Un equipo de investigación de la Universidad de Tubinga, en Alemania, llevó a cabo un estudio que analizó si los cuervos podrían “contar” en voz alta, al igual que los humanos. Este trabajo postuló que estos animales pueden planificar sus vocalizaciones de manera anticipada. A partir del primer canto en una secuencia numérica, los investigadores podían predecir cuántos cantos emitirían. Este comportamiento representó una combinación avanzada de competencia numérica y control vocal, lo cual impresionó a los científicos.
“Cada vez se identifica más la capacidad numérica en animales no humanos. Se ha demostrado que animales tan diversos como las aves y las abejas pueden ‘contar’ y pueden discriminar entre diferentes cantidades de objetos o entre mayor o menor cantidad de objetos”, escribieron los autores en el trabajo, que fue publicado en la revista Science. Y probaron que los cuervos, “que son conocidos tanto por sus habilidades numéricas como por su alto nivel de cognición, podían usar vocalizaciones para contar en voz alta, una habilidad que es un desafío incluso para los humanos jóvenes”.
“Los cuervos produjeron de manera flexible entre una y cuatro vocalizaciones para las señales correspondientes asociadas con valores numéricos. Además, usaron diferentes llamadas para diferentes números”, precisaron.
¿Los cuervos pueden “contar” como los humanos? La respuesta de los científicos
El equipo de investigación entrenó a tres cuervos para que emitieran de una a cuatro vocalizaciones en respuesta a estímulos visuales o auditivos. Estas vocalizaciones se realizaban de manera secuencial, y al finalizar la tarea, los cuervos picoteaban una tecla específica. De acuerdo al hallazgo, los tres cuervos lograron completar la tarea: pudieron contar sus llamadas en secuencia. Este éxito evidenció que las aves empleaban un sistema numérico no simbólico para planificar sus vocalizaciones.
El tiempo de respuesta entre la presentación del estímulo y la emisión de la primera llamada fue relativamente largo, y se incrementaba conforme mayor era el número de vocalizaciones requeridas. Curiosamente, la naturaleza del estímulo, ya fuera visual o auditivo, no alteró el retraso en el inicio de las vocalizaciones. “Esto sugiere que, a partir de la información recibida, los cuervos formaron un concepto numérico abstracto que usaron para planificar sus vocalizaciones antes de comenzar”, afirmó Andreas Nieder, uno de los científicos a cargo del estudio.
Además, los investigadores observaron que las características acústicas de la primera vocalización en una secuencia permitían predecir cuántas llamadas emitiría el cuervo en total. “Utilizando las propiedades acústicas del primer canto, pudimos predecir el número de vocalizaciones que seguirían”, indicó Nieder.
Sin embargo, los cuervos no estuvieron exentos de cometer errores. En ocasiones, producían un canto de más o de menos, lo cual reflejaba equivocaciones en el conteo. “Los errores de conteo ocurrieron cuando el cuervo perdió la cuenta de las llamadas ya realizadas o por realizar. También pudimos detectar estos errores analizando las características acústicas de las llamadas individuales”, detalló Nieder.
La capacidad de emitir un número específico de vocalizaciones de forma voluntaria requiere una sofisticada combinación de habilidades numéricas y control vocal. Nieder concluyó: “Estos resultados demuestran que los seres humanos no son los únicos capaces de realizar esta combinación de habilidades”. Este descubrimiento sugería que los cuervos podrían tener acceso a una forma avanzada de comunicación.
El estudio también reveló que los cuervos contaron en voz alta de una manera comparable a cómo lo haría un niño pequeño que recién aprende a contar. Los investigadores concluyeron que los cuervos no solo podían planificar cuántas vocalizaciones emitirían, sino que además mantenían el control durante su ejecución. Los resultados demostraron que las aves podían contar hasta cuatro, utilizando un sistema numérico aproximado no simbólico. Asimismo, sus vocalizaciones resultaban deliberadas y precisas, en concordancia con las señales auditivas o visuales que recibían.
Los experimentos involucraron la presentación de diversos estímulos visuales, como números arábigos, y auditivos, como sonidos de instrumentos musicales. Por ejemplo, el número tres estaba asociado a un redoble de tambor. Tras un período de entrenamiento, los cuervos aprendieron a emitir el número correcto de graznidos en respuesta a cada estímulo, siendo recompensados con golosinas cuando acertaban.
“Producir una cantidad determinada de vocalizaciones con un propósito requiere una sofisticada combinación de habilidades numéricas y control vocal”, afirmaron los investigadores. Según los autores, esta destreza no se había documentado en otros animales. A nivel vocal, el control que demostraron los cuervos fue sorprendente, pues implicaba un alto nivel de memoria y planificación, similar al cronometraje que los seres humanos emplean al hablar.
Según los expertos, los resultados demuestran que los cuervos pueden producir de forma flexible y deliberada un número determinado de vocalizaciones utilizando un sistema de estimación numérica no simbólica, compartido tanto por humanos como por animales. Además, las características acústicas de cada vocalización variaban de acuerdo al número asociado, lo que evocaba cómo los números en el habla humana tienen diferentes sonidos.
Finalmente, los investigadores destacaron que la capacidad de los cuervos para contar y vocalizar de manera precisa podría representar un precursor evolutivo del conteo simbólico en los humanos. Según concluyeron, esta competencia en los cuervos refleja las habilidades de enumeración que tienen los niños pequeños antes de aprender a comprender los números cardinales.