A donde vaya el hombre, el problema de sus desperdicios y la basura que genera, lo seguirá. Así como en la Tierra, en el espacio, en la Luna o Marte, la generación de basura es un problema que debe ser solucionado.
Es por eso que la NASA organizó un concurso donde ofrece 3 millones de dólares para encontrar soluciones innovadoras de reciclaje en el espacio, en vistas de una futura colonia espacial en nuestro satélite natural.
A medida que la agencia espacial prepara misiones de exploración más largas, incluida la exploración lunar a través del programa Artemis, la necesidad de soluciones eficientes para manejar los desechos en el espacio se vuelve cada vez más urgente. No se trata solo de optimizar los recursos disponibles, sino de garantizar la sostenibilidad de las futuras expediciones, un aspecto clave si se busca establecer una presencia humana a largo plazo fuera de la Tierra.
El LunaRecycle Challenge no es un desafío sencillo. Está orientado a desarrollar tecnologías que no solo reduzcan los desechos, sino que conviertan estos en recursos útiles para los astronautas en la Luna y en futuras misiones al espacio profundo.
Esta competencia pone el foco en un problema práctico y crucial: los desechos generados por los astronautas no son simplemente basura que pueda ser descartada; los elementos como envases, ropa, y materiales de experimentos científicos deben reciclarse o reutilizarse de manera eficiente.
El desafío innovador tiene como objetivo encontrar soluciones para los desechos sólidos inorgánicos generados durante las misiones espaciales, los cuales incluyen materiales como envases de alimentos, telas y objetos de experimentos científicos. Estos residuos, que antes habrían sido simplemente descartados, deben ser procesados para transformarse en productos útiles para las actividades científicas y de exploración lunar.
La NASA identificó que, en misiones de larga duración, es esencial aprovechar al máximo todo lo que los astronautas lleven consigo, incluyendo los desechos generados durante sus actividades.
El desafío busca explorar tecnologías que reduzcan el volumen y el impacto ambiental de estos desechos, y que lo hagan de una manera que no interfiera con la operación eficiente de las misiones.
En palabras de Amy Kaminski, ejecutiva del programa de premios y desafíos de la NASA, “operar de manera sustentable es una consideración importante para la NASA a medida que hacemos descubrimientos y llevamos a cabo investigaciones tanto fuera de casa como en la Tierra”. Este enfoque, además de buscar soluciones para la exploración lunar, pretende llevar lecciones útiles a la Tierra, donde los problemas de gestión de residuos son también cada vez más urgentes.
El Desafío LunaRecycle también abordará algunos de los principales desafíos técnicos de la comunidad aeroespacial. En julio de 2024, la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial de la NASA publicó una lista clasificada de 187 áreas tecnológicas que requieren un mayor desarrollo para satisfacer las necesidades futuras de exploración, ciencia y otras misiones.
Los resultados integraron los aportes de las direcciones y centros de misiones de la NASA, organizaciones de la industria, agencias gubernamentales, el mundo académico y otras personas interesadas para ayudar a guiar el desarrollo y las inversiones en tecnología espacial de la NASA
Cómo es la competencia de la NASA
La competencia se llevará a cabo en dos fases diferenciadas, diseñadas para fomentar tanto la creatividad como la aplicabilidad técnica de las soluciones propuestas:
1. Primera fase: simulaciones y prototipos Los participantes podrán competir en dos categorías:
- Gemelo digital: En esta modalidad, los equipos deben diseñar simulaciones virtuales que representen un sistema capaz de reciclar los residuos sólidos en la superficie lunar, basándose en datos reales.
- Construcción de prototipos: Aquí, los equipos deben diseñar y desarrollar componentes y sistemas físicos capaces de procesar y reciclar los desechos en la Luna. Esta fase otorga 1 millón de dólares en premios, distribuidos entre las dos categorías, y tiene como fecha límite el 31 de marzo de 2025. Los ganadores se anunciarán en mayo de 2025.
2. Segunda fase: prototipos funcionales Aquellos equipos cuyos proyectos sean seleccionados en la primera fase pasarán a esta etapa, en la que deberán desarrollar prototipos funcionales basados en los diseños iniciales. La segunda fase contará con un premio de 2 millones de dólares. Este enfoque por fases permite a los participantes no solo generar ideas innovadoras, sino también avanzar hacia soluciones que sean verdaderamente viables para las misiones espaciales.
El impacto de LunaRecycle en la Tierra
Además de las aplicaciones espaciales, este desafío podría tener un impacto significativo en la gestión de residuos en la Tierra. Según la NASA, las innovaciones que surjan de este reto podrían ser adaptadas para resolver problemas de reciclaje en nuestro planeta.
Las tecnologías de reciclaje desarrolladas en el contexto de las misiones lunares podrían aplicarse a comunidades en todo el mundo, mejorando la eficiencia en el manejo de residuos y reduciendo la producción de desechos tóxicos.
De hecho, los avances en reciclaje no solo ayudan a minimizar la basura espacial, sino que también ofrecen soluciones a los problemas ambientales de la Tierra. Kim Krome, gerente interina del programa de Desafíos del Centenario de la NASA, expresó su entusiasmo por el impacto que estos avances podrían tener: “Estamos muy entusiasmados por ver qué soluciones generan nuestros competidores globales y estamos ansiosos por que este desafío sirva como un catalizador positivo para acercar a la agencia y a la humanidad a explorar mundos más allá del nuestro”.
Y agregó: “Me complace que el Desafío LunaRecycle de la NASA contribuya a brindar soluciones relacionadas con las necesidades tecnológicas en materia de manufactura avanzada y hábitats.
La NASA ha logrado asociarse con la Universidad de Alabama para gestionar este desafío. La universidad, con sede en Tuscaloosa, trabajará de cerca con AI Spacefactory, un ex ganador del Centennial Challenge de la NASA, para facilitar la competencia y coordinar a los equipos participantes. Esta colaboración resalta la importancia de la cooperación entre el sector académico, la industria y la comunidad global en general para abordar problemas complejos y multidimensionales.
Este esfuerzo conjunto subraya la capacidad de la NASA para utilizar la innovación abierta como herramienta clave en la búsqueda de soluciones a los problemas más urgentes en la exploración espacial y la sostenibilidad ambiental. Con la ayuda de esta convocatoria, la agencia espera reestructurar y mejorar sus métodos de gestión de residuos no solo en la Luna, sino también en futuras misiones a Marte, donde el costo de transportar recursos es aún mayor.
Además de su relevancia para las misiones actuales de la NASA, el LunaRecycle Challenge tiene una visión más amplia. Al centrarse en la sostenibilidad a largo plazo en la Luna, se sientan las bases para la exploración futura de otros cuerpos celestes. Las tecnologías que se desarrollen en este concurso no solo se aplicarán a la Luna, sino que también influirán en futuras misiones interplanetarias, como las que la NASA tiene en mente para Marte.
Como afirma la NASA en la promoción de la competencia: “Los astronautas tendrán que aprovechar al máximo todo lo que traigan consigo, incluso su basura”. Esta filosofía no solo es crucial para la supervivencia en el espacio, sino que también refleja un cambio de paradigma en la manera en que concebimos la sostenibilidad y el reciclaje, tanto en el espacio como en la Tierra.
El lema de la iniciativa se basa en las tres R, «Reducir, reutilizar, reciclar». El propósito se basa en trascender las barreras del desarrollo sostenible fuera de los límites planetarios.
Con el LunaRecycle Challenge, la NASA está dando un paso importante hacia la creación de un futuro más limpio y eficiente en la exploración espacial, mientras contribuye a un planeta Tierra más sostenible.