El escándalo que avergüenza a Bogotá: fiestas sexuales entre jefes de penitenciaría, prostitutas y terroristas de las FARC

La investigación, que comenzó luego de la fuga de dos ex integrantes de las FARC, tiene en aprietos al Instituto Nacional Penitenciario

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Cárcel La Picota, de Bogotá, donde los guardias y jefes de la penitenciaría realizaban fiestas sexuales con peligrosos reclusos
Cárcel La Picota, de Bogotá, donde los guardias y jefes de la penitenciaría realizaban fiestas sexuales con peligrosos reclusos

Con alcohol, música y trabajadoras sexuales, guardias y jefes de la cárcel La Picota de Bogotá estarían realizando parrandas, presuntamente en compañía de algunos internos. Esos son los primeros detalles que arroja una investigación al Instituto Nacional Penitenciario (Inpec), realizada luego de la fuga de dos ex integrantes de las FARC, que salieron con autorización de un dragoneante borracho.

El sábado pasado dos reclusos de la penitenciaría de alta seguridad se fugaron luego de que, presuntamente, un guardia borracho los dejara salir para comprar más tragos para la fiesta en la que estaban con ellos. Se trata de John Alejandro Gutiérrez Rincón, alias Mayimbú, condenado a 40 años por secuestro extorsivo y concierto para delinquir; y Olmedo Vargas Padilla, alias Robinson, sindicado por el delito de hurto.

Jhon Alejandro Gutiérrez y Olmedo Vargas Padilla, ex integrantes de las FARC fugados en La Picota tras una fiesta
Jhon Alejandro Gutiérrez y Olmedo Vargas Padilla, ex integrantes de las FARC fugados en La Picota tras una fiesta

El hecho encendió las alarmas de las autoridades sobre las irregularidades que ya habrían sido denunciadas a los directores del Inpec. Un documento revelado por El Tiempo reseña el testimonio de un guardia que denunció las fiestas en las llamadas "casas fiscales", desde donde dijo escuchar música a alto volumen e ingresar mujeres en distintas ocasiones. De hecho, ante esa denuncia, un inspector jefe se había comprometido a parar los desórdenes ante el teniente del Inpec Bladimir Pérez Ortiz.

Y es que la falta de control en el manejo de las 135 cárceles del país ya ha ocasionado siete fugas en lo que va del año. La más reciente ocurrió este lunes, cuando descubrieron una carta de José Edilberto Muñoz, condenado por la violación de un menor de 14 años, que dejó a los guardias en agradecimiento, luego de escaparse de la cárcel de Bellavista de Medellín.

José Edilberto Muñoz se escapó de la cárcel Bellavista de Medellín y dejó esta carta a los guardias
José Edilberto Muñoz se escapó de la cárcel Bellavista de Medellín y dejó esta carta a los guardias

Pero estas denuncias solo se suman a la larga lista de irregularidades en el Inpec, que abrieron el debate sobre la liquidación de la entidad pública. Entre las que se encuentran la corrupción, el hacinamiento, la falta de personal para la cantidad de reclusos y el elevado número de sindicatos a los que les proporcionan permisos injustificados.

En total, existen 78 sindicatos en el Inpec, y sus 8.640 afiliados dejaron de trabajar casi 110.079 días desde 2015. Solo en 2017 los permisos representaron 31.397 días no trabajados, según un informe de la Contraloría General. Y teniendo en cuenta que existen solo 12.400 guardias para los más de 120.668 presos del país, el control total se hace insostenible.

Reflejo de lo anterior es la incautación de 6.842 gramos de droga en prisiones en 2017, según datos del citado diario. Este martes, la Policía recuperó de la cárcel Modelo de Bucaramanga 600 armas blancas, un módem, 37 celulares, 50 SimCard, memorias USB, estupefacientes y televisores.

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