El dramático relato de los sobrevivientes al naufragio de El Almirante en Colombia

Testigos explicaron que cuando abordaron el barco en la represa Guatapé no recibieron chalecos salvavidas ni ninguna instrucción sobre qué hacer en caso de emergencia. Una mujer aseguró que el capitán fue el primero en dejar la embarcación

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Rescatistas ayudan a una mujer tras el naufragio de “El Almirante” (Reuters)
Rescatistas ayudan a una mujer tras el naufragio de “El Almirante” (Reuters)

El paseo dominguero de la familia Villegas acabó en tragedia este domingo cuando el barco El Almirante, que llevaba cerca de 170 personas a bordo, se hundió en el embalse de Guatapé, en el departamento colombiano de Antioquia (noroeste), lo que dejó al menos seis muertos y cerca de 30 desaparecidos.

La embarcación de cuatro niveles y abarrotada de turistas que disfrutaban de un domingo de sol en esta localidad se fue a pique minutos después de zarpar de uno de los muelles, ante la mirada impotente de centenares de personas que gritaban desde la orilla del embalse.

"Nosotros estábamos tomándonos fotos, estábamos viendo que estaba muy bonito el día cuando de un momento a otro sentimos un estruendo muy fuerte. Se partió el lado izquierdo y fue cuando empezó el barco a hundirse para el lado izquierdo", dijo a EFE José Gilberto Villegas, sobreviviente de la tragedia.

Según su relato, en ese momento los pasajeros se movieron hacia el lado derecho de la embarcación para tratar de estabilizarlo, pero el agua ya tenía demasiada fuerza dentro y los arrastró.

"Todo el mundo gritaba y pedíamos auxilio, ayuda, y la gente nos colaboró, gracias a Dios", afirma Villegas, quien era parte de un grupo familiar de 23 personas, entre ellas, su esposa y sus hijas de 12 años, y 16 meses de edad, a quienes logró poner a salvo.

No corrieron la misma suerte dos familiares suyos, un tío de 55 años y una prima de 33, que no están en el grupo de personas rescatadas hasta ahora.

"Estamos tristes y aburridos, no tenemos sentimientos para expresarlo", agregó Villegas sobre los dos familiares desaparecidos.

Añadió que pagaron 11.000 pesos (unos 3,6 dólares) por persona para subir el barco y hacer un recorrido por el embalse con el único propósito de disfrutar de un día de sol en este domingo, aprovechando que mañana es festivo en Colombia.

Villegas explica que cuando abordaron El Almirante no recibieron ninguna instrucción de qué hacer en caso de emergencia, ni tampoco chalecos salvavidas.

"Yo me subí con un gringo que no se dónde está y le pido a Dios que lo proteja mucho", afirmó.

Según cuenta, una vez que El Almirante comenzó a balancearse trató de salir con su esposa e hijas al tiempo que pedía auxilio a otras embarcaciones turísticas que rápidamente se acercaron al lugar del naufragio para prestar socorro y evitaron una tragedia mayor porque el barco se hundió totalmente en cuestión de minutos.

"Mis niñas lloraban y yo gritaba 'salven a mis hijas, salven a mis hijas'", dice, y añade que estaban en el nivel más alto del barco porque de allí se tenía una mejor vista durante el paseo.

Por lo que recuerda, "el primer piso era donde más gente había. La gente estaba sentada tomándose su cerveza, había música y todo".

Otra sobreviviente, Nora Raquel Pérez, confirmó al diario local El Colombiano que el barco había recién dejado el muelle cuando comenzó a desatarse la tragedia. La mujer se encontraba en el segundo piso en el momento que el capitán comenzó a gritar a los pasajeros de moverse para darle estabilidad a la embarcación.

"Nos dijo que nos moviéramos de un lado, luego al otro y por último adelante, luego el barco se empezó a hundir", relató.

La sobreviviente dio además algunos detalles sobre el comportamiento del capitán de El Almirante: según denunció, éste fue el primero en lanzarse al agua y le pidió a todos los pasajeros que hicieron lo mismo para facilitar las tareas de rescate. 

Pero entre los pasajeros había varios que no sabían nadar, como la propia Pérez. "No sé cómo floté", concluyó.

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