La cicatrización de heridas en el cuerpo humano es un proceso que los científicos no han dejado de analizar. Recientemente, un estudio realizado por el Instituto Karolinska evaluó la dinámica celular y molecular involucrada, y proporcionó detalles sin precedentes.
El trabajo se centró en comprender los mecanismos mediante los cuales las células cooperan para reparar daños en la piel, un proceso esencial para la salud humana que hasta ahora se conocía de manera limitada, según los autores.
Para lograrlo, los investigadores examinaron la piel y las heridas de un mismo grupo de personas en distintas fases del proceso de curación: inflamación, proliferación y remodelación. Los resultados se publicaron en la revista Cell Stem Cell.
En el texto del estudio, los autores explicaron: “La cicatrización de heridas es vital para la salud humana, pero los detalles de la dinámica celular y la coordinación en la reparación de heridas humanas siguen en gran parte sin explorar. Para abordar esto, realizamos análisis multiómicos (NdeR: un estudio integrado de datos genéticos, proteicos y metabólicos) de células individuales en tejidos de heridas de piel humana a través de las fases de inflamación, proliferación y remodelación de la reparación de heridas de los mismos individuos, monitoreando la dinámica celular y molecular de la cicatrización de heridas de piel humana con una resolución espaciotemporal sin precedentes”.
A través de técnicas avanzadas como la secuenciación de ARN de célula única y la transcriptómica espacial, los científicos mapearon los cambios celulares y moleculares que ocurren con el tiempo. Zhuang Liu, investigador postdoctoral del Departamento de Medicina de Solna en el Instituto Karolinska, destacó el papel de una proteína específica en este proceso.
“Hemos descubierto que una proteína importante, FOSL1, ayuda a las células de la piel a moverse y cubrir las heridas durante el proceso de curación. También hemos visto que ciertas otras células, como los macrófagos y los fibroblastos, ayudan a estas células de la piel a moverse y reparar el daño”, afirmó Liu. El estudio describe cómo los macrófagos y los fibroblastos desempeñan un papel clave en este proceso.
Según el texto, “esta hoja de ruta singular revela la arquitectura celular del margen de la herida e identifica a FOSL1 como un impulsor crítico de la reepitelización. Muestra que los macrófagos y fibroblastos proinflamatorios apoyan secuencialmente la migración de queratinocitos como una carrera de relevos a través de diferentes etapas de curación”.
El trabajo también comparó heridas en personas con condiciones crónicas, como úlceras venosas y del pie diabético, y encontró que la capacidad de las células para desplazarse hacia el área dañada es clave para la cicatrización. “Cuando comparamos heridas de personas con enfermedades crónicas, descubrimos que los problemas con el movimiento celular pueden dificultar la curación”, añadió Liu.
Los autores del estudio resaltaron este hallazgo en el texto: “La comparación con datos de células individuales de úlceras venosas y del pie diabético descubre un vínculo entre la migración fallida de queratinocitos y la respuesta inflamatoria deteriorada en heridas crónicas”.
Estos resultados, según los investigadores, proporcionan una mejor comprensión de por qué algunas heridas no logran sanar de forma eficaz. En el caso de las heridas crónicas, se detectaron respuestas inflamatorias y capacidades de migración celular deterioradas, lo que sugiere que se podrían desarrollar estrategias específicas para superar estas limitaciones, de acuerdo al planteo.
Ning Xu Landén, otro de los especialistas, enfatizó la importancia de estos descubrimientos para la investigación médica. “Nuestros hallazgos también subrayan las características únicas de la curación de las heridas de la piel humana, que difieren significativamente de los modelos animales. Esto es fundamental para cerrar la brecha entre la investigación fundamental y la innovación clínica”, explicó el especialista.
En tanto, en el estudio también se señaló que “la comparación de transcriptomas de heridas agudas humanas y de ratones subraya el valor indispensable de esta hoja de ruta para unir la investigación básica con las innovaciones clínicas”.