En noviembre se anunció el hallazgo de un cachorro momificado de homotherium latidens, conocido como gato dientes de sable, descubierto en el permafrost siberiano, un avance científico que ofrece una mirada inédita a una especie extinta que vivió en el hemisferio norte hace unos 35.000 años.
Este hallazgo, único en su tipo, conserva tejidos blandos como piel, músculos, patas y pelaje, lo que podría responder a preguntas científicas sobre su anatomía, comportamiento y evolución; es decir, no sólo ofrece una conexión tangible con un pasado remoto, sino que también desafía y enriquece la comprensión sobre la vida en la Edad de Hielo. Con cada nueva pieza del rompecabezas, los científicos se acercan más a desentrañar los secretos de estos majestuosos depredadores del pasado.
El espécimen fue encontrado en 2020 por excavadores que buscaban colmillos de mamut en el río Badyarikha, en la región noreste de Yakutia, Rusia. Según Alexey V. Lopatin, director del Instituto Paleontológico Borissiak de la Academia de Ciencias de Rusia y autor principal del estudio publicado el pasado 14 de noviembre en Scientific Reports, el cachorro tiene una conservación sorprendente: “Tal vez lo más impresionante sea el color marrón oscuro y la suavidad del pelaje de la momia”.
La datación por radiocarbono revela que el animal vivió hace aproximadamente 35.000 años, durante el Pleistoceno Superior. Se cree que el cachorro, de apenas tres semanas de edad, murió ahogado antes de ser cubierto rápidamente por sedimentos y congelarse en el permafrost, un proceso que aseguró su preservación casi intacta.
Los homotherium, conocidos también como “gatos cimitarra” debido a sus colmillos cortos y dentados, eran depredadores especializados que cazaban megafauna como mamuts juveniles. A diferencia del más icónico smilodon, los homotherium poseían cuerpos alargados, extremidades delanteras fuertes y eran más ágiles, adaptados para correr en espacios abiertos.
Fósiles encontrados en sitios como la cueva Friesenhahn, en Texas, indican que estos felinos criaban a sus cachorros en guaridas. Sin embargo, hasta ahora, el conocimiento sobre las crías de esta especie era limitado debido a la escasez de fósiles juveniles. Este cachorro momificado representa un paso crucial para llenar esos vacíos científicos.
El análisis tomográfico de la momia mostró rasgos distintivos de la subfamilia machairodontinae y del género homotherium. Según Lopatin, el cachorro presentaba un hocico ancho y alargado con una gran apertura bucal, orejas pequeñas, una región del cuello extremadamente robusta y patas delanteras alargadas. Estas características anatómicas ya se manifestaban a tan corta edad, lo que confirma que eran esenciales para su desarrollo como cazadores especializados.
Comparado con un cachorro de león moderno de tres semanas, este homotherium exhibía un cuello mucho más musculoso y proporciones corporales más robustas. Estas adaptaciones sugieren que, incluso en su etapa juvenil, los gatos cimitarra estaban altamente optimizados para su estilo de vida depredador.
Además, las almohadillas de las patas del cachorro eran notablemente redondeadas, y carecían del “almohadón carpiano” característico de los felinos modernos, lo que intriga a los investigadores sobre las diferencias en la locomoción entre estas especies y los grandes felinos actuales.
Otro aspecto relevante es el color y textura del pelaje, una cuestión largamente debatida en la paleontología. Según Lopatin, el pelaje del cachorro era uniformemente marrón oscuro, sin manchas ni rayas visibles. Esto es inusual, ya que la mayoría de los felinos modernos presentan patrones moteados o rayados durante su infancia.
Ashley Reynolds, paleontóloga del Museo Canadiense de la Naturaleza, considera que este hallazgo podría desafiar las teorías previas sobre la relación entre los colores del pelaje y los hábitats de caza. Por ejemplo, leones y pumas, que habitan áreas abiertas, tienden a tener pelajes claros y uniformes para camuflarse. En contraste, el homotherium, que cazaba en la estepa del mamut, aparentemente tenía un pelaje oscuro, posiblemente adaptado a condiciones climáticas extremas o etapas específicas de su vida.
No obstante, Reynolds advierte que el color rojizo del pelaje podría ser una alteración causada por el proceso de momificación. Los investigadores planean realizar análisis genéticos para determinar con mayor precisión los colores originales.
Un vistazo al pasado perdido
El cachorro momificado no solo revela detalles anatómicos, sino que también refuerza la idea de que los homotherium estaban diseñados para cazar grandes presas de la megafauna del Pleistoceno. Margaret Lewis, paleontóloga de la Universidad de Stockton, destacó que los músculos del cuello y la mandíbula del cachorro ya estaban adaptados para abrir ampliamente la boca, una característica crucial en los adultos para desgarrar carne.
A pesar de los datos obtenidos, persisten preguntas sin respuesta, como el uso exacto de sus colmillos. El cachorro no había desarrollado sus dientes adultos, lo que dificulta deducir si estos se mantenían visibles bajo el labio superior, como ocurre en otras especies de dientes de sable.
El equipo de Lopatin planea realizar estudios genéticos para determinar el sexo del cachorro, ya que los órganos genitales no se preservaron. Además, esperan analizar el ADN antiguo para establecer relaciones evolutivas con otros felinos, modernos y extintos.
Este hallazgo abre nuevas puertas para explorar cómo vivían y evolucionaban los depredadores del pasado, especialmente en un ecosistema dominado por gigantes como mamuts y rinocerontes lanudos. Para Jack Tseng, curador del Museo de Paleontología de la Universidad de California, Berkeley, el descubrimiento es un recordatorio de lo mucho que aún queda por aprender: “Este nivel de preservación es asombroso, especialmente en depredadores tan raros de encontrar”.