La guerrilla ELN manifestó este miércoles su voluntad de seguir adelante con los diálogos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos en Ecuador, pese a la crisis desatada por unos ataques del grupo rebelde en Colombia.
"Nosotros nos mantenemos en eso, que se mantengan las conversaciones y que ningún incidente lleve a que estas se interrumpan", dijo Pablo Beltrán, jefe negociador de los rebeldes, tras la decisión del gobierno de suspender la reanudación de las negociaciones prevista para este miércoles en Quito.
Beltrán, rodeado por los miembros del equipo negociador de la guerrilla, aseguró que su delegación permanecerá en Quito si el gobierno de Santos está dispuesto a "buscar una salida a este incidente".
"Si el gobierno no da una respuesta positiva necesariamente nosotros tendríamos que regresar a Colombia", aseguró.
El comandante guerrillero señaló que los ataques de más temprano, que no reconoció de forma explícita, ocurrieron por la "compleja situación de conflicto que sufre el país".
El miércoles, un día después de que expirara el primer alto al fuego bilateral con el grupo rebelde, el presidente Juan Manuel Santos pidió el regreso de su principal representante en las negociaciones, Gustavo Bell.
Vamos a "evaluar el futuro del proceso", afirmó Santos en un mensaje al país después de que culpó al ELN de "unas acciones terroristas" esta madrugada que afectaron el transporte de crudo y, al parecer, dejaron dos militares heridos en el noreste de Colombia.
La estatal Ecopetrol señaló que en total hubo cuatro ataques contra la infraestructura petrolera en los departamentos de Boyacá, Casanare y Arauca.
El proceso de paz con el ELN, la última guerrilla en activo de Colombia que reconoce el gobierno, ha entrado así en su peor crisis.
La decisión de Santos suspendió por ahora el inicio del quinto ciclo de diálogos que se llevan a cabo en una hacienda jesuita a las afueras de la capital ecuatoriana y en el que se buscaba, principalmente, pactar una nueva tregua.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), con menos de 2.000 combatientes, negocia con el gobierno desde febrero de 2017 el fin de un conflicto armado que, en medio siglo, ha dejado ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
Santos busca un acuerdo de paz similar al que desarmó y transformó en partido político a las comunistas FARC el año pasado.
Con información de AFP
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