En las profundidades heladas del Atlántico Norte y el Ártico, donde la luz apenas penetra y las temperaturas rozan el límite de lo habitable, vive un anciano enigmático: el tiburón de Groenlandia. Durante siglos, este gigante marino ha nadado silenciosamente, esquivando la atención humana hasta que en 2016 nuevos estudios y descubrimientos científicos lo colocaron en el centro de la investigación biológica. Con una esperanza de vida que puede superar los 400 años, es el vertebrado más longevo conocido por la ciencia.
Este tiburón se desliza lentamente por el abismo, creciendo apenas un centímetro al año, pero su lento ritmo de vida esconde un secreto fascinante. ¿Cómo puede una criatura enfrentarse al implacable paso del tiempo durante siglos? Investigadores de todo el mundo se embarcaron en una misión para descifrarlo, logrando una hazaña sin precedentes: la secuenciación del genoma del tiburón de Groenlandia, lo que promete cambiar nuestra comprensión de la longevidad y el envejecimiento en los seres vivos.
El tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus), reseña CNN, es un coloso marino que puede alcanzar más de seis metros de longitud, lo que lo coloca entre los tiburones más grandes del mundo. Sin embargo, su verdadero récord no se mide en metros, sino en años. Un estudio reveló que estos tiburones pueden vivir hasta 500 años, con una estimación promedio de 400 años.
Su secreto podría estar en un metabolismo excepcionalmente lento, una adaptación necesaria para sobrevivir en las frías aguas árticas. Pero los científicos quieren ir más allá: entender los mecanismos genéticos que hacen posible esta longevidad récord.
La clave de su genoma
Un equipo internacional de investigadores logró secuenciar aproximadamente el 92% del ADN del tiburón de Groenlandia, permitiendo un análisis detallado de su estructura genética. Sorprendentemente, su genoma es dos veces más grande que el humano, lo que despertó la curiosidad científica sobre sus posibles funciones.
Uno de los hallazgos más relevantes fue la abundancia de genes saltarines o elementos transponibles, que representan más del 70% de su genoma. Estos genes tienen la capacidad de moverse y duplicarse, un proceso que en la mayoría de los seres vivos suele causar mutaciones perjudiciales. Pero en el tiburón de Groenlandia, estos genes parecen estar relacionados con mecanismos de reparación del ADN, lo que podría explicar su extraordinaria longevidad.
Según el investigador principal Arne Sahm, del Instituto Leibniz sobre el Envejecimiento en Alemania, estos genes podrían desempeñar un papel protector. “Los efectos dañinos de estos elementos transponibles no solo se contrarrestan, sino que quizás se revierten, mejorando la integridad del genoma del tiburón”, explicó a CNN.
¿El secreto para vivir más?
Estudiar el genoma del tiburón de Groenlandia podría tener implicaciones más allá del ámbito marino. Los científicos creen que comprender los mecanismos moleculares de la longevidad podría ayudar a desarrollar tratamientos para prolongar la vida humana o prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el cáncer.
“Si logramos entender cómo estos tiburones mantienen su ADN intacto durante siglos, podríamos aplicar ese conocimiento a los seres humanos”, afirmó el doctor Steve Hoffman, otro autor principal del estudio. Sin embargo, advirtió que aún queda un largo camino por recorrer antes de convertir estos descubrimientos en aplicaciones médicas.
Más allá de sus asombrosas características biológicas, el tiburón de Groenlandia enfrenta amenazas de conservación. Actualmente está catalogado como una especie vulnerable según la Lista Roja de la UICN, debido a la sobrepesca y la degradación de su hábitat. Para estudiar su genoma, los científicos obtuvieron muestras de tiburones mediante eutanasia controlada bajo estrictos permisos de investigación.
“Este tiburón ocupa un lugar único en el árbol evolutivo de la vida”, señaló Toby Daly-Engel, profesora de biología marina en el Instituto de Tecnología de Florida. Su equipo espera que este estudio impulse nuevas medidas de conservación y una mayor comprensión de la evolución de los tiburones.
Mientras los científicos continúan descifrando los misterios genéticos del tiburón de Groenlandia, su legado como guardián de los océanos y su papel como modelo de longevidad extrema están asegurados. En las heladas profundidades del Ártico, este anciano silencioso sigue nadando, llevando consigo respuestas que podrían cambiar el curso de la ciencia moderna.