Es una historia que se repite en Colombia: muchos narcos recurren a supuestas fuerzas del más allá para protegerse de las balas de los enemigos o evitar que los capturen. Y a pesar de ello, los rezos y pócimas nunca, o casi nunca, surgen efecto. Así le pasó a Gustavo Hernán Sepúlveda, alias "Máscara", un jefe del Clan del Golfo que fue capturado por la Policía.
Máscara y dos de sus lugartenientes fueron a consultar a una bruja de magia negra que les practicó el rito de la "reencarnación" para que estuvieran protegidos. Para garantizarlo, la mujer mantuvo en su casa tres pequeños gatos negros que representaban a los tres narcos.
Máscara, un hombre supersticioso y creyente del oscurantismo, confió en el poder de la bruja y aceptó una dura misión que le propusieron sus superiores. Tenía que viajar a una región en la selva del Pacífico colombiano y hacerse con el control de un territorio clave para el procesamiento y exportación de droga, informó la revista Semana.
A finales de octubre de 2017, Máscara llegó con 30 de sus más sangrientos hombres para tomarse el territorio. Nada le podía pasar bajo la protección mágica. Sin embargo, el clima fue su primer e imprevisto enemigo: esa parte de Colombia cuenta con más de 80 por ciento de humedad, lluvias constantes, días calurosos y noches en las que la temperatura baja a 10 grados o menos. Ante este panorama, 20 de sus sicarios desertaron a las pocas semanas.
Frente a la pérdida de hombres, Máscara viajó a Medellín y en el humilde y populoso barrio de Manrique ofreció salarios de unos 800 dólares a jóvenes criminales y sicarios que tuvieran las agallas de aceptar la misión. Y lo logró, a las pocas semanas armó un ejército con 50 personas.
Sin embargo, en la ciudad de Pablo Escobar oficiales de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía le seguían la pista y habían logrado reclutar a un informante de nombre Jeison, pieza clave en esta historia.
Al llegar a la zona selvática donde se establecerían, Jeison dio la ubicación a la policía. Dos agentes encubiertos se infiltraron en la zona y se hicieron pasar por humildes recolectores de coca. Por un tiempo los dos hombres lograron recolectar toda clase de información: extorsiones, cultivos en la zona, dueños de laboratorio.
El operativo de captura se ejecutó el pasado 6 de marzo cuando un comando especial con 20 hombres incursionó en la guarida de los narcos. Máscara, que estaba escondido en una choza, combatió con ferocidad a los policías y herido en una pierna logró escapar.
Como escondite escogió la casa de la bruja, que le curó la pierna. Máscara se sentía a salvo con la mujer y con su supuesto poder. Sin embargo, la inteligencia de la policía le seguía el rastro a ella.
Un nuevo operativo de captura fue planeado y el 26 de marzo a las 6 de la mañana un grupo comando irrumpió en la casa de la bruja y agarró, esta vez desprevenido, a Máscara, que nada pudo hacer.
La captura de Máscara es de gran importancia para las autoridades colombianas porque se trata de un poderoso lugarteniente del grupo narco y porque lo arrestaron cuando estaba en pleno plan de consolidación de un territorio clave para el negocio del narcotráfico.
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