindío) son solo algunos de ellos para anotarlos en la agenda.

Caño Cristales (La Macarena, Meta)
El 'río de los siete colores' fue por décadas la piscina de los guerrilleros de las FARC al mando de Jorge Briceño Suárez, alias Mono Jojoy. Pero los años que estuvo completamente cerrado al turismo se reconfortan con los 15.000 visitantes de todo el mundo que han llegado en los últimos seis meses del año pasado para conocer su belleza, y de los que aún faltan por llegar.

Caño Cristales fue la piscina
Caño Cristales fue la piscina de los guerrileros de las FARC durante décadas

Cada mañana, el sol le da a la planta acuática macarenia clavigera una increíble paleta de colores entre rosados y rojizos, verdes y amarillos, que tiñen el río. Sus aguas mansas y cristalinas lo dejan ver sin problema. Mientras estas se precipitan por una deslumbrante arquitectura de piedras, que son la formación geológica de escudo guayanés ubicada entre la Orinoquía, la Amazonia y los Andes.

Valle del Cocora (Salento, Quindío)
Ubicado en zona montañosa de la cordillera Central de los Andes, este valle está lleno de altas palmas de cera que miden más de 60 metros, y que son el árbol nacional de Colombia. Es cuna del río Quindío y de una variedad de flora y fauna, muchas de ellas en peligro de extinción, que se pueden observar con facilidad en caminatas ecológicas. Y que para ayudarlas a preservar se realizan actividades de siembra de más palmas. Es un lugar ideal para acampar y hacer picnics, para realizar cabalgatas y pesca. Y para los más aventureros también hay ciclomontañismo.

Valle del Cocora
Valle del Cocora

El desierto de La Tatacoa (Villavieja, Huila)
Es la segunda zona árida más extensa del país, después de la península de La Guajira. Y por eso, destino predilecto de los astrónomos y de los amantes del avistamiento de estrellas; falta pasar una noche en él para sentir cómo el cielo se cubre de ellas. Son 330 kilómetros cuadrados de tierra de color ocre (en el sector del Cuzco) y gris (en Los Hoyos), donde resalta el verde de los cactus.

Desierto de Tatacoa
Desierto de Tatacoa

El Valle de las Tristezas, como lo llamó el conquistador Jiménez de Quesada en 1538, no siempre fue desierto. La zona a 38 kilómetros de Neiva, capital del departamento de Huila, es rica en yacimientos fósiles. Los prehistóricos moluscos, tortugas, roedores y osos perezosos gigantes dan cuenta de la rica biodiversidad con la que contaba cuando era un bosque seco tropical. Todo esto se puede observar haciendo senderismo, recobrando fuerzas con piscinas naturales y visitando los dos observadores astronómicos con los que cuenta.

Isla de Gorgona (Cauca)
La indescriptible belleza de su mar azul y su inclemente selva contrasta con las perturbadoras historias de los prisioneros de la cárcel Gorgona, la más temible del país. Pero de ella solo queda una vieja edificación abandonada, tragada por la maleza y los animales endémicos que convierten las caminatas ecológicas de la isla en una verdadera aventura. Y al recorrido, se le suman los restos del asentamiento precolombino Tumaco-Tolita del siglo XIII A.C, una de las más antiguas culturas del pacifico colombiano.

Isla Gorgona
Isla Gorgona

Son 61.687 hectáreas, 97% de ella de ecosistema marino con arrecife de coral, el 3% restante es un bosque húmedo tropical. Que cuentan con formaciones coralinas y gran variedad de especies marinas que se pueden ver con buceo. Además, se pueden avistar aves migratorias, ballenas jorobadas y delfines. Sin contar con la cantidad de especies endémicas que habitan la exuberante selva, entre las piedras indígenas y los fósiles.

Ciudad de Piedra (San José del Guaviare, Guaviare)
Es un misterio de la naturaleza aun no descubierto por el hombre. En eso radica su interés. Son un conjunto de piedras calizas formadas –no se sabe cómo– en medio de una selva espesa. Dicen las hipótesis que se trató de una civilización perdida, aunque el origen de las geometrías puede ser el resultado de la erosión eólica. Si se usa la imaginación, se verán ballenas, aves y otros animales formados por las grandes rocas. Sobre ellas, extraños jeroglíficos de corte rupestre las decoran.

Ciudad de Piedra
Ciudad de Piedra

Cascadas del Fin del Mundo (Putumayo)
Escondidas en tierras amazónicas se encuentran las cascadas de hasta 75 metros de altura por donde brotan aguas cristalinas. Llegar a ellas implica una riesgosa caminata entre ríos, rocas babosas y una selva espesa de gran variedad de fauna.

Cascadas del Fin del Mundo
Cascadas del Fin del Mundo

Ciudad Perdida (Sierra Nevada de Santa Marta, Magdalena)

En la cima de la Sierra Nevada de Santa Marta, a unos 900 y los 1.300 metros de altura, está ubicado este antiguo poblado indígena tayrona, sitio arqueológico construido alrededor del siglo VIII o IX de nuestra era. Terrazas circulares, caminos y estructuras de piedra forman parte de la compleja arquitectura de Ciudad Perdida en sus 13 hectáreas de área; a la que se llega en una larga caminata de 4 días por una densa selva. En 1986 fue declarado Reserva de la Biosfera y patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Ciudad Perdida
Ciudad Perdida

Lo que falta por hacer

Saltar de un millón a seis millones de turistas en cinco años supone grandes retos para la industria. La dificultad de inversión en infraestructura, como vías y hoteles, resultaba imposible en medio de la guerra. Por eso parte de la construcción de país en el posconflicto incluye esa construcción de infraestructura que genere ingresos a las poblaciones con planes sostenibles.

Las demandas son muchas. No existen suficientes guías capacitados para desarrollar los recorridos, muchos de los cuales generan algún riesgo para la integridad de los turistas si es mal llevado. Sin contar con los cuerpos de socorro, los puestos de salud y hasta las opciones gastronómicas que son pocas. Y se le suma la necesidad de reforzar la vigilancia ambiental que garantice la protección de estos paradisiacos destinos.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) y el Gobierno acordaron proyectos conjuntos para mejorar la infraestructura y apoyar emprendimientos innovadores que permitan la formalización de operadores turísticos. Mientras tanto, los destinos ya están abiertos al público más intrépido.

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