¿Encontró la NASA vida en Marte hace 50 años y la destruyó accidentalmente?

Un astrobiólogo alemán analizó los datos de la misión Viking de la NASA en 1976 y realizó una hipótesis en Nature que sugiere la existencia de organismos biológicos en el planeta rojo

Guardar
La pata de la nave Viking 1 de la NASA es fotografiada en Marte el 20 de julio de 1976 (Photo courtesy of NASA)
La pata de la nave Viking 1 de la NASA es fotografiada en Marte el 20 de julio de 1976 (Photo courtesy of NASA)

En 1976, las sondas Viking 1 y 2 aterrizaron en Marte con una misión ambiciosa: buscar rastros de vida en el suelo marciano. En un momento, una de la sondas dio positivo a rastros biológicos, pero luego todo se atribuyó compuestos naturales del planeta que no eran precisamente de una forma de vida.

Ahora, casi 50 años más tarde, una reciente hipótesis del astrobiólogo alemán Dirk Schulze-Makuch sugiere que la NASA pudo haber encontrado vida en Marte durante la década de 1970, pero que los métodos de investigación empleados por las sondas Viking habrían destruido la evidencia de su existencia.

Esta teoría, planteada en varias publicaciones científicas y conferencias, reabre el debate sobre la posibilidad de vida en el planeta rojo y subraya la importancia de diseñar experimentos más cuidadosos para futuras misiones.

El radar de la nave Mars Express apunta a cuerpos de agua de Marte bajo el hielo ( AFP PHOTO / ESA / Handout )
El radar de la nave Mars Express apunta a cuerpos de agua de Marte bajo el hielo ( AFP PHOTO / ESA / Handout )

Volviendo a 1976, entre los experimentos realizados, el cromatógrafo de gases-espectrómetro de masas (GCMS) detectó compuestos orgánicos clorados, una señal que entonces fue descartada como contaminación de los propios instrumentos. Sin embargo, investigaciones posteriores confirmaron que estos compuestos eran originarios de Marte.

Según Schulze-Makuch, el problema radicó en que los experimentos requerían calentar las muestras a altas temperaturas para separar sus componentes, lo que podría haber destruido los mismos compuestos orgánicos que se buscaban. Esto podría explicar por qué los resultados arrojaron dióxido de carbono en lugar de señales biológicas concluyentes.

Los experimentos realizados por las sondas Viking se basaban en la suposición de que cualquier forma de vida en Marte necesitaría agua para sobrevivir, al igual que ocurre en la Tierra. Por ello, algunos procedimientos, como el experimento de liberación pirolítica, añadieron agua a las muestras para observar reacciones químicas. No obstante, Schulze-Makuch sostiene en la revista Nature que esta cantidad excesiva de agua podría haber “ahogado” a microorganismos marcianos adaptados a condiciones extremadamente secas.

El planeta Marte siempre inspiró a los seres humanos sobre su posible vida biológica.   ( NASA/Handout via Reuters )
El planeta Marte siempre inspiró a los seres humanos sobre su posible vida biológica. ( NASA/Handout via Reuters )

En palabras del científico, “sería como si una nave extraterrestre encontrara a un humano deshidratado en un desierto y, para salvarlo, decidiera lanzarlo al océano. Ese enfoque no funcionaría”.

Un indicio clave que refuerza esta hipótesis es que las señales biológicas observadas en los experimentos fueron más fuertes en las pruebas en seco, donde no se añadió agua a las muestras. Esto sugiere que la vida marciana, si existe, podría estar optimizada para sobrevivir en condiciones de sequedad extrema, algo que los métodos de los Viking no contemplaron.

Para respaldar su hipótesis, Schulze-Makuch compara las condiciones de Marte con las del desierto de Atacama, en Chile, una de las regiones más áridas de la Tierra. Allí, microorganismos logran sobrevivir dentro de rocas salinas utilizando la higroscopicidad, un proceso mediante el cual las sales captan agua de la humedad del aire.

El científico señala que las regiones ecuatoriales de Marte, donde aterrizaron las sondas Viking, presentan condiciones similares a las de Atacama, lo que refuerza la posibilidad de que exista vida microbiana adaptada a la sequedad en el planeta rojo.

Un error que podría haberse evitado

La nave InSight de la NASA retrajo su brazo robótico el 3 de octubre de 2020, revelando dónde el "topo" con forma de espiga está tratando de excavar en Marte. (NASA/JPL-CALTECH)
La nave InSight de la NASA retrajo su brazo robótico el 3 de octubre de 2020, revelando dónde el "topo" con forma de espiga está tratando de excavar en Marte. (NASA/JPL-CALTECH)

Schulze-Makuch y otros científicos han argumentado que los métodos de los Viking estuvieron mal concebidos desde el principio al asumir que la vida en Marte sería idéntica a la de la Tierra. Esta perspectiva antropocéntrica pudo haber llevado a una mala interpretación de los resultados.

La hipótesis no implica necesariamente que se haya encontrado vida en Marte, pero plantea la posibilidad de que los experimentos pudieron detectar señales que fueron descartadas o destruidas. Además, subraya la necesidad de reconsiderar cómo diseñamos experimentos para buscar vida en entornos extraterrestres.

Tras casi 50 años desde las misiones Viking, Schulze-Makuch considera que es hora de enviar una misión dedicada exclusivamente a la detección de vida en Marte. Según el científico, esta nueva misión debería explorar regiones como las Tierras Altas del Sur, donde las rocas salinas cercanas a la superficie podrían albergar microorganismos.

Ilustración artística de la próxima misión Hera acercándose a Marte
 (NASA)
Ilustración artística de la próxima misión Hera acercándose a Marte (NASA)

Un enfoque importante sería “seguir compuestos hidratados e higroscópicos, como las sales”, en lugar de centrarse únicamente en la búsqueda de agua líquida. Esta estrategia, combinada con un diseño experimental más respetuoso con el entorno marciano, podría aumentar las posibilidades de encontrar vida.

La hipótesis de Schulze-Makuch reaviva preguntas fundamentales sobre la búsqueda de vida fuera de la Tierra. Si los experimentos de las Viking realmente destruyeron evidencia biológica, esto demuestra lo fácil que es pasar por alto señales de vida al imponer criterios terrestres a ambientes extraterrestres.

Además, plantea la necesidad de considerar la ecología única de cada planeta al diseñar experimentos. Por ejemplo, si los microorganismos marcianos realmente utilizan peróxido de hidrógeno como estrategia de supervivencia, como sugirió Schulze-Makuch en 2007, esto requeriría un enfoque completamente diferente en futuros análisis.

El rover Curiosity de la NASA en Marte utilizó dos cámaras diferentes para crear esta selfie frente al Mont Mercou, un afloramiento rocoso de 7 metros de altura (NASA/JPL-CALTECH/MSSS)
El rover Curiosity de la NASA en Marte utilizó dos cámaras diferentes para crear esta selfie frente al Mont Mercou, un afloramiento rocoso de 7 metros de altura (NASA/JPL-CALTECH/MSSS)

El debate sobre la existencia de vida en Marte sigue siendo especulativo, pero hipótesis como esta refuerzan la importancia de continuar explorando. Según Schulze-Makuch, enviar una misión específica con la tecnología actual podría proporcionar respuestas definitivas y, potencialmente, cambiar nuestra comprensión del universo.

“Es hora de otra misión de detección de vida, ahora que tenemos una comprensión mucho mejor del entorno marciano”, concluye el científico.

Con una mejor preparación y un enfoque más adaptado a las condiciones únicas de Marte, la humanidad podría estar más cerca de resolver uno de los mayores enigmas de la exploración espacial: ¿estamos solos en el universo?

Nueva hipótesis de vida en Marte

La misión terminada del helicóptero Ingenuity de la NASA buscó también rastros de vida biológica desde el aire en Marte (NASA/JPL-Caltech/ASU/Handout via REUTERS )
La misión terminada del helicóptero Ingenuity de la NASA buscó también rastros de vida biológica desde el aire en Marte (NASA/JPL-Caltech/ASU/Handout via REUTERS )

Científicos han planteado la posibilidad de que pequeños charcos de agua derretida puedan existir bajo las capas de hielo en Marte, incluso en medio de sus extremas condiciones. Según modelos computacionales, la luz solar que atraviesa el hielo marciano sería suficiente para sustentar la fotosíntesis en estos cuerpos de agua, un proceso esencial para la vida en la Tierra.

Aunque no se ha encontrado evidencia directa de vida en Marte, los resultados de este estudio sugieren que estos charcos podrían ser uno de los lugares más prometedores para buscar signos de vida en el planeta rojo. “Si estamos buscando vida en cualquier parte del universo hoy, las exposiciones de hielo en Marte son probablemente uno de los lugares más accesibles donde deberíamos mirar”, afirmó Aditya Khuller, autor principal del estudio, en un comunicado de la NASA.

Uno de los hallazgos destacados es que ciertos tipos de hielo en Marte podrían permitir la formación de pequeños cuerpos de agua derretida en el subsuelo. Marte presenta dos tipos principales de hielo: hielo de agua y hielo de dióxido de carbono. Mientras que el hielo de dióxido de carbono pasa directamente de sólido a gas, el hielo de agua puede derretirse bajo condiciones específicas, incluso con las bajas temperaturas y la atmósfera delgada del planeta.

Las próximas misiones humanas a Marte prometen develar el misterio de las formas orgánicas en la superficie del planeta rojo (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las próximas misiones humanas a Marte prometen develar el misterio de las formas orgánicas en la superficie del planeta rojo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los investigadores emplearon simulaciones computacionales para analizar cómo la luz solar podría penetrar hasta 3 metros bajo el hielo marciano, lo que permitiría la formación de pequeñas bolsas de agua. Estas bolsas podrían crear las condiciones necesarias para la fotosíntesis, el proceso que en la Tierra convierte la luz solar en energía química, fundamental para la vida.

Un fenómeno similar ocurre en la Tierra. En regiones heladas, partículas de polvo atrapadas en el hielo crean pequeños espacios conocidos como agujeros de crioconita, donde el calor generado por la luz solar absorbida derrite el hielo, formando charcos de agua que albergan microbios y otros organismos simples. Según el equipo de la NASA, un proceso comparable podría estar ocurriendo en Marte.

El polvo incrustado en el hielo marciano absorbería la luz solar, generando calor suficiente para derretir el hielo circundante y creando entornos que podrían ser habitables para formas de vida microscópicas.

Guardar