El 2 de octubre de 2024, el sur de Argentina y Chile, y la remota isla de Rapa Nui (o Isla de Pascua), fueron testigos de un espectacular eclipse solar anular que capturó la atención de miles de observadores. La Luna se interpuso entre la Tierra y el Sol y dejó visible un anillo de luz en su periferia.
La rareza y belleza de este evento no solo deslumbró a los locales, sino que también atrajo a turistas y entusiastas de la astronomía de diversas partes del mundo.
En Rapa Nui, conocido por su rica cultura y los majestuosos moáis, el eclipse se convirtió en una experiencia inolvidable, ya que combinó el asombro con la belleza natural de la isla.
Los sitios privilegiados en donde el fenómeno alcanzó su punto máximo permitieron observar a la Luna en el centro del aro brillante.
El recorrido de la antumbra, la sombra que proyecta el satélite terrestre durante el eclipse anular, comenzó en el océano Pacífico, pasó por la isla y continuó hasta el sur de Argentina y Chile.
Durante este momento único, los habitantes y visitantes se unieron para contemplar el cielo, lo que creó un sentido de comunidad y conexión con el universo, atestiguado por las impactantes figuras que dominan la isla.
Para observar eventos astronómicos de este tipo, la recomendación principal es nunca mirarlo directamente sin la protección adecuada, ya que la luz solar directa puede causar graves daños en los ojos.
Es esencial utilizar gafas de eclipse certificadas que cumplan con las normas internacionales de seguridad ISO 12312-2.
La órbita elíptica la Luna alrededor de la Tierra produce que, en ciertos momentos, esté más cerca, en el perigeo, y en otros más lejos, en el apogeo. Actualmente, se encuentra a una mayor distancia, lo que hace que parezca más pequeña.
Como resultado, al pasar frente al Sol, no lo cubrió por completo. Por eso se vio un aro de luz conocido como “anillo de fuego”, caracterizado por su intenso brillo y tono rojizo.
La alineación entre la Tierra, el Sol y la Luna permitió que el brillante aro de luz se vea solo en una franja muy estrecha, llamada “franja de la anularidad”.
En otras zonas, debido a la curvatura del planeta, el fenómeno se apreció como un eclipse parcial.
Muchas personas decidieron viajar para verlo en persona, ya que pocas regiones contaron con la presencia del emblemático “anillo de fuego”.
Una de las reuniones de observación se llevó a cabo en Tahai, un sitio arqueológico en Rapa Nui, conocido por sus impresionantes moáis y su significado cultural.
Alrededor de las 14:00 hs, horario local, en la isla de Rapa Nui se pudo observar el aro de luz.
En ese instante, los expertos y aficionados de la astronomía miraron hacia el cielo para apreciarlo en su máximo esplendor.
Un evento como este no se volverá a repetir hasta dentro de varios años en el territorio, por lo que los habitantes y turistas que se encontraban en la isla vivieron una experiencia única.
El acontecimiento contó con una amplia difusión por parte de fotógrafos, astrónomos y todas las personas que lo pudieron contemplar, tanto de manera completa como parcial.
La magia del eclipse anular resaltó no solo la maravilla de la ciencia, sino también la importancia de preservar el legado cultural de este remoto rincón del mundo que se vio bañado por la “magia” del cosmos.
Es que la Luna bloqueó parte de la luz solar durante unos pocos minutos, lo que creó una disminución en la luminosidad que se percibió desde la Tierra en las regiones dentro de la franja de la anularidad.
Debido al horario en el que se ocurrió el eclipse, el Sol se encontraba en lo alto del cielo en Rapa Nui. La Luna brindó un espectáculo impactante al cubrir alrededor del 87% del astro.
El evento astronómico fue observado en gran detalle tanto a simple vista, como a través de dispositivos como cámaras, binoculares y telescopios. Todos debieron poseer los filtros adecuados para proteger la vista.
Luego de unos minutos, la Luna continuó su recorrido hacia el sur de Chile y Argentina, donde miles de personas se reunieron en puntos estratégicos para ver el “anillo de fuego”.