Vacunas de ARN mensajero contra el cáncer: de qué se trata el avance más innovador en tratamientos oncológicos

Las vacunas de ARN mensajero (ARNm) son conocidas en todo el mundo porque fueron la gran herramienta de la ciencia para cambiar el curso de la pandemia de COVID-19, al salvar millones de vidas alrededor del planeta. Lo que pocos saben es que la tecnología de ARNm ya se investigaba para desarrollar tratamientos personalizados contra el cáncer antes de la irrupción del coronavirus.

Sin embargo, ante la emergencia sanitaria global desatada en 2020, los esfuerzos se redirigieron hacia la creación de inmunizantes contra el virus SARS-CoV-2. En los años recientes, con la pandemia bajo control, la investigación en cáncer retomó su curso con renovada fuerza.

La innovación de la tecnología ARN mensajero como herramienta terapéutica en oncología radica en su enfoque personalizado al tipo de tumor de cada paciente. Entre los ejemplos más destacados está la vacuna en investigación mRNA-4157, desarrollada por el laboratorio Moderna en colaboración con Merck -fuera de Estados Unidos conocido como MSD-, que ya demostró eficacia en el tratamiento de melanoma metastásico.

El melanoma es un cáncer de piel que se desarrolla generalmente en áreas de mayor exposición al sol y que puede ser peligroso, ya que puede diseminarse rápidamente si no se detecta y trata a tiempo, según la Sociedad Americana del Cáncer.

Diversas investigaciones internacionales apuntan a expandir el uso de la tecnología ARNm a otros tipos de cáncer. Como detalló Infobae, el gigante biotecnológico BioNTech, actualmente lleva adelante ensayos clínicos enfocados en otros tumores, como el estudio de la vacuna BNT116 para el cáncer de pulmón.

A diferencia de las vacunas preventivas como las del COVID-19, las de ARNm contra el cáncer son terapéuticas y personalizadas, diseñadas para potenciar la respuesta inmune y mejorar los tratamientos en casos oncológicos avanzados. Para dimensionar el alcance de estos avances, Infobae consultó a expertos en oncología y dermatología.

Ya en septiembre de 2023, cuando se conocieron los resultados de Fase II de la eficacia de las vacunas de ARN mensajero en el tratamientos del melanoma, el director médico de Moderna para América Latina, el doctor en bioquímica y biología molecular Rolando Pajón, anticipó en una entrevista exclusiva con Infobae que ese avance “lo cambia todo, no solo las vacunas, sino todo”.

Las vacunas de ARNm funcionan enseñando al sistema inmune a reconocer y atacar proteínas específicas. En el caso del cáncer, se dirigen contra proteínas llamadas neoantígenos, que son únicas de las células tumorales debido a mutaciones genéticas.

Ante la consulta de Infobae el médico oncólogo Claudio Martín, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), explicó que “este ARN mensajero se diseña para codificar las proteínas específicas del tumor del paciente, es decir, los antígenos del tumor. Una vez aplicado, el ARN genera una respuesta inmunológica dirigida exclusivamente contra el tumor. Esto hace que la terapia sea personalizada y específica para las características del tumor de cada paciente”.

A diferencia de las terapias generales, estas vacunas son personalizadas y específicas para cada paciente. Esto se logra al identificar las mutaciones presentes en su tumor y diseñar un ARN que estimule una respuesta inmunológica dirigida. “Esta terapia no ataca mecanismos generales del cáncer, sino características únicas del tumor del paciente”, agregó el doctor Martín, jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming.

“Con los ensayos clínicos en curso para tumores frecuentes como melanoma, cáncer de pulmón y tumores de vejiga —en los que también estamos trabajando en el Instituto Fleming—, se espera demostrar su eficacia. Si los resultados son positivos, esto podría ampliarse a otros tipos de tumores e incluso a otras patologías, lo que abre un abanico de posibilidades terapéuticas realmente prometedoras. Sin embargo, es fundamental ser prudentes y esperar los resultados de estos estudios, que se están llevando a cabo tanto a nivel mundial como en Argentina”, destacó el oncólogo.

El melanoma metastásico es uno de los focos principales de las investigaciones con vacunas de ARNm. La combinación de la vacuna mRNA-4157 con el fármaco pembrolizumab ha mostrado resultados alentadores. En el estudio, publicado en la revista The Lancet, la progresión de la enfermedad o la mortalidad en pacientes tratados con esta combinación se redujo del 40% al 22% en los primeros dos años.

“Vacunas para melanoma existen hace más de 30 años. Se llaman vacunas porque estimulan al organismo para que produzca anticuerpos, pero no son vacunas en el sentido clásico, sino que buscan generar anticuerpos dirigidos a antígenos del tumor. El problema principal es que los tumores expresan una gran cantidad de antígenos, y estos varían entre las personas. Por lo tanto, el desafío no radica únicamente en la plataforma utilizada —en este caso, ARN mensajero—, sino también en identificar con precisión cuáles son los antígenos relevantes. Esta nueva molécula se combina con el Pembrolizumab, una inmunoterapia que ya es utilizada ampliamente”, describió a Infobae el doctor Andrés Politi, dermatólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

Según Politi, esta vacuna es innovador porque mejora los resultados obtenidos con tratamientos inmunológicos ya establecidos como el pembrolizumab. Además, el melanoma ofrece un modelo ideal para las vacunas de ARNm debido a su alto nivel de inmunogenicidad. “Esta característica, que permite al melanoma crecer, también lo hace vulnerable, ya que puede atacarse a través de los mismos antígenos que expresa”, explicó.

“Estos tratamientos actuales se inscriben en la prevención terciaria, que busca mitigar la enfermedad avanzada y ralentizar su progresión”, sintetizó el especialista en dermatología.

En abril pasado, Infobae detalló los resultados del ensayo del estudio de Fase II que mostraron que las vacunas disminuían significativamente la probabilidad de recaída en pacientes con melanoma. Actualmente, se lleva a cabo el ensayo clínico de Fase III liderado por el University College London Hospitals NHS Foundation Trust (UCLH). La doctora británica Heather Shaw, coordinadora del estudio, destacó que estas vacunas podrían ofrecer un tratamiento efectivo para personas con melanoma. Además, están siendo evaluadas en otros tipos de cáncer, como el de pulmón, vejiga y riñón.

Aunque los resultados en melanoma son prometedores, el desafío radica en extender la eficacia de las vacunas de ARNm a otros tipos de cáncer menos inmunogénicos, como el de páncreas, próstata o colorrectal.

El doctor Martín también destacó que estas vacunas tienen baja toxicidad, lo que las hace ideales para combinarlas con inmunoterapia y quimioterapia. “De hecho, la mayoría de los ensayos clínicos lo combinan con inmunoterapia para maximizar los beneficios. Por ejemplo, se busca combinarlo con terapias dirigidas como los anticuerpos anti-PD-1 o anti-PD-L1, además de quimioterapia. Este tratamiento tiene un mayor potencial cuando se utiliza en combinación, ya que no agrega toxicidades nuevas, lo que lo hace más versátil”, afirmó.

Un aspecto clave de las vacunas de ARNm contra el cáncer es su capacidad de personalización. Según los expertos, este proceso, que actualmente requiere semanas, podría evolucionar hacia la producción de vacunas estándar basadas en neoantígenos comunes a diferentes pacientes. Esto reduciría significativamente los costos y ampliaría el acceso a estos tratamientos.

Los ensayos clínicos actuales en tumores como melanoma, cáncer de pulmón y de vejiga podrían confirmar la eficacia de estas vacunas y abrir la puerta a su aplicación en otros tipos de cáncer y patologías, aunque aún se esperan los resultados de las investigaciones.

El impacto de la tecnología de ARNm no se limita al melanoma. Se está investigando su aplicación en otros tipos de cáncer como próstata, pulmón y colorrectal, además de con ensayos en curso para el cáncer de páncreas.

El cáncer de pulmón, responsable de 1,8 millones de muertes al año, es la principal causa de fallecimientos por cáncer en el mundo. Ante ese desafío de salud pública, BioNTech desarrolló la vacuna experimental BNT116, basada en tecnología de ARN mensajero, que se encuentra en ensayos clínicos en 34 centros de investigación en siete países.

Esta vacuna está diseñada para tratar el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), la forma más común de la enfermedad, mediante la estimulación del sistema inmune para identificar y atacar células tumorales, reduciendo el riesgo de recaídas. A diferencia de la quimioterapia, busca evitar la toxicidad en tejidos sanos, enfocándose exclusivamente en antígenos presentes en las células cancerosas.

La tecnología de ARNm, perfeccionada durante la pandemia de COVID-19, ha demostrado ser una herramienta versátil no solo contra enfermedades infecciosas, sino también en el tratamiento de patologías como el cáncer. Expertos como el doctor Diego Kaen destacan que esta vacuna representa un enfoque esperanzador, aunque los resultados finales dependerán de las próximas fases del estudio.

Actualmente, la BNT116 se administra a pacientes que han sido operados por cáncer de pulmón, en un escenario adyuvante, con el objetivo de prevenir recaídas. La comunidad científica confía en que este avance podría marcar una nueva etapa en la lucha contra el cáncer de pulmón, convirtiéndolo en una enfermedad más controlable mediante la integración de tecnologías innovadoras como las vacunas de ARNm.

En mayo pasado, Infobae detalló sobre uno de los casos más innovadores es la vacuna de ARNm desarrollada por investigadores de la Universidad de Florida, diseñada para combatir el glioblastoma, un tumor cerebral agresivo con una supervivencia media de 15 meses.

En ensayos iniciales con cuatro pacientes adultos, la vacuna demostró ser capaz de reprogramar el sistema inmunitario para atacar el tumor, convirtiéndolo de un estado “frío” (con baja respuesta inmune) a un estado “caliente” (respuesta inmunitaria activa). La investigación fue publicada en la revista Cell.

“En menos de 48 horas, pudimos ver cómo estos tumores pasaban de un estado de muy pocas células inmunitarias a una respuesta inmunitaria muy activa. Fue muy sorprendente por lo rápido que ocurrió”, destacó Elias Sayour, oncólogo pediátrico de la Universidad de Florida (UF) y líder del equipo de investigación.

Ante la consulta de Infobae cuando se publicó el estudio, el médico oncólogo Diego Kaen, ex presidente de AAOC señaló: “Hay una nueva generación de vacunas ARN mensajero para diferentes tumores que está en desarrollo. La vacuna para glioblastoma es una de ellas. Aún falta más investigación, pero se trata de una innovación que podría ser aplicada en diferentes tumores. El estudio publicado en Cell muestra un resultado positivo y esperanzador para el glioblastoma”.

La vacuna utiliza células tumorales del propio paciente, combinadas con un complejo sistema de nanopartículas lipídicas que simulan la presencia de un virus peligroso, lo que estimula al sistema inmune. Aunque los resultados son preliminares, los pacientes tratados han vivido más tiempo del esperado, lo que marca un avance importante en un tipo de cáncer con pocas opciones terapéuticas.

La vacuna experimental, al ser un tipo de inmunoterapia, busca “entrenar” al sistema inmune del paciente para que reconozca al tumor como una amenaza y actúe contra él. Según el doctor Sayour, investigador principal del Laboratorio de Ingeniería del ARN del Centro Preston A. Wells Jr. de Terapia de Tumores Cerebrales de la Universidad de Florida, uno de los descubrimientos más destacados fue la velocidad con la que este nuevo enfoque, administrado por vía intravenosa, desencadenó una respuesta inmune intensa para atacar el tumor.