El invierno en el planeta está cambiando. Según un estudio reciente de la ONG Climate Central, el mundo perdió una semana completa de días fríos al año durante la última década, un fenómeno atribuido al avance del cambio climático.
Este análisis, que abarca datos entre 2014 y 2023, revela que las temperaturas invernales son cada vez más cálidas, con graves implicaciones para ecosistemas, economías y salud humana.
La investigación examinó las temperaturas mínimas diarias durante los meses de diciembre, enero y febrero, correspondientes al invierno del hemisferio norte. Los datos observados se compararon con una simulación de un clima sin influencia del calentamiento global inducido por combustibles fósiles.
El resultado fue contundente: en más de un tercio de los 123 países analizados, los inviernos han perdido al menos ocho días de temperaturas bajo cero cada año. Este fenómeno también afecta a casi la mitad de las 901 ciudades incluidas en el estudio.
Europa se destacó como el continente más afectado por el acortamiento del invierno. En Dinamarca, Estonia, Letonia y Lituania, el invierno se redujo hasta en tres semanas en la última década. Francia también registró un promedio de 10 días adicionales al año con temperaturas superiores a 0 °C, siendo el norte y el este del país las regiones más impactadas.
Otras ciudades europeas también han experimentado aumentos significativos de días cálidos en pleno invierno. En lugares como Turín y Verona en Italia, Bergen en Noruega o Riga en Letonia, las temperaturas superaron los 0 °C por un mes más de lo habitual. Esta tendencia amenaza no solo los ecosistemas locales, sino también actividades económicas clave como el turismo de invierno.
“La nieve, el hielo y las temperaturas frías que solían ser características de la temporada invernal están desapareciendo rápidamente en muchos lugares, amenazando los ecosistemas, las economías y las tradiciones culturales”, explicó en la presentación del estudio Kristina Dahl, vicepresidenta de ciencia en Climate Central.
Otro aspecto que abarcó el estudio de Climate Central fue el análisis de los datos de temperatura promedio invernal de 241 ciudades de EEUU para ver cómo y dónde se han calentado los inviernos desde 1970 hasta 2024.
- Las temperaturas promedio de invierno aumentaron en 235 (98%) ciudades desde 1970.
- El invierno se calentó más, en promedio, en localidades del Medio Oeste Superior, el Noreste y el Valle de Ohio y las ciudades con el mayor calentamiento invernal fueron: Burlington, Vermont; Milwaukee, Wisconsin; Concord, N.H.; Green Bay, Wisconsin; Albany, N.Y.; y Toledo, Ohio.
- Desde 1970, el número promedio de días de invierno más cálidos de lo normal ha aumentado en 231 (96%) de los 241 lugares analizados.
- La mayoría de los lugares (87%, o 210) ahora experimentan al menos siete días de invierno más cálidos de lo normal que en 1970.
- Las rachas de frío más largas del invierno se han acortado desde 1970 en el 98% (236) de las 240 ciudades de EE. UU. analizadas.
Impactos en la salud y la agricultura
El cambio en los patrones de invierno tiene repercusiones directas en la salud humana. Las temperaturas frías actúan como reguladoras naturales de plagas, incluyendo insectos portadores de enfermedades como los mosquitos y las garrapatas.
Con inviernos más cortos, estas poblaciones pueden crecer sin control, aumentando los riesgos para la salud pública. Además, la reducción de las temperaturas invernales favorece la dispersión de polen, lo que incrementa la incidencia de alergias respiratorias.
En el ámbito agrícola, cultivos como las manzanas y los duraznos, que requieren largos periodos de frío para su desarrollo, también están en riesgo. La exposición temprana de los cultivos a heladas tardías puede causar daños irreparables, afectando la seguridad alimentaria global.
La disminución de la capa de nieve en las montañas también tiene consecuencias serias para el suministro de agua potable. La nieve acumulada durante el invierno es esencial para garantizar el deshielo primaveral que llena embalses y riega cultivos. Sin esta fuente natural, la crisis mundial del agua podría agravarse considerablemente.
Los deportes de invierno, una industria valorada en 12.500 millones de dólares en 2023, también enfrentan un futuro incierto. La reducción de la nieve y las temperaturas frías amenaza directamente actividades como el esquí y el snowboard, que dependen de condiciones climáticas estables.
El informe subraya que la principal causa de este calentamiento invernal es el uso continuo de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Dahl advierte: “Los días helados son cruciales, y para evitar que los inviernos se calienten aún más, es fundamental eliminar con urgencia los combustibles fósiles”.
La velocidad a la que se está calentando el planeta plantea interrogantes sobre el futuro de los inviernos tal como los conocemos. Con el 2024 proyectado como el año más cálido registrado, los expertos insisten en la necesidad de actuar con rapidez para mitigar los efectos del cambio climático y preservar los sistemas naturales y humanos que dependen de las temperaturas frías.
Si bien el estudio se centra principalmente en el hemisferio norte, el impacto de los inviernos más cálidos tiene implicaciones globales. Los cambios en las estaciones afectan la biodiversidad, los ciclos hidrológicos y los patrones de precipitación, exacerbando problemas como la desertificación y la escasez de agua en regiones vulnerables.
La investigación también destaca la importancia de la colaboración internacional para abordar el cambio climático. Políticas enfocadas en la reducción de emisiones, la transición hacia energías renovables y la conservación de los recursos naturales son esenciales para frenar la pérdida de días fríos y garantizar un equilibrio climático sostenible.
El acortamiento de los inviernos es un recordatorio tangible de cómo el cambio climático está transformando rápidamente el planeta, aseguran los científicos responsables del estudio.
Desde los ecosistemas hasta la salud humana y las economías locales, las implicaciones son profundas y requieren una acción inmediata. Como subraya el informe, preservar los inviernos no es solo una cuestión climática, sino también un esfuerzo por proteger la diversidad y el equilibrio de la vida en la Tierra.